Traducir es un gesto hospitalario que propicia el escritor, al abrir la puerta del universo de una lengua, a un texto. En el caso de Josu Landa, fueron los poemas Piedra de Sol, de Octavio Paz y Muerte sin fin, de José Gorostiza, ambos traducidos a la lengua natal del escritor que es el euskera.
“En ambas traducciones jugué a la hospitalidad, me resultó arduo pero tremendamente sugestivo, Muerte sin fin es mucho más riguroso, pero ambos son trabajos que ya fueron revisados por varios escritores vascos” apunta Landa.
Al traducir, Josu Landa se instala en el placer, para él, ese es un ejercicio de libertad en el que puede jugar, buscar variantes y le gustaría seguir traduciendo. “La traducción me encanta, me parece un oficio divertido e interesante”.
El escritor reflexionó además sobre la forma de realizar ese gesto de hospitalidad, que implica respeto y una gran capacidad para trasladar el sentido de lo que fue dicho, es decir, lo importante no son las palabras o las frases, es la búsqueda del alma del poema, difícil encomienda tiene el escritor que por gusto o afán de experimentación ha entrado en el espacio de la traducción, su oficio se asemeja al del alquimista.
El haber nacido en Venezuela, ser originario del País Vasco y actualmente radicado en México, además del sinfín de experiencias que ha tenido a lo largo de su labor como escritor, le ha dado una visión universal que está un tanto basada en este viaje por el mundo.
“De manera circunstancial he sido parte de este fenómeno que se está convirtiendo en signo de los tiempos, la multiplicidad de nacionalidades, lenguas, costumbres” agrega.
Una de las razones que lo llevó a realizar las traducciones, fue precisamente esta diversidad de lenguas, que como él mismo lo precisó, es una actividad que le apasiona.
La nueva dinámica de la globalización del mundo permite una mezcla, sin dejar que esta posibilidad pase por encima o se base en la negación de la identidad, para quienes se debaten en estos terrenos, lo más adecuado es buscar un justo medio entre ambos espacios. “Me parece que para el hombre es esencial encontrarse en medio de la universalidad, es decir distinguir las particularidades dentro de lo universal”.
Acerca del curso que está impartiendo en el CIELA, Josu se mostró sorprendido por la gran respuesta que tuvo, al contar con buen número de participantes, dijo que esto, entre otras cosas, demuestra el nivel que Aguascalientes tiene en cuanto a literatura y concretamente poesía se refiere.
“Me parece que ellos son reflejo de un espacio vivo y eso reafirma que son las nuevas generaciones las que buscarán vida sana para el crecimiento de la poesía; este es uno de los indicios en los que me baso para hablar de la sanidad en la creación” finalizó.