Con una sólida trayectoria y formado como artista visual en el estado de Aguascalientes, el Maestro Chuy, como afectivamente se le nombra en el ámbito artístico y académico, es un referente inseparable del panorama del arte contemporáneo de la entidad, cuya propuesta artística, transita por los caminos de la figuración con un alto contenido erótico en el tratamiento de los temas que aborda y que mediante metáforas visuales, crea acuosos mares de tinta, acuarela y barro, caldo de cultivo que da origen a la vida y que son soporte para la creación que se abre a múltiples interpretaciones.
El Maestro Jesús, actualmente exhibe la muestra Del color de la tersura, en la Galería de la Ex Escuela de Cristo, perteneciente al Instituto Cultural de Aguascalientes, ICA, en la ciudad del mismo nombre. Con él, nos adentraremos a su casa estudio para sostener esta charla, con el objeto de saber sobre su formación y motivaciones que convergen en esta propuesta artística.
Jaime Lara Arzate (JLA): Maestro Chuy, tú formas parte de aquellas generaciones de jóvenes formados artísticamente en el Centro de Artes Visuales, del ICA, cuando el enfoque y la enseñanza de las artes al final de la década de los años 70 toma un giro renovado, un derrotero que a la postre inscribirá al estado en la escena nacional del arte, bajo la conducción y visión de la Maestra Elva Garma Islas y el Maestro Juan Castañeda Ramírez.
¿Cómo es que llegas siendo joven a este Centro, cuáles eran tus intereses por el arte en ese momento?
Jesús Reyna Cruz (JRC): Cómo llego al Centro de Artes Visuales, casi estoy por salir de la secundaria y creó que como cualquier adolescente, ando en buscar de definirme y definir qué es lo que quiero ser, tenía mucho interés por la química, la biología y el dibujo técnico y estaba en el taller de estructuras metálicas de las materias optativas; y los domingos cuando tenía tiempo iba a la Galería de la Ciudad de la Casa de la Cultura ya que se encontraba muy cerca de donde vivía, y aunque un poco más retirados, el Museo José Guadalupe Posada y el Museo de Aguascalientes, que presentaban continuamente exposiciones y algunas veces cuando me echaba la pinta asistía a alguna inauguración o iba al cine. Recuerdo con especial cariño una exposición de Grabadores Polacos que me impactó, otra de Rufino Tamayo y una más de pintores abstractos donde descubrí la obra de Fernando García Ponce, Lilia Carillo y Manuel Felguérez (Generación de la Ruptura); e indudablemente, el Encuentro Nacional de Arte Joven.
Fueron años de interés sobre muchas cosas, que ahora a la distancia puedo ver que todo y de alguna manera a convergido en mi obra; la posibilidad de tener acceso a libros de arte en una pequeña biblioteca que se tenía en el Centro de Artes Visuales a mediado de los 80, me hizo conocer la obra de artistas como Francis Bacon, Joseph Beuys, Jean Michele Basquiat, etc.
JLA: Durante tu formación, exploraste una diversidad de temas y de procedimientos plásticos. ¿Qué docentes intervinieron en tu proceso, con quiénes te identificaste más, y si es que de alguna manera, consideras que recibiste alguna influencia de ellos?
JRC: Inicie mi formación con el maestro Alfredo Zermeño (+), recuerdo sus clases muy estructuradas y metódicas donde uno aprendía el lenguaje del dibujo y la pintura, después con Juan Castañeda donde la exploración creativa era el eje de las clases, gráfica con Rosa Luz Marroquín y Jesús Torres Kato, y cerámica con Humberto Naranjo, después tuve un periodo corto en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura, “La Esmeralda”. Regresé a Aguascalientes y estudié la carrera de Arquitectura en UAA donde hubo muchos maestros como Arturo Revilla, Eduardo Reyna, Enrique Munguía, José Luis García Rubalcava etc. Creo que la influencia más directa fueron sus conocimientos y la posibilidad de dejar que yo explorara en muchos campos o tendencias del arte y la arquitectura, encuentros que fueron lo que definieron aquellos años de formación.
JLA: Todo artista en formación guiado por su actitud investigativa, se da a la tarea de buscar referentes en movimientos artísticos y en sus obras, nacionales o de otras partes del orbe. ¿De esto, qué puedes señalar, ya que nos referimos a un amplio espectro de manifestaciones, épocas y autores, incluso creo que hay un referente en tu obra un tanto primigenio que convergería con tu encuentro con los elementos naturales, por ejemplo con el barro que es tierra, agua, fuego y aire, que nombran la presencia humana desde el origen?
