A pesar de que en su campaña para la Jefatura de Gobierno la doctora Claudia Sheinbaum señaló que al Metro le hacía falta una millonaria inyección de recursos para su operación eficiente, en su administración le ha destinado un presupuesto raquítico. Para los trabajadores esa carencia, que data ya de al menos dos décadas, es la causa directa de los accidentes que en estos meses el gobierno capitalino, en su afán de proteger las aspiraciones presidenciales de Sheinbaum, trata de minimizar o atribuye indirectamente a un sabotaje.
Por quinta vez en lo que va de su administración en la Ciudad de México, las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheinbaum Pardo para 2024 se ven opacadas por accidentes fatales y otros “fuera de lo normal” en el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC). Pero, a decir de trabajadores sindicalizados e ingenieros especialistas, éstos no son más que producto del “descuido”, “abandono” y “falta de recursos” para su operación y mantenimiento que comenzó hace unos 20 años, cuando el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador era jefe de Gobierno.
Sin embargo, bajo la acusación no comprobada de “sabotaje” y muy al estilo de la Cuarta Transformación, la morenista pretende remontar el más reciente descalabro político por el choque de trenes en la Línea 3, con la presencia de 6 mil 60 elementos de la Guardia Nacional, a partir del jueves 12, para “garantizar” la seguridad de los 4 millones de usuarios diarios. Es la primera vez que militares, aunque desarmados, vigilan las 190 estaciones de las 12 líneas del “gusano naranja” capitalino.
El 10 de marzo de 2020 dos trenes chocaron en la estación Tacubaya-Línea 1 y provocaron la muerte de una persona y lesiones a 41. El 9 de enero de 2021, el incendio del Puesto Central de Control (PCC1) originó la muerte de una policía y la intoxicación de varios trabajadores. El 3 de mayo siguiente, el colapso de una trabe metálica del tramo elevado de la Línea 12, estación Olivos, dejó 26 personas muertas y más de 100 heridas.
El 20 de agosto de 2022 un jefe de estación de la Línea 2 murió arrollado por un tren en Tacuba. Y el pasado sábado 7 dos trenes de la Línea 3 chocaron en el túnel entre Potrero y La Raza; una estudiante falleció y 106 pasajeros resultaron con lesiones.
El lunes 9 la dirigencia del PAN capitalino, alcaldes y legisladores blanquiazules denunciaron ante la Fiscalía General de Justicia capitalina a Sheinbaum y al director del Metro, Guillermo Calderón, por los delitos de homicidio culposo, lesiones culposas y abandono del servicio público.
El martes 10 el diputado federal de Movimiento Ciudadano Jorge Álvarez Máynez, “en representación de los usuarios del Metro”, promovió un juicio de acción de protección efectiva de derechos humanos ante un juez de tutela contra Sheinbaum, Calderón y el Congreso local, por la presunta violación de los derechos a la movilidad, a la buena administración pública, a la vida e integridad personal.
Y el miércoles 11 Cristopher Estupiñán, abogado de víctimas de la Línea 12, presentó otra denuncia en la FGJ local, en representación de una víctima de la Línea 3, contra siete autoridades del STC “por no haber garantizado la seguridad de los usuarios y por no haber cumplido con su deber de vigilar determinadas fuentes de peligro”.
Los días siguientes, usuarios de las redes sociales hicieron más notorias las fallas cotidianas en la red, mismas que Sheinbaum Pardo calificó de “atípicas” y “fuera de lo normal”. El pensamiento de muchos usuarios de este transporte, columna vertebral de la movilidad en la capital mexicana, es como el del Diego, como pide identificarlo:
“Ya no me muevo en Metro si puedo evitarlo. Prefiero tardarme más, pero ir seguro en Metrobús. Y si voy en Metro, me voy en los vagones de en medio, ¡ni de broma en las orillas! Se está muriendo la gente y todo el tiempo falla. Ya me han tocado incendios y no se antoja”.
