Alguien me quiso matar, narró Ciro Gómez Leyva a unas horas de sufrir un atentado, “alguien creo, eso me lo confirmaron tanto los policías, como los MP, no era un robo, evidentemente no era un intento de secuestro. Todo indica que alguien me quiso matar anoche. Yo no sé quién era. No tengo ninguna amenaza, nadie me había amenazado. No tengo pleito con ningún vecino, no tengo ninguna deuda que no haya pagado, no he discutido con nadie, más allá de lo que discutimos aquí en el programa y no voy hacer conjeturas”.
El periodista y líder de opinión estuvo a punto de ser asesinado y sumarse a la terrible cifra de periodistas víctimas de la violencia que hacen de México el país más riesgoso para ejercer el oficio de informar. Durante 2022 más de una decena de periodistas han muerto a manos del crimen organizado, dependiendo de la fuente van de once a trece las víctimas en este año, que aún no termina, de acuerdo a Article 19 son doce, mientras que el informe de Reporteros sin Fronteras indica que son once los asesinatos, 20% de los 57 profesionistas de los medios ocurridos en el mundo.
Reporteros sin Fronteras reportó que a nivel mundial, durante el 2022, se incrementó en 18.8% el número de periodistas asesinados con respecto al año anterior, que en América Latina se cometieron el 47.4% de los crímenes contra periodistas, y esa lista la encabeza México, seguido de Haití con seis y Brasil con tres asesinatos.
Las reacciones por el atentado contra Ciro Gómez Leyva, afortunadamente, suman miles de manifestaciones públicas que repudian el acto de violencia y solicitan que se haga justicia para encontrar a quienes perpetraron y ordenaron el ataque; por el clima de violencia que se vive en el país, es indispensable la demanda por esclarecer actos tan infames, de manera inmediata porque la agresión contra el periodista no es un hecho aislado y tampoco contra un individuo, refleja las condiciones de riesgo en que desempeñan su tarea todos los profesionales que buscan informar, y refleja el nivel de violencia que toda la sociedad mexicana sufre, sin importar el trabajo que se realice.
Desafortunadamente, junto a las miles de muestras de solidaridad para con Ciro Gómez Leyva, se han difundido mensajes llenos de odio e ignorancia que en un afán protagónico culpan o protegen al gobierno de la Cuarta Transformación; al tiempo que en redes sociales se expresaba un claro repudio al intento por asesinar al periodista, no faltaron quienes de manera inmediata desestimaron el señalamiento del líder de opinión y lo acusaran de haber perpetrado un autoatentado para mostrarse como víctima del hostigamiento que todos los días realiza el presidente Andrés Manuel López Obrador desde su conferencia matutina contra aquellos que no comparten su forma de pensar o muestras su idolatría.
Apenas unos días antes del intento por asesinar a Ciro Gomez Leyva, el presidente indicó que Ciro Gómez Leyva forma parte de un grupo corrupto que lo atacan todos los días y representan a grupos de poder económico y político, pero que el pueblo ya está “muy consciente y ya está harta de la prensa vendida o alquilada y de estos medios de comunicación que solo defienden a las minorías rapaces”, insistió en que esos periodistas están al servicio de los intereses creados y están al servicio de la oligarquía, por lo que no representan un periodismo independiente; López Obrador fue más allá y cerró su comentario pidiendo a sus seguidores que no siguieran escuchando a esos periodistas porque pueden ser afectados: “Imagínense si nada más escucha uno a Ciro o a Loret de Mola, o a Sarmiento no pues es hasta dañino hasta para la salud. Si los escucha uno mucho le puede salir a uno un tumor en el cerebro”.
La mayoría de las autoridades de la Cuarta Transformación, desde el presidente hasta la jefa de gobierno de la Ciudad de México, han expresado su preocupación por el atentado contra Ciro Gómez Leyva, desde el primer momento en que difundió los detalles del ataque que sufrió, el periodista se negó a especular, a realizar conjeturas sobre los hechos, pero eso no importó a los lambiscones de siempre que, con tal de quedar bien con el poder, esgrimen la defensa a ultranza e inventan ataques donde no los hay, propagan infundios para exhibir a los adversarios y mostrarlos como enemigos de López Obrador y el pueblo bueno.
Lamentablemente, junto con este grupo de necios también se manifestaron, desde el otro extremo, los usurpadores que en todo hecho encuentran motivo para mostrar la superioridad moral que creen que los distingue y, desde el privilegio, hablar en nombre de los olvidados, reclamar justicia para todos, como si el perorar desde el escritorio fuera una acción efectiva en contra de las condiciones de desigualdad que vive el país en todos los ámbitos.
Desde expresidentes hasta comentócratas de medio pelo utilizaron el atentado en contra de Ciro Gómez Leyva centrando la atención en un hecho menor, que el periodista viajaba en una camioneta blindada (que le proporcionó, desde hace años, la empresa para la que labora), hicieron esa distinción para exhibir las condiciones de desigualdad que hay en el gremio periodístico, como si el destacar eso funcionara para mejorar las condiciones laborales precarias en que miles de profesionales de la información viven el día a día, como si el distinguir las prerrogativas a las que se ha hecho acreedor el periodista al que intentaron asesinar abonara a que las autoridades y los empleadores tomen conciencia sobre las condiciones en que miles de periodistas desarrollan su trabajo o, sólo por que hicieron ese señalamiento, se fueran a resolver los cientos de crímenes contra profesionales de la información. Incluso hay un bloque de estos usurpadores victimistas que demanda que se cancelen las conferencias matutinas de López Obrador, como si esa fuera la causa del avance impune del crimen organizado en el país.
La ignorancia de los extremos los iguala en su ruindad, ni los defensores a ultranza de la Cuarta Transformación ni los buenpedistas van a lograr que se haga justicia, en ningún caso, no en el de Ciro Gómez Leyva, no en el de los demasiados periodistas asesinados en México (157 de 2000 a la fecha, de acuerdo a Article 19, 145 hombres y 12 mujeres), les basta con obtener un like o un Me encorazona en redes sociales, sumar emoticones a su necesidad de quedar bien consigo mismos, a la ansiedad del reconocimiento: qué valiente, qué brillante, qué empático… siempre hablando en nombre de las víctimas, llámese el Poder o los de a pie, activistas de escritorio que confunde la bravuconada con la exigencia ciudadana de seguridad para todos, sin distinciones, sin hacer distinciones entre filias y fobias, con la plena convicción de que la defensa de los derechos humanos comienza por la idea compartida de que todos somos iguales y tenemos las mismas responsabilidades y derechos.
Coda. Mi absoluta solidaridad con Ciro Gómez Leyva, sin cortapisas, sin excepciones o distinciones, es una expresión personalísima que creo puedo hacer en nombre de LJA.MX, mi casa, porque el periodismo que nos hemos propuesto parte de la defensa de las causas, con el principio de para todos, todo. Ánimo, salud y democracia.
@aldan