JRC: Hay muchos referentes y movimientos que me interesan y me interesaron en este proceso desde que inicie en el arte. Mis investigaciones van desde lo antiguo a lo contemporáneo, puedo mencionar algunos pero en verdad estaría limitando todo, siempre me he movido a lo que en el momento me interesa y así ha sido en las artes visuales y la arquitectura; puedo estar leyendo sobre el paleolítico y a la vez sobre arquitectura deconstructivista, me gustan en sí autores por ejemplo artistas visuales como El Giotto, Bacon, Tapies, Toledo, Antonio López, Joseph Beyus, Demian Hirst etc.; arquitectos: Mies Van der Rohe, Le Corbusier, Kenzó Tange, Alvar Aalto, Juhani Pallasmaa etc. Escritores como Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Juan García Ponce, Alessandro Baricco, Kafka, Kant, Hegel, etc.; me dejo influenciar por sus referencias e ideas y después las transformo a mi entorno, a mi obra.
Hablas de Barro que es tierra, la tierra origen hasta donde conozco. Formó parte de mis bisabuelos y abuelos que cultivaban sus tierras, en mí se transformó a través del agua, el viento y el fuego. Cuando tuve mi primer contacto con la cerámica con el maestro Humberto Naranjo y que después tuve un tiempo que la abandoné, he de ser sincero, lo desaproveche en su momento, pero como adolescente andaba interesado también en la fiesta. Con el tiempo, volví a la cerámica, a ponerla en práctica en el taller de Cecy Ávila y en una invitación a trabajar en una residencia de artista en Pátzcuaro, Michoacán, de grabado y cerámica, es que la retomo nuevamente, por lo cual conforma parte importante de esta exposición, cuyas piezas cerámicas están hoy para que la gente las vea.
JLA: El arte se corresponde con el entorno y el momento histórico en que se crea, responde a una realidad interna y externa de quien tiene la necesidad de exponerla, porque quiere decir sí algo a la gente. ¿A ti, qué es lo que te mueve y lleva a generar este discurso visual que en esta exposición se abre a la reflexión del público?
JRC: El discurso y la temática de esta exposición actual gira en torno al erotismo, la sexualidad y la sensualidad, esa esencia humana, ese ser tan cosificada por la doble moral de muchas de las sociedades actuales, donde es más permitida y glorificada la violencia. Los noticieros hace apologías del crimen, las películas, series televisivas de asesinos, narcos son cotidianidad en los sistemas de cable de paga; entonces mi propuesta es y pregunto: ¿Acaso es más peligroso el amar a otro ser humano, o desear el cuerpo de la mujer amada?; entre los contraste y claroscuros que nos imponen la sociedad consumista donde todo debe ser vendible, el erotismo aparece como irreal con su significación de plenitud, la entrega total a la persona que mira, a la persona que sabe mirar. He ahí de donde parte también el título de la exposición: “Del Color de la Tersura”: La tersura tiene que ver con la piel de lo amado, de lo deseado, de lo soñado; pero, ¿acaso la tersura tiene un color? El color de la tersura es indefinible porque es el color de cada uno de los habitantes de este planeta: humanos, animales y plantas y se expresa como una huella dactilar única, el erotismo, la sensualidad y sexualidad son únicos en cada ser.
Del color de la tersura, es mi propuesta del erotismo donde a través de la codificación de diferentes signos y elementos cotidianos, el espectador juega a través de su experiencia vivencial a dar diferentes lecturas hermenéuticas para completar el círculo de la re-creación (en el sentido de volver a crear), de la comunicación donde lo lúdico es esencia y es necesario.
JLA: A lo largo de tu trayectoria has tenido la oportunidad también, de colaborar en el género de la ilustración científica para publicaciones especializadas o de divulgación, labor que apela a la sensibilidad artística. No obstante se requiere de veracidad para realizar esta encomienda, hay en ello dirán algunos, más una correspondencia científica que artística. El pintor paisajista mexicano José María Velasco, se incorporó como artista dibujante en expediciones científicas, nos ha heredado además de sus paisajes, trabajos de importancia para la ciencia. En la actualidad este tipo de ilustración juega un papel que no solo tiene la función de transmisión de conocimiento científico, sino de carácter divulgativo que se dirige a todo público. Por favor, conversa, somos oídos sobre esta faceta de tu producción.
