Con motivo de aquellos legendarios conciertos celebrados simultáneamente en las ciudades de Filadelfia, en el estado Pensilvania, Estados Unidos, y en Londres, Inglaterra el 13 de julio de 1985, se ha declarado ese día, el 13 de julio, como Día Mundial del Rock. Estos conciertos fueron celebrados por iniciativa de Bob Geldof, músico y líder del grupo Boomtown Rats y comprometido activista social convocando a una buena cantidad de músicos de rock para celebrar uno de los más grandes acontecimientos en el siglo XX.
Recordemos que el rock fue la primera instancia en reaccionar ante la situación desesperante que, bajo ninguna circunstancia, la humanidad podría permanecer indiferente. De hecho, históricamente el rock ha manifestado siempre una reacción inmediata ante situaciones difíciles, incluso desesperadas. Recordemos que en agosto de 1971 el ex Beatle George Harrison organizó el hoy célebre Concierto para Bangladesh convocando a algunos de su amigos más cercanos e igualmente comprometidos con las causas humanitarias, para ofrecer un concierto en el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York y recaudar fondos por concepto de las entradas al concierto, además de la venta del disco y el video del concierto, tuvimos después el Festival de Kampuchea y otros más, de hecho si echamos un vistazo a la historia recordaremos que uno de los primeros conciertos benéficos fue el estreno de la Sinfonía No.7 de Beethoven, esa que Wagner definió como la apoteosis de la danza, fue un concierto a beneficio de veteranos de guerra y sus familias. Pero no es el objetivo de estas líneas hacer un recuento de este tipo de conciertos altruistas, sino de recordar la importancia de aquellos conciertos simultáneos que cambiaron significativamente el rostro del rock.
Desde el 13 de julio del año 2011 se reconoce esta fecha como el Día Mundial del Rock, en aquella ocasión algunos de los mejores músicos de rock vigentes en ese momento unieron sus fuerzas, es decir, su poder de convocatoria, pero sobre todo la elocuente fuerza de su música, para aportar un poco de ayuda y aliviar la desgracia que sufrían estos pueblos, Somaria y Etiopía.
En el estadio John F. Kennedy de Filadelfia se reunieron músicos como Brian Adams, The Cars, Eric Clapton, Duran Duran, Mick Jagger, Hall & Oats, Billy Joel, los metaleros de Judas Priest Kris Kristoferson,Huey Lewis & The News, Robert Plant, Pretenders, Santana, Paul Simon, Simple Minds, Tears for Fears, Tempations, Thompson Twins, Neil Young, Led Zeppelin, Bob Dylan acompañado por Keith Richards y Ron Wood, entre algunos otros que ahora se me escapan.
En el césped sagrado de Wembley se presentaron Adam Ant, Boomtown Rats, David Bowie, Elvis Costello, Dire Straitds, Phil| Collins, Bryan Ferry, Elton John, que junto a Kee Kee Dee interpretaron el éxito Don’t go breaking my heart. Estuvo Queen, Spandau Ballet, Status Quo, Sting, U2, Paul Young, The Who, Paul McCartney y algunos más .
De este concierto queda como legendaria la participación de Phil Collins, por ejemplo, que se presentó en los dos estadios, después de tocar en Londres viajó en avión hasta Filadelfia para tocar la batería con Led Zeppelin en un set lleno de nostalgia, si recuerdas, esta fue la primera ocasión que Led Zeppelin se presentó después de la muerte de su baterista John Bonham, otras presentaciones fueron menos afortunadas como cuando Bob Dylan salió al escenario acompañado por dos integrantes de The Rolling Stones y cantaron Blowin’ in the wind, y una de las cuerdas de la guitarra de Ron Woods se reventó y definitivamente no la podemos considerar como la mejor presentación de Bob Dylan en concierto.
Previo a estas presentaciones simultáneas en Londres y Filadelfia, exactamente siete meses antes, los músicos ingleses grabaron la canción Do they know is Christmas?, mientras que los estadunidenses propusieron We are the World.
La comprometida participación de todas estas luminarias del rock generó que el éxito fuera no sólo artístico, sino que económicamente también se logró el objetivo, incluso superando las expectativas, la recaudación superó los 100 millones de dólares y los dos conciertos fueron transmitidos a 72 países logrando colocarse como el evento musical más visto en todo el mundo hasta ese momento.
Esto que hoy recordamos como Live Aid for Africa, y que dio pie a lo celebrado en las capitales de los siete países más poderosos del mundo y que hoy recordamos como Live 8 celebrado el 2 de julio de 2005 y que entre sus muchos atractivos nos permitió disfrutar de la última aparición pública de Pink FLoyd, son dos de los eventos musicales, independientemente del lenguaje musical, más reconocidos y fructíferos por sus resultados en la siempre inconclusa historia del rock.
En este momento estoy intentando recordar algún evento musical de estas mismas características en donde varias luminarias del género que se te ocurra, se junten con un fin altruista y que lograra, en más de una ocasión, este resultado, y no, no encuentro en mis recuerdos nada.
Al rock lo han satanizado, lo han criticado, lo han censurado, lo han difamado, lo han prohibido, recordemos en México el sucio manejo que los medios de comunicación al servicio del gobierno de Luis Echeverría hicieron del Festival de Rock y Ruedas de Avandaro en septiembre de 1971 prohibiendo la ejecución pública y en medios de comunicación del rock, y a pesa de todo ahí permanece con paso firme al pie del cañón, siempre dispuesto a echar una mano cuando se le solicite. Larga vida al rock.
