El fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, fue detenido el 4 de agosto pasado en su domicilio de Cuernavaca por autoridades de la Fiscalía de la Ciudad de México en un espectacular y aparatoso operativo en el que participaron efectivos de la policía estatal y de la Marina. En esa primera acusación le imputaron retraso de la justicia en el caso del feminicidio de Ariadna Fernanda, ocurrido en octubre de 2022.
Luego de más de 10 horas de asedio a su casa, el fiscal se entregó cuando ya se había liberado una orden de cateo y los cuerpos policiacos y militares se aprestaban a irrumpir en el domicilio y detenerlo. Durante todo el tiempo del sitio, el funcionario no dejó de dar entrevistas a todos los medios de comunicación de la Ciudad de México.
Carmona Gándara fue ingresado al Reclusorio Varonil Sur de la Ciudad de México, donde le fue imputado el delito y luego fue vinculado a proceso. El juez dio dos meses para concluir la investigación complementaria. A pesar del fuero del que goza el funcionario, confirmado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el fiscal fue dejado en prisión preventiva justificada.
El 30 de agosto, unos días antes de que se llevara a cabo la audiencia intermedia, la Fiscalía de la Ciudad de México solicitó al juez ampliar el periodo de investigación complementaria de dos a cinco meses. Esto causó contrariedad en la defensa, pues ello llevaría a que el fiscal permaneciera esos cinco meses en prisión. Aún sin elementos, el juez concedió el plazo.
Mientras tanto, su defensa interpuso un juicio de amparo ante un juez de distrito en materia penal. Pero ahí no obtuvieron respuesta favorable, así que presentaron una queja en segunda instancia ante un Tribunal Colegiado, mismo que determinó dejarlo en libertad el 1o de septiembre.
Justo cuando iba saliendo del penal, nuevamente la Fiscalía capitalina lo volvió a detener ahora por el delito de favoritismo por encubrimiento a favor de las dos personas involucradas en el feminicidio de Ariadna Fernanda. Uriel Carmona volvió al reclusorio sur, aunque no por mucho tiempo. El 5 de septiembre y prácticamente en la clandestinidad, según sus defensores, fue trasladado al penal federal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México.
Sus abogados recurrieron al mismo recurso. Un juez de distrito les negó la libertad del funcionario, pero el mismo tribunal colegiado, el décimo con sede en Ciudad de México, les concedió de nueva cuenta el levantamiento de la medida cautelar de prisión preventiva justificada. Los argumentos fueron los mismos, el fiscal goza de fuero constitucional.
Una semana exacta después de que ocurriera la primera liberación de Uriel, ocurrió la segunda. El 9 de septiembre se preparaba ya para salir cuando la fiscalía aplicó intramuros una nueva orden de aprehensión, esta vez por feminicidio en su calidad de auxiliador, es decir, por ayudar presuntamente a los acusados del feminicidio de Ariadna Fernanda.
Esa misma noche, en Cuernavaca, se realizó un operativo de la Fiscalía de la Ciudad de México, la policía estatal y la Marina, que en la propia Fiscalía de Combate al Feminicidio estatal, detuvo a Joel Reyes, funcionario a quien imputó el mismo delito que a Uriel, feminicidio en su calidad de auxiliador. Por este delito ya se encuentra bajo proceso dicho funcionario.
Por tercera vez, un tribunal colegiado, ahora el séptimo, declararon la libertad del fiscal el 13 de septiembre. Sin embargo, esa misma noche, intramuros de nueva cuenta, se le aplicó una cuarta orden de aprehensión, esta vez fue la Fiscalía Anticorrupción de Morelos la que lo acusaba de tortura en contra de Luis Alberto, alias El Diablo, acusado en abril de haber matado a tres jóvenes en Huitzilac, Morelos.
Esa misma noche se montó una escenificación del supuesto traslado del fiscal al penal de Atlacholoaya, en Xochitepec, Morelos. Incluso se vio salir del lugar a un convoy con varias camionetas y patrullas de Morelos, pero no fue trasladado. El 14 de septiembre, Carmona fue imputado del delito, aunque previamente la Fiscalía Anticorrupción sufrió una serie de cambios. Su titular fue removido, al igual que el vicefiscal adjunto.
Durante la audiencia, el nuevo titular de la Fiscalía Anticorrupción se desistió de la acción penal en contra de Uriel Carmona, sin embargo, el juez pidió mayores argumentos, lo que no pudo hacer el funcionario pues no pudo explicar dónde estaba la carpeta de investigación. En su lugar, el juez permitió que la Fiscalía General de la República (FGR) retomaran el caso, así que les fue asignado a partir de ese momento.
Uriel Carmona continuó en el penal del Altiplano, ahora imputado por tortura en un proceso federal. Su defensa continuó el mismo procedimiento, pero ahora en juzgados y tribunales federales con sede en Morelos. Nuevamente un tribunal decidió liberarlo por cuarta vez y de plano desechó la imputación y vinculación a proceso por tortura en su contra. Ello ocurrió el jueves 21 de septiembre.
Por la noche, por segunda vez, efectivos de la Marina y de la Policía Morelos tomaron por asalto las instalaciones de la Fiscalía Anticorrupción, con el argumento de reinstalar al vicefiscal adjunto, quien fue destituido desde el 14 de septiembre. El funcionario ganó una suspensión provisional contra su destitución. Sin embargo, la Fiscalía General de Morelos, sostuvo que la destitución está en firme, a pesar del recurso legal.
El viernes 22 de septiembre, poco antes de las 10 de la mañana, 24 horas después de que lo ordenara el Tribunal Colegiado, Uriel Carmona abandonó el penal federal de máxima seguridad de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, y sin dar declaraciones subió a una Suburban color blanco misma que era escoltada por otro vehículo idéntico. Abandonaron el lugar a toda velocidad y hasta el momento no se ha sabido nada más del funcionario.
En las inmediaciones de su domicilio en Cuernavaca, donde fue detenido el 4 de agosto, son visibles varias unidades de la policía Morelos y de la Marina, aunque no se observan movimientos en la vivienda.