El Instituto Cultural de Aguascalientes y la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes invitan al séptimo concierto de la segunda temporada de 2009 este viernes 3 de julio a las 21:00 hrs. en el teatro Aguascalientes y que contará con Román Revueltas Retes como director musical y Alberto Cruzprieto como pianista y que tendrá en su programa la Tocata para Orquesta de Jorge Isaac González Prieto, el Concierto para Piano y Orquesta, en Sol M, de Maurice Ravel, la Sinfonía No. 86 de Franz Joseph Haydn y la Meditación de Medea y Danza de la Venganza, Op. 23a de Samuel Barber.
Román Revueltas Retes es continuador de la tradición artística de una familia que ha dado grandes nombres a la cultura de México. Realizó sus estudios en Israel, Bélgica y Alemania. Sus obras sinfónicas han sido estrenadas por orquestas como la Filarmónica de Jalisco, la Filarmónica de la Ciudad de México y la Orquesta Sinfónica del Estado de México. Ha sido solista al violín con todas las orquestas mexicanas y sus presentaciones en el extranjero lo han llevado a ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Lima, Bogotá, Roma, Madrid y Barcelona, entre muchas otras.
Ha grabado diversas obras de autores mexicanos. Entre sus interpretaciones destaca su participación al lado del violinista Henry Szeryng en la interpretación del doble concierto de J. S .Bach. Es el primer violinista Mexicano en haber presentado en recital los 24 caprichos para violín solo de N. Paganini, Fue concertino de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y ha sido distinguido con el Premio Anual de la Unión de Cronistas de Música y Teatro.
Como director, ha actuado al frente de la Orquesta del Estado de México, la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez, la Filarmónica de Acapulco, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, entre otros conjuntos orquestales. Fue director musical de la Orquesta San Ángel, conjunto que fundó en 1995. En 2001, ocupó el puesto de coordinador nacional de música y ópera del INBA, posteriormente fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica del estado de Hidalgo, cargo que ocupó hasta 2003, de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de México. A partir de enero del 2005, es el director musical de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
Alberto Cruzprieto ha demostrado en su carrera artística su constante dedicación a la música nueva. Con frecuencia se arriesga a tocar obras nuevas y completamente desconocidas o injustamente olvidadas. Ha dado conciertos en Finlandia, Inglaterra, Alemania, Holanda, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, España, Colombia y El Salvador y ha tomado parte en notables festivales como los de Salzburgo y Edimburgo. Además de su participación en conciertos trabaja para el teatro en el que la producción de «Donna Giovanni» de Jesusa Rodríguez ha sido especialmente aclamada.
La Serpiente que Habla de Jorge Isaac González Prieto, obra que abre el programa, fue producida gracias al patrocinio que otorga el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes a Jóvenes Creadores en su edición 1997-1998.
El Concierto para Piano y Orquesta, en Sol M de Maurice Ravel es en sus propias palabras “un concierto en el más verdadero sentido de la palabra; quiero decir que fue escrito con el mismo espíritu de los de Mozart y Saint-Saëns. La música de un concierto debería, en mi opinión, ser despreocupada y brillante y no apuntar a la profundidad ni a los efectos dramáticos”.
La sinfonía 86 de Franz Joseph Haydn es la más extensa del ciclo de las sinfonías París, escritas por Haydn para estrenarse en esa ciudad en 1787. No es su única singularidad. Los movimientos extremos, el primero y el último son modelos de la producción madura de Haydn: brillo, equilibrio, precisión. Esta sinfonía bastaría para ejemplificar el porqué los dirigentes políticos y los intelectuales aquella época realmente creyeron en el uso de la razón como principio rector de la vida personal y la comunitaria, y el porqué nosotros la conocemos como la Era de las Luces.
Samuel Barber, el autor de Meditación de Medea y Danza de la Venganza, Op. 23ª que cierra el programa, fue un compositor incomprendido. Obtuvo numerosos reconocimientos —entre los que destacan el Premio de Roma y el Pulitzer en dos ocasiones— y su música fue muy popular, salvo entre los compositores. La obra de Barber es interesante, en particular la Música para una escena de Shelley (1933), Vuelo Nocturno (1944) y la ópera Vanessa (1958). Sin embargo, su nombre ha quedado indisolublemente ligado a una sola de sus obras, que está entre las más populares del repertorio del siglo XX: el Adagio para cuerdas.