Oxígeno de alto flujo/ Opciones y decisiones  - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Bajo la premisa emitida aquel viernes 08 de julio, 2022, (inscrita en la columna intitulada: Yira, yira. LJA.MX, Opinión. Opciones y Decisiones), dimos por sentado en nuestra conversación que se insertaba un “corte histórico” en el acontecer socio-político de México; precisamente debido a la irrupción de la presencia inédita de un importante colectivo de la “sociedad civil”, que se personificó mediante la forma jurídica de “frente cívico nacional”, para asumir la estafeta en la consecución de un cambio que garantizara a México su futuro de país. La promesa de Morena, 2018, manifestaba ser a todas luces incumplida. Es decir, la pretensión de conducir una cuarta transformación de la Nación mexicana había alcanzado, en los hechos verificables, una colisión catastrófica patentemente irreversible. Diametralmente opuesta a eso de “la esperanza de México”. Debíamos actuar con decisión, audacia y temple decisivo por nuestro derecho colectivo a un futuro esperanzador, sin mentiras ni subterfugios.

Nosotros en tanto que sociedad civil, divergente del estado dominante de cosas respecto de la Re-Pública; fuimos  llamados a dar, no un simple paso diametralmente opuesto (de 180º), sino un verdadero giro helicoidal de orientación, acelerado y hacia arriba, informando clara, fehacientemente, con profesionalismo; según la fórmula recomendada por el célebre reportero norteamericano Carl Bernstein.

A seis meses de aquel reencuentro con la Historia, inaugurando el año 2023, nos vemos en la necesidad de proponer un enfoque distinto al modo corriente de conducción política del país, que sea capaz de superar dos formidables escollos generados desde la ideología del actual grupo en el poder: – Uno, la polarización de la sociedad mexicana en dos colectivos sociales aparentemente irreconciliables, por un lado el “pueblo bueno” y por el otro “la oligarquía rapaz” (= empresariado mexicano privilegiado), las clases medias aspiracionistas e individualistas, la inteligencia mexicana (académicos, científicos, intelectuales, agentes de la cultura “neoliberales”), más los arrogantes y poderosos main stream media/ prensa hegemónica afluente.

– Dos. La ruptura societal y política irreconciliable: entre la clase económica dominante (que no dirigente) y el poder fáctico de gobierno (que no de Estado, como entidad suprema), por decisión de este último. Tesis que se ha estado esgrimiendo desde la Hacienda Pública y sus órganos Fiscales, como imposibilidad teórica y fáctica de un pacto institucional -como constitucionalmente debiera ser- de la urgente e indispensable reforma de Política Fiscal, hoy intocada como una virgen vestal.

Estos dos escollos requieren ser entendidos a cabalidad, discutidos a saciedad, y definitivamente superados como falsos dioses maléficos. Sí, efectivamente, tenemos que relativizarlos, para superarlos. Tarea para la cual se requiere una toma de perspectiva radicalmente diferente. Es decir, no basta recurrir al discurso político, al discurso económico, al discurso diplomático, al discurso simbólico del orden social, solo y aisladamente. Urge un enfoque total, global, holístico. Y este es posible desde un enfoque teórico-crítico del pensamiento.

Yo lo encuentro y propongo a un autor que ha roto paradigmas aparentemente insuperables. Me refiero al filósofo Peter Sloterdijk, cuya tesis doctoral fue Crítica de la razón cínica, I-II, 1983-original alemán; 1989 traducción española, Taurus, Alfaguara, S.A.; como reedición civilizatoria contemporánea del Cinismo. Sin embargo, para el asunto crítico que nos ocupa, yo retomaría su otra obra, calificada por su prologuista Rüdiger Safranski como opus magnum -gran obra-: Esferas I-II-III, 1998. Español, 2003.

En una aproximación crudamente inicial, confieso que para mí es auténticamente preliminar, el autor nos proporciona un enfoque lúcidamente primario, primordial. Se remonta a la experiencia intrauterina, ese breve sitio que anticipa nuestro ingreso a la real experiencia del espacio. Enseguida, sigo referencias tomadas del prólogo.

“¿Lo cercano? Lo cercano es aquello que la filosofía pasa a menudo por alto: el espacio vivido y vivenciado. Vivimos siempre ‘en’ espacios, esferas, atmósferas; la experiencia del espacio es la experiencia primaria del existir. Ya para Martin Heidegger, el hombre es un compartidor de espacio, coexistente. El prologuista Safranski afirma que Sloterdijk “ha elevado a un nivel completamente nuevo la filosofía de la coexistencia en el espacio común”.