JRC: En el año de 1997, conozco a la Dra. en Biosistemática, Yolanda Herrera Arrieta y en el año 1998, me invita a participar como ilustrador para una investigación que estaba realizando para el Smithsonian Institution y el Instituto Politécnico Nacional CIIDIR, (Durango), sobre Gramíneas, de lo cual ilustré varios libros, Gramíneas de Zacatecas, Gramíneas de Durango, Gramíneas de Chihuahua y otros colaboraciones de ilustración en otros libros, fueron aproximadamente 700 ilustraciones, algunas de las cuales se encuentran en los archivos del Smithsonian y el Politécnico Nacional, algunas especies estaban en peligro de extinción y otras que ya no se habían encontrado ejemplares en recolectas en campo, por lo que las ilustraciones tenían que ser lo más fiel posible y con la mayor cantidad de detalles; fue una experiencia enriquecedora dibujar y también acompañar a recolectar en la sierra de Durango, donde conviví con muchos biólogos especializados en diferentes campos de esa ciencia, y con algunos de ellos, aporte ilustraciones para sus investigaciones y así me adentré en el campo de la ilustración botánica, lo cual siempre te lleva a los referentes de Charles Darwin, John Ray, Van Helmont, Andrew Benson, etc. y bueno en lo artístico e investigación indudablemente a José María Velasco, puedo decir que me encantaba hacer esos trabajos y estar observando plantas y animales y muchas veces para apreciar detalles a través del microscopio.
JLA: Hay en las imágenes de tu obra, la presencia, un gusto por los imaginarios y lo fantástico, que se expresa morfológicamente mediante un lenguaje que recurre a lo antropomorfo, lo fito o lo zoomórfico, es decir, temas que se encuentran con lo humano, la vida silvestre, la botánica y la zoología. Quizá esto sea de manera surreal, erótica e íntima, elementos, poblaciones y comunidades que coexisten entre sí y que en cierto sentido se reúnen simbióticamente para crear tus propios ecosistemas, constructores de una suerte de biósfera, siendo ese el mundo que durante algunos años de producción ha animado tu obra y que hoy se encuentra reunida en esta muestra. ¿Qué hay de eso?
JRC: Bueno como ves todo lo fantástico e imaginario viene de lo real, y la oportunidad que he tenido de trabajar en diferentes ámbitos de la creación y la investigación, por eso hace un momento, decía que al verlo en retrospectiva las investigaciones y trabajos han ido confluyendo como un río en mi obra, la biología, la química, la física, las matemáticas; arte, arquitectura, artesanías, botánica, literatura, ilustración etc., por lo que creo que en esta exposición Del color de la tersura, hay mucho de fantástico, morfológico, zoomorfo, antropomorfo, la intención global de la exposición en su guion curatorial es crear una biósfera del erotismo, la sensualidad y sexualidad.
Los museógrafos, (Claudia González, Francisco Rangel, Mario Grimaldo, Vianey Gómez y demás equipo), hicieron un trabajo excelente en el acomodo de cada pieza y en el conjunto, dando sus espacios de lectura de lo público y lo íntimo, donde cada obra crea su vasos comunicantes con el entorno y el espectador que la visita, lo imaginario lo aporta cada uno con sus experiencias vivenciales y ahí lo atrapó a través de su psique y su sistema nervioso buscando que abra sus válvulas sensitivas, emocionales no sólo las visuales y lo confronto como si cada obra fuera un espejo que le devuelve otra realidad, la que está ahí atrás de sus ojos. ¿Suena esto muy fantástico? Pero qué sería de la vida sin algo de realidad fantástica, qué acaso, no somos parte del realismo mágico, cuando allá afuera nos golpea la realidad con la violencia, los dos extremos unidos, esto lo describe con el texto de presentación de sala Arlette Luévano, lo salvaje, lo violento, lo mágico y lo divino reunidos en lo humano.
JLA: Quienes se dedican a las artes, establecen una comunicación que en ocasiones es casi ritual al relacionarse los artistas con la materia y los medios de creación. Por favor platícanos sobre las cualidades matéricas de los materiales, de los procedimientos, técnicas y soportes, por ejemplo, a los que recurres en esta muestra para expresarte.
JRC: Básicamente hay cuatro técnicas que utilizo: la gráfica, la acuarela, el dibujo y la cerámica.
Cuando planeo una obra no necesariamente pienso en la técnica que voy a trabajar, eso depende más bien de otro impulso. Suele suceder que cuando llevo trabajando tiempo en una técnica me saturo de esta y cambio a otra y en ese proceso, la técnica se va adaptando a la idea; nunca dejo que la técnica limite la creación, para mí es muy importante generar un constante cambio de medios de expresión
Las obras en gráfica, están trabajadas en aguafuerte y aguatinta que requieren un proceso lento y de intervención, al igual que la cerámica de baja temperatura requieren de tiempo y paciencia, en la cerámica desde la preparación de la arcilla hasta el esmaltado y sus subsecuentes quemas, pueden pasar dos meses; cosa diferente sucede con el dibujo a lápiz y lápices de colores o la acuarela, que aunque requieren su tiempo no son tan extendidos, son más inmediatos.