Sheinbaum sabía
La crítica situación del Metro de la CDMX no es novedad para Claudia Sheinbaum. En 2018, cuando hacía campaña para la Jefatura de Gobierno, su equipo hizo un diagnóstico de la situación y, en entrevistas, ella misma destacó el abandono y la corrupción que padecía toda la red.
Por ello, determinó que se necesitaban al menos 30 mil millones de pesos anuales de presupuesto sólo para hacer reposición de activos y mantenimiento correctivo que permitieran ofrecer un servicio seguro, recuerda Jorge Jiménez Alcaraz, presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México.
En entrevista, añade que, en ese mismo año, cuando él era director del STC, se hizo un diagnóstico que se integró al Plan Maestro del Metro 2018-2030, el cual planteó la necesidad de invertir 25 mil millones de pesos al año para ese mismo concepto.
“Creemos que, si por 10 años continuos el Metro pudiera tener un presupuesto de 25 o 30 mil millones de pesos anuales, se podría modernizar las líneas más antiguas, ampliar algunas para tener cobertura más amplia en la misma red y para dar servicio en la zona metropolitana”, calcula.
Sin embargo, cuatro años y medio después, a menos de un año de la definición de la candidatura presidencial de Morena, Sheinbaum Pardo apenas destinó para 2023 un total de 19 mil 700 millones de pesos, equivalente a 65.5% de lo que ella misma calculó. Aun así, defiende que es la mayor cantidad destinada en lo que va de su gestión en la capital.
De hecho, tanto en Palacio Nacional como en entrevistas de prensa, ha destacado la inversión de 37 mil millones de pesos para la modernización de la Línea 1, aunque omite que es un financiamiento a 10 años y que no fue su idea, sino uno de los 11 compromisos hechos en la administración mancerista a cambio del aumento de tarifa. La morenista también ha presumido los 4 mil 500 millones invertidos al proyecto Metro-Energía que se hace en colaboración con la Comisión Federal de Electricidad en el sitio donde estaba el PCC1. La obra se inició en diciembre de 2021 y debió estar terminada en agosto de 2022.
Fallas cotidianas
Director del STC en 2018 y actual integrante del Consejo Consultivo del mismo, Jorge Jiménez Alcaraz considera que el choque de trenes en la Línea 3 pudo ocurrir por un “problema multifactorial” de fallas que no sólo ocurren en el Metro de la CDMX, sino “en todos los Metros del mundo”.
Previo a lo que arrojen los peritajes, considera que en ese accidente se conjugaron la falla en la señalización que no se resolvió a tiempo, el robo de cable del alumbrado del túnel, el presunto exceso de velocidad sin respetar el límite de la “marcha a la vista” o lenta y una posible falla de instrucción desde el puesto de control.
Sobre los incidentes de los días posteriores que Sheinbaum calificó de “atípicos”, el experto asegura: “Son cotidianos, pero como se prendió el foco rojo con lo del sábado, se están magnificando… Las situaciones en que se afecta el servicio son lamentables, pero son mínimas. En otros países suceden, pero no lo politizan. Aquí está muy politizado”.
Optimista, describe al Metro local como “una persona madura que requiere tratamientos médicos, tomar medicinas oportunamente y seguir operando. Es un ente que opera con seguridad en la gran mayoría de instalaciones”.
Se cae a pedazos: trabajadores
La opinión de los trabajadores sindicalizados es más dura. Guillermo Jiménez, regulador del PCC con 22 años de antigüedad, lo describe así: “El Metro se está cayendo a pedazos. Está en un total descuido y abandono, con saqueo e indolencia. Los directores son autoritarios, nos señalan como si uno fuera el culpable o como si fuera a arriesgar su vida por algo que no vale”.
En entrevista, asegura que dicha situación es resultado de que “no se cumple con los procedimientos, con el mantenimiento, por no comprar las refacciones que necesitan. En las licitaciones la corrupción está a flor de piel… Es un total abandono, tanto del director como de la administración de la ciudad y del gobierno federal. Estamos más peor que mejor”.