La editorial Puffin Books anunció que modificará los cuentos infantiles del escritor británico Roald Dahl para que sean más inclusivos, evitando el uso de adjetivos como “feo” y “gordo”, entre otros.
Los cambios entrarán en las nuevas ediciones de los libros infantiles de Dahl como Matilda, Las Brujas y Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Con esto, la editorial busca limpiar la imagen del autor, fallecido en 1990 y quien ha sido calificado como misógino y perpetuador de estereotipos raciales y hasta antisemita.
Uno de los cambios más representativos ocurre en el libro James y el Melocotón Gigante, donde se cambió por completo la letra de la canción del ciempiés para eliminar las palabras “gorda” y “flácida”.
En Matilda se cambiaron las referencias a autores acusados de imperialistas y supremacistas como Joseph Conrad y Rudyard Kipling, por John Steinbeck y Jane Austen. Asimismo, se intentó evitar la sexualización de las mujeres y que la directora Tronchatoro no sea definida como “hembra”, sino como “una mujer formidable”.
En Las Brujas se cambió una línea dicha por la abuela de la protagonista, quien tira del cabello de las mujeres para ver si traen peluca. “No puedes ir tirándole el pelo a cada chica que conoces”, fue modificado por la frase: “Hay muchos otros motivos por las que las mujeres podrían usar pelucas y lo cierto es que no hay nada de malo en ello”.
En Charlie y la Fábrica de Chocolate se eliminó el adjetivo “feo”, y un personaje descrito como “gordo”, al que será conocido como “enorme”.
Los cambios no han sido bien recibidos por los lectores de Dahl ni por personas involucradas en la literatura, porque lo consideran “una censura absurda”. Otros cuestionaron el permiso del autor, quien falleció en 1990, a los 74 años, víctima de leucemia.
De acuerdo con el diario español El País, la editorial Alfaguara Infantil y Juvenil anunció que mantendrá sus ediciones de Roald Dahl con los textos originales del autor británico sin modificar sus publicaciones en castellano. Tampoco lo hará la editorial francesa Gallimard. “Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda. Puffin Books y la finca Dahl deberían estar avergonzados”, escribió el escritor Salman Rushdie.
Puffin Books se defendió así: “Este libro se escribió hace muchos años, por lo que revisamos regularmente el lenguaje para asegurarnos de que todos puedan seguir disfrutándolo hoy”. Los ajustes están relacionados con temas como el peso, el género, la salud mental, la violencia o la raza.