En México, el crecimiento del PIB de 1990 a 1999 fue del 3.4% anual por el impacto del TLC, de 2001 a 2019 cayó al 2.1% anual y de 2020 a 2023 se ha mantenido a la baja, pero a partir de 2025 podría ser del 3.0% anual o más, según Morgan Stanley.
Esto como efecto del impacto que causa el nearshoring, que se entiende como la relocalización o el traslado de ciertos procesos de fabricación a una ubicación más cercana.
Después de la pandemia del Covid-19, las grandes economías, Estados Unidos en particular, buscan que sus cadenas de producción sean más cortas y estén más cerca de su frontera.
Las empresas estadounidenses instaladas en Asía y empresas asiáticas que proveen a la industria y el mercado de Estados Unidos, quieren ahora acercarse a las fronteras de ese país.
La situación geográfica de México es privilegiada con los 3200 kilómetros de frontera con Estados Unidos, la economía más grande del mundo, y con salida al Océano Pacífico y al Océano Atlántico.
El TEC-MEC (México, Estados Unidos y Canadá), crea condiciones ventajosas para los tres países. Ahora el 80% de la producción industrial que se realiza en México tiene como destino Estados Unidos.
A estas ventajas se añade la oferta y el costo de la mano de obra y también la existencia de trabajadores altamente calificados en muy diversos sectores de la producción.
En diciembre de 2022 había más de 400 empresas estadounidenses y asiáticas interesadas en instalarse en México, y para principios de 2023 ya lo habían hecho más de 50, con una inversión de 14 000 millones de dólares, según la Secretaría de Economía.
Para México las ventajas del fenómeno del nearshoring son evidentes, pero se enfrenta a problemas objetivos como la situación política y los niveles de violencia e inseguridad en el país.
Y también las carencias en infraestructura que se traduce en falta de una mayor producción de energías limpias, más disposición de agua y más y mejores vías de comunicación.
En 2023, más del 90% de los parques industriales están saturados y faltan naves industriales que ofrezcan por lo menos 13 500 000 de metros cuadrados, que ahora no existen.
El nearshoring es una real posibilidad para México si se sabe aprovechar. Un primer cálculo es que el monto de las exportaciones podría crecer en 35 278 millones de dólares, aumento que sería el 55% de toda América Latina.
En este momento el impacto positivo del nearshoring es visible en los estados de la frontera norte y el Bajío. Se concentra en los sectores eléctricos, telecomunicaciones, electrodomésticos y automotriz.
Algunos primeros datos que circulan entre los analistas económicos es que en los próximos dos años podría haber una inversión de 19 000 millones de dólares en inmuebles, para superar el actual déficit.
Y que en ese mismo tiempo habría una Inversión Extranjera Directa (IED) de 40 000 millones de dólares y más de la mitad sería en nuevos proyectos.
Hay economistas y analistas financieros que piensan, que a partir del fenómeno del nearshorig, por las características geográficas de México, el país puede dar un salto hacia adelante y mejorar radicalmente su situación.
Habrá que ver al término de 2023, sí el país de verdad está aprovechando la nueva situación que se le presenta o solo son ilusiones y buenos deseos.
Twitter: @RubenAguilar