Con los acuerdos alcanzados la semana pasada en el Consejo Nacional de Morena, donde se formalizaron las reglas para la participación de las corcholatas en el proceso de selección del candidato de ese partido para contender por la presidencia de la República en junio de 2024, quedó clara la temática que habrá de constituir en los próximos meses la agenda política de México.
El presidente López Obrador anda muy satisfecho con el resultado del Consejo morenista. La disciplina y obediencia marcó el evento y la conducta de sus seguidores, las reglas dictadas por López Obrador a las corcholatas “oficiales” en la cena del 5 de junio, terminaron plasmadas en la ratificación de un acuerdo por los consejeros de su movimiento político, prácticamente como le gusta al señor de Palacio Nacional, “sin moverle una coma”. Encontraron, en su imaginario político morenista, una fórmula para eludir, simulando, lo que la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece en su artículo 226, a través del rimbombante cargo de “Coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación”. El punto es evadir lo que la Ley establece, es claro que para la 4t lo que establece la legalidad electoral del país es prescindible, lo verdaderamente importante es la retención del poder político “a su manera”, si no coincide con lo que establecen las leyes electorales de México, peor para ellas.
Todo este proceso, que ha inundado el ambiente político nacional, ha opacado el resto de los temas sustantivos nacionales. Y, como ha afirmado con mucho tino Jaime Guerrero Vázquez de El Economista (16 de junio de 2023), el presidente ha convertido “todas las mañaneras en un homenaje a sí mismo y a su legado”, y continúa Guerrero Vázquez: “Presume sus obras prioritarias, los apoyos sociales, la buena marcha de la economía, el control territorial, la mejor situación fiscal, la defensa de la soberanía, la baja en los delitos, el derecho universal a la salud. Desde esta visión y gracias a su influencia política se permite controlar el proceso de sucesión dentro de su partido. Sus reglas son las reglas”. Sin embargo, si contrastamos estas afirmaciones con la realidad nacional, podemos observar el marcado contraste con la realidad del país.
Así, vemos que el AIFA sigue en el ámbito nacional como un alma en pena, sobrellevando en el silencio su inoperancia en el mercado aeroportuario mexicano, y su “despegue” no se vislumbra en el corto plazo. La refinería “Olmeca” o Dos Bocas, es una obra presupuestalmente insaciable, aquellos 8 mil millones de dólares originalmente considerados para su edificación, han quedado muy lejos de los 16 mmdd actuales, y sumando. Además, ante la marrullería e impericia de los responsables de la obra (léase Rocío Nahle García), se van descubriendo inconsistencia y omisiones que afectan los tiempos y los costos más y más (checar acerca del suministro de energía eléctrica para la refinería). Y qué decir del tan vapuleado Tren Maya, irresponsable y agresiva obra contra el medio ambiente de la región de la península de Yucatán, aunque el presidente bromee con la pérdida de “la otra mitad del medio ambiente”.
La presunción de la buena marcha de la economía nacional es producto, no de las “estratégicas” decisiones de la política pública en la materia, sino el resultado de favorables circunstancias internacionales y el nearshoring derivado del pleito entre EU y China y las enormes remesas que día a día envían los paisanos que han debido migrar al vecino del norte ante la falta de oportunidades en su propio país. El control de la inflación es resultado de las políticas de contención del Banco de México, sí, un ente autónomo del gobierno lopezobradorista. La política fiscal avanza dando tumbos de manera sistemática, la recaudación del IVA ha mostrado un marcado déficit en el último mes, al igual que el impuesto sobre la renta, en lugar de progresar, parecería ser que la base de la economía formal se está contrayendo frente a la informalidad. Por otra parte, el regodeo oficial del “superpeso”, está impactando de manera severa en las exportaciones (sobre todo en los productos agropecuarios y la industria automotriz) y las remesas que reciben las familias en México.
En otros temas sacrificados en la agenda oficial, la creciente inseguridad en enormes regiones del país, donde el presumido control territorial por parte de los gobiernos encabezados por el morenismo deja mucho que desear, ya que en sentido estricto, no disputan con los cárteles el control territorial, ello, como una estrategia nacional. Ya ni hablar del tema de la salud pública para los mexicanos, las instituciones orientadas a su atención están extraviadas, y estresadas presupuestal y operativamente. El IMSS, que es la institución estrella del sector, recibió el encargo de conducir la nueva y ocurrente versión del IMSS Bienestar, heredero del desaparecido INSABI. Sin embargo, su titular, Zoé Robledo, está preparando maletas para contender por la gubernatura de Chiapas, así que los servicios de salud estilo Dinamarca, deberán esperar a mejores tiempos.
Los programas sociales no han logrado contener el fortalecimiento de las filas del crimen organizado con sangre de los jóvenes que “construyen el futuro”, siguen migrando hacia tierra de oportunidad. Las becas no tienen seriedad ni control institucional por el gobierno cuatritransformador, sigue siendo un pozo sin fondo ni mecanismos efectivos de regulación. Quizá el apoyo a los adultos mayores haya tenido algún efecto para ese segmento de la población, pero lo que sí es un hecho, es que los recursos públicos se están agotando y llegará un momento en que no los habrá con suficiencia.
Toda esta situación de la realidad nacional que contrasta con la autocomplacencia presidencial llegará el momento en que se haga sentir y reclame su espacio de reconocimiento y exija su atención. Los tiempos electorales adelantados del López Obrador se sostendrán aún un tiempo, pero el proceso interno mismo, hará de detonante e inaugurará un tiempo de lucha con incuestionables consecuencias para las prioridades de la agenda política de México. Atentos.