JLA: Durante tu trayectoria has expuesto en una variedad de espacios, entre ellos algunos “consagratorios” a nivel nacional como el Museo de Arte Moderno, del INBA en la Ciudad de México. ¿Consideras que sin los espacios institucionales y de legitimación, que estos otorgan, tu obra no tendría la misma trascendencia?
JRC: Los recintos oficiales claro, dan una legitimización a tu obra, pero no son determinantes, el que tu obra alcance un reconocimiento tiene que ver también con la originalidad y la propuesta del discurso estético y que conlleva mantener una calidad en tus propuestas y estas muchas veces se pueden exhibir en espacios no oficiales, porque así lo requiere el concepto, mucho del land art, arte urbano y ambientalista etc. Está fuera de los museos y no deja de ser arte, más bien acerca a otras posibilidades estéticas y de diversidad de públicos, mi trabajo se ha expuesto tanto en recintos oficiales como en espacios públicos.
JLA: ¿Crees que el arte sea exclusivo para un grupo socialmente privilegiado, que solo es posible acceder a él desde el punto de vista de la experiencia estética, sí es que se tiene la formación académica en esos terrenos?
JRC: Hay arte que se mantiene en ese rango, que busca que el público tenga un rango de preparación y atender a grupos socialmente privilegiados, la arquitectura podría entrar en ese rango aunque podría decir que es más el económico, pero en general cualquier arte contiene el germen de la experiencia estética la cual tiene que ver con la sensibilidad que tiene cada persona y a través de eso gozar y entender las obras y eso va mucho más allá de cualquier discurso que quiera encasillar o determinar. Nos encontramos en un momento donde los paradigmas están cambiando pero hay algunos que prevalecen y tienen que ver con lo humano, con el hombre mismo.
JLA: ¿Consideras que el arte es una necesidad para la vida, como creación, como manifestación humana o es una diversión ociosa, una mercancía?
JRC: El arte es una manifestación humana, es diversión ociosa y no ociosa, es mercancía, es intelectualidad, banalidad, es prestigio, es conocimientos, filosofía, modo de vida, ¿y necesario a la vida? Claro que sí, porque el arte es todo y a la vez nada, porque el arte es hecho por humanos y para humanos, tiene que ver con la vida de cada uno, hay quien lo consume y hay quien lo disfruta y esto tiene que ver con un rango de posibilidades económicas, sociales, políticas, estéticas y espirituales, religiosas etc., es muy amplio el espectro del arte.
JLA: ¿Crees en el arte como una herramienta o medio de transformación personal o social?
JRC: El arte puede transformar a cada individuo en lo personal y en su entorno, lo social dependerá de sus rangos de influencia en lo familiar y en la sociedad, pero si no creo que sea como una varita mágica que de la noche a la mañana cambie todo, se necesita que cada individuo que forma la sociedad cambie, y eso entra en el terreno de lo utópico, el arte puede contribuir, pero es y será un proceso largo.
Para terminar esta charla, ¿Podrías dar tu punto de vista sobre el panorama actual de las artes en el estado, con referencia a la enseñanza, la promoción y el papel deseable a desempeñar por las instituciones públicas municipales o estatales, cuya función es esa?
JRC: Nos encontramos en un momento de ebullición en la enseñanza de las artes y en la cantidad de jóvenes que desean estudiar, dedicarse, vivir del arte y en la creación de nuevos espacios, para la manifestación de las artes en general como las visuales, el teatro, la danza, la música, la literatura; conciertos, espectáculos, exposiciones, lecturas. La promoción de estas desde mi punto de vista, aún es limitada. Creo en suma, que se pueden generar más estrategias de difusión y sinergias entre las instituciones públicas municipales, estatales y privadas, para la promoción de los creadores locales dentro y fuera del país.
JLA: Maestro Chuy, ¿Te gustaría agregar algo más que consideres debamos tratar o conocer?
JRC: Solo invitarlos a que visiten la exposición Del Color de la Tersura, que se exhibe en la Ex Escuela de Cristo o Pía.
JLA: Muy agradecido, Maestro, por la confianza y tu colaboración al compartir con nosotros este diálogo circular.
Coda: La exposición permanecerá en exhibición hasta el 5 de febrero de 2023.