En la bahía de Chetumal, Quintana Roo, investigadores de El Colegio de la Frontera Sur coordinados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) hallaron el segundo agujero azul más profundo del mundo.
Se llama Taam Ja’, que en maya significa “agua profunda”, y tiene una profundidad de 274 metros, así como un área de 13 mil 690 metros cuadrados. Es superado únicamente por el de China, Sansha Yongle, que tiene una profundidad de 300 metros.
El agujero azul tiene una gran importancia científica porque es una fuente de información para conocer el ambiente y el clima de hace miles de años, con lo que se puede comprender los procesos ambientales y geológicos, la conectividad de los acuíferos y el origen del agua en los sistemas hidrogeológicos.
“Los agujeros azules, a diferencia de las fosas marinas y de los abismos marinos, que se forman paulatinamente a lo largo de los siglos y milenios por movimientos de placas tectónicas, alcanzando hasta mil metros de profundidad, son menos profundos y se forman debido a procesos de fracturación, disolución y colapso de suelos”, indicó CONACYT en un comunicado.
El agujero azul mexicano Taam Ja’ es casi circular en su superficie, abarcando 13 mil 690 metros cuadrados. Sus lados son empinados, con pendientes de 80 grados, que forman un gran cono cubierto por biopelículas, sedimentos, piedra caliza y salientes de yeso.
Se encuentra entre 4.5 y 5 metros bajo el nivel del mar, donde las propiedades de agua cambian significativamente con gradientes de temperatura y salinidad.
En el descubrimiento participaron Juan Alcérreca Huerta, Teresa Álvarez Legorreta, Laura Carrillo, Laura Flórez Franco, Óscar Reyes Mendoza y Joan Sánchez Sánchez, académicos de la Unidad Chetumal de Ecosur, con la estrecha colaboración del guía comunitario Jesús Artemio Poot Villa.