La Comisión Nacional de los Derechos Humanos define discriminación de la siguiente manera:
“Discriminar significa seleccionar excluyendo; esto es, dar un trato de inferioridad a personas o a grupos, a causa de su origen étnico o nacional, religión, edad, género, opiniones, preferencias políticas y sexuales, condiciones de salud, discapacidades, estado civil u otra causa”.
De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, levantada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), este es un fenómeno común en nuestro país. Este ejercicio estadístico muestra que 20.2% de la población mexicana declaró haber sido discriminada en el transcurso del último año.
Las personas que declararon haber sido discriminadas destacaron que la apariencia física fue el factor más recurrente. De la misma manera, la religión, género, clase social y la orientación sexual fueron motivos para ser violentadas.
Cabe mencionar que la misma encuesta señala que las personas discriminadas vieron como sus derechos no fueron respetados, incluso en instituciones públicas. La posibilidad de recibir un apoyo gubernamental, la atención médica y el acceso a servicios públicos fueron los derechos negados a estas personas. Destaca que también un porcentaje respondió que su entrada a comercios, bancos o plazas fue rechazada.
Estos datos muestran que México es un país donde la discrminación está diariamente presente en la experiencia de millones de personas. Existen varios motivos por los que una persona puede ser discriminada, como los mencionados anteriormente. Dentro de estas formas de exclusión, encontramos que el racismo, xenofobia, clasismo y misoginia son lamentablemente comunes, los cuales se encuentran entre los principales problemas de nuestro país.
Racismo
De acuerdo al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación:
“El racismo es una forma de pensar, sentir y actuar que se basa en una característica específca de la diferencia humana a la que se ha llamado ‘racial’. El pensamiento racista ubica al cuerpo de las personas en un lugar definido de acuerdo con su apariencia, pues sostiene que las características físicas o biológicas de las personas están directamente asociadas a sus prácticas, a sus maneras de comportarse e incluso a su inteligencia. Esta forma de pensar y de actuar implica rechazo, jerarquización, dominación e inferiorización de unos hacia otros por cuestiones supuestamente biológicas, estableciendo relaciones de poder y de dominación que se manifestan en prácticas y comportamientos considerados normales”.
En pocas palabras, el racismo es la discriminación basada en características físicas o culturales de una persona, específicamente en su color de piel, ascendencia, lugar de origen o identidad étnica. Es importante considerar que este va más allá de comportamientos individuales, pues consiste en una estructuración jerárquica de la sociedad, marginando sistemáticamente a varios grupos de personas.
De acuerdo a la ENADIS 2017, en México hay aproximadamente 10 millones de personas pertenecientes a poblaciones originarias, de las cuales 49.3% perciben que sus derechos son poco o nada respetados. Además, 24% de las personas encuestadas respondieron que experimentaron al menos una situación de discriminación en los últimos cinco años.
Xenofobia
Según la etimología de la palabra xenofobia, refiere un miedo o rechazo hacia las personas extranjeras o aquello considerado foráneo. En la actualidad, este concepto engloba una serie de actitudes que confluyen con otras conductas —como el racismo— para discriminar a personas extranjeras.
La xenofobia se hace evidente con las personas migrantes, sobre todo aquellas que se desplazan de manera irregular de acuerdo a lineamientos gubernamentales. Este tipo de discriminación provoca que los individuos extranjeros sean violentados de múltiples maneras, pues frecuentemente no cuentan con garantías de protección a sus derechos humanos ni recursos legales para hacer frente a la intolerancia.
Aunque se han establecido normas a nivel nacional e internacional para proteger a las personas migrantes, en la práctica es recurrente que no se respeten sus derechos. Esto ocurre sobre todo con grupos provenientes del sur global.
“No debemos olvidar que tanto los y las ciudadanas como las y los extranjeros de cualquier país tenemos los mismos derechos humanos reconocidos internacionalmente, además de otros derechos otorgados por cada Estado y que vulnerarlos a partir de prejuicios, estigmas o estereotipos es un crimen. Los seres humanos hemos migrado desde tiempos inmemoriales, lo hemos hecho por diferentes motivos y es probable que nunca vayamos a dejar de hacerlo, porque el movimiento, la transformación y el intercambio son parte esencial de nuestras sociedades”, establece la CONAPRED.
Clasismo
El clasismo es una conducta en la cual se discrimina a una persona por su situación socioeconómica, en donde las personas de menores recursos son rechazadas, excluidas y violentadas por aquellas con mayores ingresos. Este concepto se relaciona con la clasificación de la sociedad de acuerdo a su posición económica, en donde las personas más ricas obtienen privilegios inaccesibles para otros segmentos.
Esto provoca una división profunda en la sociedad mexicana, sobre todo teniendo en cuenta que este es uno de los países más desiguales en cuanto a ingresos. Las actitudes clasistas causan que una persona de escasos recursos sea discriminada en ámbitos laborales, escolares e incluso por parte de instituciones públicas.
El clasismo está relacionado con el racismo, la xenofobia e incluso la misoginia, pues establece que ciertos grupos sociales deben permanecer en una situación de carencia económica y dificulta la movilidad social. Además, beneficia a aquellas personas con mayores ingresos, abonando a que conserven sus privilegios mediante la exclusión.
Misoginia
El Instituto Nacional de las Mujeres afirma que la misoginia “proviene de dos voces griegas miso y gyne que significan detestar a la mujer. Se usa para referirse a creencias o expresiones emocionales, psicológicas e ideológicas de odio hacia las mujeres y a lo femenino”
“La misoginia prevalece en culturas o sociedades que consideran a las mujeres inferiores a los hombres y les atribuyen un rol centrado en la reproducción de la especie humana, en el cuidado de hijos/as y en el hogar. Por ello, redunda en práctica de subordinación, sometimiento, violencia e incluso crímenes contra las mujeres”, añade este organismo público.
Las prácticas discriminatorias hacia las mujeres están muy presentes en la sociedad mexicana, las cuales se traducen en falta de oportunidades, imposición de roles de género, exclusión de espacios económicos y políticos, etc. Una de las expresiones más graves de la misoginia es la violencia de género, la cual llega a agresiones físicas y psicológicas.
La discriminación contra las mujeres es uno de los principales problemas actuales en México, a nivel social, político y económico. Por ello, es necesario tomar acciones certeras desde todos los ámbitos para erradicar la violencia de género.
Esta clase de conductas violentas menoscaban la dignidad de una persona, por lo que es sumamente urgente eliminarlas de la sociedad mexicana. Solo de esta manera es posible construir un país equitativo y justo para todas las personas que lo habitan.