Por lo que, “Esferas” significa, en cualquier caso, no un espacio neutro, sino uno animado y vivido; un receptáculo en el que estamos inmersos”. (…) No hay vida sin esferas. Necesitamos esferas como el aire para respirar (…). “Surgen siempre de nuevo donde hay seres humanos juntos y se extienden desde lo íntimo hasta lo cósmico, pasando por lo global”.


Prolegómenos que nos llevan a lo esencial de Sloterdijk. Hablando de las esferas, “aparecen conflictos, crisis y catástrofes en el traslado de una esfera a la otra”. Comienza con la primera esfera en que estamos inmersos, con ‘la clausura en la madre’. Haciendo consistir el drama de la vida en que siempre hay que abandonar espacios animados, en los que uno está inmerso, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable.

El punto de partida consiste en asumir que “la coexistencia precede a la existencia y de que vivir significa dejarse implicar en las pasiones y obsesiones de esa coexistencia”.

Avanzamos en la vida mediante la compleja experiencia de crear espacios, principalmente desde el espacio interior íntimo, donde encontramos cobijo y, si no lo logramos, intentamos crear espacios de refugio. Por ello se torna importante, para el mismo Sloterdijk, “analizar la conexión entre crisis vitales e intentos fracasados de conformación de espacio”. Lo cual ocurre en la vida humana, en las conformaciones tanto individuales como histórico-colectivas de esferas en círculos ampliados (…) partidos, estados, iglesias, reinos, naciones. Para concluir: “En cada una de esas esferas hay ‘fuertes motivos’ para estar juntos”.

De lo anterior se deduce una verdad irrebatible, dentro de esa perspectiva: “Las catástrofes que suceden cuando estallan las esferas”. Así lo experimentó el mundo cuando pasó a la Modernidad, dejando atrás el anhelo de lo infinito. En expresión de Blaise Pascal: “El silencio eterno de los espacios infinitos me produce espanto”. Esto implicó la experiencia cruda de “lo humano”. Y de esta precisa transición estamos aprendiendo que:

– “También en la esfera social puede suceder que el aire para respirar se vuelva escaso o esté emponzoñado”. Deseo fijarme en esta notación, que yo interpreto como clave para entender la coyuntura socio-política que estamos experimentando los mexicanos. ¿Por qué surgió, de pronto, con voz alta un importante colectivo de la sociedad civil mexicana? ¿Por qué y cómo se aglutinó como por arte de magia la marcha definitoria del 13 de noviembre del 2022? El surgimiento rugiente de “la ola rosa” en defensa del INE.

La hipótesis interpretativa para explicarlo, sigue de manera natural el razonamiento de Peter Sloterdijk, concluían ya cuatro años de experiencia supuestamente de cambio, bajo la tónica y hegemonía de la “cuarta transformación” nacional, conducida por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su movimiento de regeneración, Morena. Años en que hubimos de coexistir de manera obligatoria y desde el púlpito del discurso del Palacio Nacional una pertinaz andanada diaria, mañanera, de polarización, ataque, descalificación a los no afines o incondicionales idólatras del poder único presidencial. En donde a más de la mitad de las y los mexicanos se nos expulsaba del paraíso de la cuarta transformación, (nótese cómo se nos forzaba a vivir en coexistencia con “los no iguales” debido a su pretendido ‘purismo moral’), acusando a diestra y siniestra a los ‘traidores a la Patria’, a los conservadores defensores de sus privilegios, a los repudiados por merecer la calificación de racistas, elitistas, discriminadores. Los ladrones de los recursos del “pueblo”, etc., etc. Toda esta retórica, asaz retorcida y proveniente de experimentados “cashlanes”/ ladinos. Emisora de odios que culminan en la aniquilación física del disidente.

La cruda sensación de repudio, la exacerbación de las emociones básicas de anhelo por la dignidad, el respeto y al derecho de diversidad, pluralidad, a la libre expresión de las ideas y de los sentimientos (todos ellos prototipo y realidad de espacios íntimos y colectivos -compartidos con otros-), sobre todo de los más acendrados a nuestra dignidad personal e identidad de anclaje de clase social, situación de clase y posición de clase. Toda esta actitud y furiosa arenga de ruptura, división y cada vez más extrema polarización tenía que cobrar su precio… El hartazgo de atestiguar la intensiva y persistente des-trucción de las instituciones legítimas de la democracia incipiente de México, hizo emprender un éxodo del espacio de dominación, a la búsqueda de otro de liberación. Y sobre todo de búsqueda legítima de un futuro cierto, como espacio de re-creación nacional, no fingido ni bajo mentiras, sino de a deveras. Entramos al punto límite de un cambio de esferas. Esta conversación de las esferas, ahora inicia.

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