El actual gobierno en materia de seguridad está rebasado desde el primer día que asumió el poder. En buena parte se debe a su fallida estrategia de “abrazos y no balazos”, para enfrentar al crimen organizado.
Los datos duros muestran que es el gobierno con más crímenes en la historia de por lo menos los últimos 50 años y para agosto de 2023 ya sumaban 170 000 los asesinatos, con una tasa de criminalidad de 28 homicidios por 100 000 habitantes.
El pasado sábado 23 de septiembre, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) organizó un “desfile militar” en San Gregorio Chamic, en Frontera Comalapa, estado de Chiapas, con el aplauso de la población.
Ese día ninguna autoridad del gobierno de México se hizo presente y los criminales dieron muestra de su poder con decenas de camionetas en las que iban hombres encapuchados armados con rifles de alto poder.
En otra muestra de su poder, los criminales difundieron un video del “desfile militar” de manera masiva en las redes sociales y tuvo, como era de esperarse, una gran reproducción orgánica.
Esta manifestación de poder no es casual, el CJNG desde hace meses se mueve con absoluta libertad en la región. Las autoridades asumen que es un territorio bajo su control total.
El CJNG se hizo presente en la zona de la frontera entre México y Guatemala en julio de 2021 y a partir de entonces ha ampliado de manera constante su presencia en las comunidades de la región.
Su expansión se ha realizado con facilidad ante la ausencia de cuerpos de seguridad del Estado mexicano, en una zona de frontera que debería estar particularmente vigilada. No es el caso.
Las tropas del ejército presentes en la región tienen prohibido enfrentarse al crimen organizado y los militares al mando, si quieren actuar, tienen que pedir permiso a sus superiores para hacerlo.
En la zona hay mandos del ejército muy molestos por la política de seguridad del actual gobierno federal. Saben que la única manera de detener la expansión de los criminales es enfrentarlos.
Ese mismo sábado, la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en reacción al “desfile militar” del CJNG y de la política de seguridad del actual gobierno federal y estatal, hizo un llamado público a los tres niveles del gobierno, para que actúen.
La diócesis dice que “los grupos delincuenciales se han apoderado de nuestro territorio y nos encontramos en un estado de sitio”. Esa y no otra es la realidad.
Y añaden que el pueblo de Chiapas está “sufriendo los asesinatos, secuestros, desapariciones, amenazas, hostigamientos, extracción de nuestros bienes naturales, persecución y despojos de los bienes, fruto de nuestro trabajo”.
La iglesia católica de Chiapas afirma que “el silencio de las autoridades pone en riesgo la integridad humana y nos muestra un Estado fallido y rebasado y la omisión del Estado frente a esta realidad que mantiene a los pueblos en la incertidumbre”.
@RubenAguilar