En la Galería Pons del Centro Cultural los Arquitos se exhibe Rastros: tiempos y espacios suspendidos, obra de Alan Ramírez Sánchez donde rescata fragmentos de espacios históricos de Aguascalientes como texturas de la pintura, piezas de trabes de las antiguas naves del ferrocarril o las formas de cantera tallada del edificio que alberga el CIELA-Fraguas.
Calíope Martínez describe en el texto de sala: Rehabilitar los espacios, friccionar el tiempo. Sentir y vivir los espacios que contienen las memorias más allá de un solo tiempo, vivir los espacios de lo cotidiano a través de la repetición trastoca nuestro propio acontecer, nos reafirma en nuestro territorio, lo asimos, lo hacemos nuestro.
La función de los espacios de lo cotidiano sin denominación, sin rótulo, nos permite reconocer nuestros territorios, exigirlos, apropiarlos y expropiarlos. Romper simbólicamente el monumento, cuestionar la materialidad, quitarle el peso de un discurso dominante para encontrar que lo que es propio y cotidiano, es común.
Pero más allá, el autor busca desdibujar los tiempos; reconocer y vivir las historias que se entretejen entre los objetos a través de su imaginación, para recrearlo. Así nos invita no sólo a pensar las historias y los tiempos, sino a transitar su ficción. Como escribió Walter Benjamin: “El arte de contar historias consiste en borrar los límites entre el pasado y el presente, el real y el imaginario, el posible y el imposible”.