José Saramago/ La columna J   - LJA Aguascalientes
21/11/2024

He aprendido a no tratar de convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización de la otra” José Saramago.

Estimado lector de este reconocido medio LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana y agradeciendo en demasía por su tiempo y disposición para leernos. En esta ocasión quiero escribir sobre un autor que me resulta fascinante, alguien cuya originalidad no tiene límites, sus obras han sido una reseña extraordinaria de que la literatura es excelsa, y de que la genialidad puede ser escrita, burilada y jamás olvidada gracias a las palabras de aquellos que tienen la sagacidad de plasmar en sus letras momento que jamás serán lacónicos.

Los primeros años de José Saramago no fueron fáciles, prácticamente sus primeros 20 años tuvo condiciones económicas adversas, trabajo como cerrajero y su formación literaria fue autodidacta, evidentemente cuando comenzó a trabajar en la editorial, se pudo codear de personas que influyeron en su modo de escribir y se mejoraron sus condiciones narrativas, aunado a que tenía el tiempo necesario para poder dedicarse a la lectura y a la escritura.

Una de las que considero de mis obras favoritas de Saramago en Ensayo sobre la ceguera, la simple idea de pensar que por causa de una epidemia toda la gente se queda ciega, resulta algo verdaderamente intrigante, aunado a la referencia directa que se vincula con la caverna de Platón, creo que es una sátira que permea en la panacea la sociedad, muestra sus instintos a la luz de la nada, y de cómo de un modo u otro somos ciegos ante la realidad que nos aqueja, y que estamos sumergidos en la necesidad imperante, la obra del mismo modo refiere, que los seres humanos nunca aprendemos la lección o en el mejor de los casos son nimias.

La vida, parece una línea recta, pero no lo es. Construimos nuestras vidas en tan sólo un cinco por ciento, el resto se hace a través de los demás, porque vivimos con los demás y, a veces uno contra el otro. Pero este pequeño porcentaje, este cinco por ciento, es el resultado de la sinceridad con uno mismo” José Saramago.

Saramago tuvo la capacidad de construir realidades alternas que muestran y detallan con una prosa loable lo que está sucediendo, en su obra Caverna refiere la historia un alfarero que prácticamente se queda en el ostracismo, antes un mundo globalizado y sistematizado en la naturaleza del capitalismo, en una escena se ve prácticamente como la lluvia desintegra todo el negocio del alfarero de tercera edad que ya no haya su lugar en el mundo y al no producir, carece de valor su profesión e incluso su propia existencia. Esas son algunas de las cualidades de la prosa que obtuvo el premio nobel.

En su obra Ensayo sobre la lucidez refiere el entorno expresado en el ensayo sobre la ceguera, no obstante aunque en parte son los mismos personajes, la obra comienza con una jornada electoral en donde no hay participación y cuándo van dando los resultados se dan cuenta de la mayoría ha optado por votar en blanco, es decir, es una expresión de protesta ante lo que estaba sucediendo en las ínfulas del poder y en el actuar de los políticos. Es en gran medida una de las más claras enseñanzas que deja el texto, el ser humano no aprende de su historia, vuelve a repetir los mismos errores una y otra vez, la lucidez es un estado de conciencia que Saramago expone por medio de metáforas y en un devenir excelso de como el ser humano tiene las respuestas delante de él y aun así no las ve.

Escéptico e intelectual mantuvo una postura ética y estética por encima de partidismos políticos, y comprometido con el género humano en un modo verdaderamente original y disruptivo. Su sincretismo es una controvertida visión de la historia y de la cultura son el punto crucial de sus obras y los mensajes ocultos que expresa fuera de toda falencia o reyerta literaria.

Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1998, siendo el primer escritor portugués en conseguirlo. Ha sido distinguido por su labor con numerosos galardones y doctorados honoris causa (por las Universidades de Turín, Sevilla, Manchester, Castilla-La Mancha y Brasilia). Recibió el Premio Camoes, equivalente al Premio Cervantes en los países de lengua portuguesa.


José Saramago muere el 18 de junio del 2010 a los 87 años de edad, muere en su casa de manera tranquila, se le despidió de un modo poético, una despedida fue en la isla de modo privado, así como era su lectura y su prosa, pero del mismo modo tuvo una multitudinaria, cuando el avión que llevaba sus restos pasaba por Lisboa, sus lectores salieron a la calle y se pusieron en las azoteas para leer fragmentos, la gente tenía carteles y panfletos que tenían la palabra “Obrigado” la gente le decía en una última ocasión gracias, la gente también portaba claveles rojos y al unísono le cantaron el himno de la internacional comunista, mas de 20 mil personas pasaron por la capilla, sus restos se quedaron en Lisboa bajo un Olivo situado frente a la casa Dos Vicos. En su lapida mortuoria había una frase “No subió a las estrellas si a la tierra pertenecía”. Lean a Saramago, la vida es distinta después de leerle.

In silentio mei verba, la palabra es poder.




Show Full Content
Previous La Purísima… Grilla: Sumisión
Next Economía mundial y la danza de los trillones/ El apunte
Close

NEXT STORY

Close

IEA implementa estrategias para la recuperación de aprendizaje

09/07/2024
Close