En el país, la discusión pública se mueve al ritmo que marca Andrés Manuel López Obrador a través de sus conferencias matutinas, la pauta que establece no necesariamente responde a los temas que requieren ser discutidos o visibilizados o son de interés general, sino aquellos a los que el presidente les concede relevancia, nada que él no quiera será difundido en la mañanera, incluso rechaza abiertamente las peticiones que le han hecho representantes de los medios de comunicación.
Es una mentira que la conferencia matutina sea un diálogo circular, en más de una ocasión López Obrador evade o se niega a responder los cuestionamientos, en especial si no corresponde a lo que él considera debe ser la agenda en que concentre la mirada el pueblo bueno, recientemente, ante la petición de que invitara al director del Centro Nacional de Inteligencia, general Audomaro Martínez Zapata, para que explicara por qué los militares espían utilizando el software Pegasus y la base legal que justifica su uso, el presidente se negó rotundamente indicando que en la mañanera el gobierno informa y da a conocer todo lo que se le solicita, pero jamás será a partir de lo que le convenga a quienes sean contrarios al gobierno.
López Obrador emplea la conferencia matutina para ejercer su derecho de réplica, sin importar que la mayoría de las ocasiones, replique a señalamientos falsos o que sea incapaz de indicar la fuente del cuestionamiento, le basta mencionar que reconoce las malas intenciones de los conservadores, de sus adversarios, para emprender la retahíla de ataques, señalamientos y descalificaciones.
También es mentira que la matutina sea un ejercicio informativo en donde se dé a conocer al pueblo bueno aquello que los medios esconden, es una sesión de propaganda en la que se difunde información gubernamental con un sesgo que omite cualquier crítica, en el que además se reitera información que ya es conocida por haber sido previamente difundida por los medios.
Sobre el impacto cuantitativo que pueda tener la mañanera hay diferencias en los números, dependiendo la plataforma que se analice, si cada una de las conferencias tiene más de un millón de comentarios en Facebook pero menos del 5% de los seguidores de López Obrador las visualiza al menos tres segundos, poco importa, como tampoco es relevante si el conjunto de presentaciones ha acumulado más de 235 millones de vistas en YouTube, pues el propósito del ejercicio no es el rating, sino la propaganda y alcanza su mayor difusión por la forma en que los medios le hacen el juego a las declaraciones del presidente.
Hay quien considera que por no tener rating suficiente o por no ser el tema de las primeras planas, la conferencia matutina no establece el rumbo de la discusión pública, sin embargo, un comparativo entre lo que informa la página oficial de López Obrador y lo que se difunde en los medios deja claro que la matutina funciona por que la atención se concentra en lo que dice el presidente. Todos los días se sube la versión estenográfica de la conferencia y, al menos, un comunicado oficial con el tema central que se abordó, en ellos se intenta una comunicación institucional que deja de lado los ataques de López Obrador y resalta los números o posicionamientos oficiales, sin embargo, en los medios de comunicación y redes sociales, a lo que se le da importancia es a los señalamientos del presidente.
Como instrumento de comunicación, la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador no tiene la menor relevancia, ha alargado su duración y disminuido el contenido informativo, después de más de mil mañaneras se dedica el tiempo a las descalificaciones del presidente, a sus historias, señalamientos y canciones que comparte que a los datos duros sobre el quehacer gubernamental.
A medida que se acerca el final de su sexenio, López Obrador ha afinado su medio de propaganda principal, las mañaneras son el púlpito desde el que lanza las provocaciones que lo mantienen en el centro de la conversación pública, no por lo que hace sino por a quién ataca.
Coda. Urge impulsar políticas públicas, modelos de gobernanza, la participación ciudadana en la toma de decisiones, menos sermones y más acciones, lo que no se va a conseguir si continuamos concentrados en las irrelevantes provocaciones de López Obrador.
@aldan