- De cada 10 árboles plantados o reubicados, solo uno logra sobrevivir
- Calor y sequía son consecuencia de la baja densidad de áreas verdes
En Aguascalientes “más que reforestar, hay que restaurar los árboles nativos, respetarlos y cuidarlos. Ya nacieron, lograron hacerlo y cualquiera que sea su especie hay que respetarlos”, recomendó la bióloga, activista y catedrática de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, María Guadalupe Castorena Esparza, a la vez que hizo un llamado a los gobiernos y la ciudadanía a priorizar el cuidado de los árboles sobre el número de los que se plantan.
Recordó que hace algunos años retiraron, de los camellones y obras magnas, los huizaches y mezquites, pero en algunas partes se registró que ya resurgieron, por lo que hay que cuidarlos para que haya mayores posibilidades de tener éxito en su desarrollo y con ello contar con sus beneficios, ya que, de cada diez árboles que son reubicados o que son sembrados en programas de reforestación, solo uno logra sobrevivir, por eso es necesario priorizar su cuidado más que la cantidad de los que se plantan.
“Por ejemplo, tú me dices que si puedes quitar un árbol, pero me plantas 10, en ese caso, ¿cuál es la tasa de supervivencia? Todos los servicios ecosistémicos de amortiguación de temperatura lo va a tener ese árbol que tienen 100 años, que son antiguos, que están adaptados a las condiciones del lugar; pero los están extrayendo para poner fraccionamientos o centros comerciales, es muy complicado este tema, todos los padecemos, pero no estamos haciendo algo” comentó la activista ambiental.
Respecto a que hay quienes consideran que las posibilidades de reforestar la entidad no son muy amplias debido a la escasez de agua, la bióloga recordó que hay especies nativas como huizaches y mezquites que se aclimatan al suelo semiárido, por lo que tienen grandes posibilidades de éxito en su desarrollo.
Castorena Esparza, también presidenta de la asociación civil Movimiento Ambiental de Aguascalientes, reiteró la importancia de defender, cuidar y procurar que puedan crecer los árboles que están en su etapa de desarrollo, porque es la manera en que se puede lograr que contemos con más especies, y con ello la garantía de que pueda bajar la temperatura y aumenten las posibilidades de lluvia; al ser innegable que las altas temperaturas de las últimas semanas y la sequía que se vive en la región, tiene que ver mucho con la baja densidad de áreas verdes de la región.
“En algunos puntos específicos vemos que la tasa de supervivencia puede ser del 0 al 10%, aunque no todas las reforestaciones son iguales; esta observación lo hicimos en Cobos y en la reubicación de los árboles de segundo anillo”, subrayó.