A través de Tríptico del Desierto, Javier Sicilia dejó sentir la manera en que se contempla y se siente el infinito arropado en la carne. Fue con esta selección de poemas que el escritor ganó el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, en su edición número cuarenta y dos. Fue ayer en una ceremonia donde el centro de la atención fue la humildad y la pasión con la que al poeta le gusta decir gracias.
En la ceremonia realizada de manera clásica, en el Teatro Morelos y al que asistieron las autoridades culturales, del patronato de la feria, una representante del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el jurado y obviamente el galardonado, además de su hermanos de oficio, los poetas que estuvieron en Aguascalientes por su honor realizando las quintas jornadas de poesía.
El primero en tomar la palabra fue Víctor González, director del Instituto Cutlural de Aguscalientes (ICA) que destacó primero la importancia del recinto en el que llevó a cabo la premiación pues dijo el Teatro Morelos ha sido sede de emblemáticas batallas intelectuales y donde además recibieron este mismo premio, José Emilio Pacheco, Hugo Gutiérrez Vega, Jorge Esquinca, Fabio Morabito, entre otros tantos poetas que han recibido dicho reconocimiento que es uno de los más importantes para quienes realizan el ejercicio más puro de la literatura.
Dijo Víctor, este premio es una forma de reivindicación de este oficio tan sentido y puro como es la poesía. Para describir a Sicilia habló de algo que es muy suyo: su escepticismo hacia el verso libre tal y como es concebido por los contemporáneos, siendo un hombre que tiene décadas ofrecidas a la poesía aún no considera haber alcanzado el nivel necesario para tocar la libertad del verso libre. Poetizar exige intuición y conocimiento del trato del lenguaje y los poetas antecesores.
Fresco y despreocupado como sólo pueden serlo los poetas, al subir al podium para dar su mensaje, la primera frase de Sicilia, fue “me sentí como golfa de Playboy o como político que son la misma cosa”, haciendo referencia a la forma en que los fotógrafos y camarógrafos corrieron frente a él para captar el mejor momento en que se hizo la entrega simbólica del premio.
Inmediatamente dio paso a esa palabra hermosa que a él le ha llenado la vida y que tiene una relación intrínseca con el ejercicio de la creación poética, como buen artista ponderó Sicilia esa capacidad de llegar a acuerdos a través del diálogo.
Otro de los fragmentos de la obra ganadora de Sicilia, es “sólo amor nos salva de la angustiosa fuga hacia adelante”.
Cuando un alma se pone tan a disposición lo que le queda a la gente que la rodea es acompañarla, abrazarla, honrarla, como en efecto lo hicieron los poetas y los demás asistentes con sus aplausos y que al mismo tiempo tuvieron la gran fortuna de acercarse hasta él con un caluroso abrazo y un beso, después de una dedicatoria plasmada en algún libro que compraron para ser firmado por el poeta ganador y hacerlo parte de su propiedad personal.