La agricultura es una actividad esencial para los seres humanos, pues a través de ella se obtienen los alimentos que consumimos para subsistir. Debido a su industrialización, se han desarrollado diversos procesos que terminan por ser dañinos, como el uso de químicos cuyo objetivo es preservar los cultivos y protegerlos de plagas.
Los herbicidas e insecticidas utilizados en la agricultura han provocado la contaminación de los suelos, agua y de los propios alimentos. Uno de ellos es el glifosato, una sustancia introducida en 1970 por la empresa estadounidense Monsanto, bajo el nombre comercial Roundup. Desde ese momento su uso se generalizó en todo el mundo, pues la empresa consiguió posicionar su producto como uno de los más utilizados para la agricultura a gran escala.
¿Qué es el glifosato?
El glifosato es un herbicida, diseñado para el control de malezas y hierbas en los campos de cultivo. Dado que estas plantas compiten por espacio y recursos con los cultivos, son retiradas de los terrenos. En la agricultura industrial se introdujo el glifosato para hacer más rápido este proceso, que previamente se realizaba de manera manual.
Dado que el glifosato es un agroquímico no selectivo, va de la mano con el desarrollo de cultivos transgénicos. Es decir, el glifosato elimina cualquier planta con la que tiene contacto, incluyendo las malezas y los cultivos. Por lo tanto, fue necesario desarrollar en los laboratorios semillas cuyos productos pudieran resistir los efectos del glifosato.
¿Por qué es dañino el glifosato?
Esta sustancia penetra en el suelo, llegando a contaminar los mantos acuíferos y generando residuos que permanecen en los cultivos. Desde hace varias décadas, se ha asociado el glifosato con la aparición de cuadros cancerígenos, sin embargo en distintas partes del mundo sigue siendo utilizado a gran escala.
Después de años de reclamos y la generación de evidencias por parte de la comunidad científica, en 2015 la Organización Mundial de la Salud clasificó al glifosato como probablemente cancerígeno para los seres humanos, puesto que se encontró que genera esta enfermedad en animales. Además, hay datos que apuntan que reduce la capacidad inmunológica de los seres humanos, provocando más enfermedades y dificultando su atención.
Otro punto negativo de este agroquímico es su efecto en el medio ambiente, pues además de la contaminación de espacios naturales también es responsable de la pérdida de biodiversidad. Esto es especialmente alarmante en insectos y polinizadores, pues son seres indispensables en la reproducción de plantas, necesarias para la alimentación y mantenimiento zonas naturales.
Estudios como la Antología toxicológica del glifosato demuestran los efectos negativos de esta sustancia en la salud, medio ambiente y biodiversidad. Este reúne más de mil documentos científicos donde se apuntan los perjuicios que ha generado esta sustancia a lo largo de décadas y fincan suficiente evidencia para solicitar su prohibición.
Además, el uso de cultivos transgénicos — necesarios en el uso del glifosato — ha sido señalado en sí mismo como un problema. Estas semillas pueden provocar la erosión acelerada de los suelos, además de una alimentación poco nutritiva e incluso dañina. Los alimentos transgénicos provocan además una pérdida de diversidad natural en los cultivos, afectado de manera negativa las tradiciones y actividades de millones de personas que viven de la agricultura.
Demandas y prohibiciones
La empresa alemana Bayer compró en 2018 a Monsanto, la responsable de introducir el glifosato en el mundo. Esta empresa también desarrolló la sustancia conocida como agente naranja, utilizado en la invasión estadounidense a Vietnam y ocasionando 400 mil muertes y 500 mil nacimientos de personas con malformaciones.
En los Estados Unidos se han generado 125 mil demandas por perjuicios a la salud y demás generadas por el glifosato. Bayer acordó indemnizar a las y los afectados con una suma total de 11 mil millones de dólares, con el objetivo de terminar el proceso judicial abierto en su contra.
En México diversos grupos y colectivos han denunciado los efectos dañinos de esta sustancia, por lo que han solicitado la prohibición del glifosato en México. Por lo pronto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha ordenado la suspensión en el uso de este agroquímico hasta resolver los amparos puestos en contra. Además, el gobierno de México ha anunciado que a partir de 2024 estará completamente prohibido, en un decreto publicado en diciembre de 2020.
Aunque se ha demostrado una y otra vez los efectos dañinos del glifosato, la empresa Bayer sigue produciéndolo y comercializándolo como una de las mejores opciones para eliminar las malezas en cultivos. “Durante sus más de 40 años de uso, el glifosato se ha convertido en una herramienta indispensable para los productores agrícolas que procuran mejorar su eficiencia, garantizar cosechas más productivas y preservar el ambiente“, se lee en el sitio web oficial de Bayer.
Si bien la lucha contra el glifosato ha permitido señalar los efectos negativos de los agroquímicos en los cultivos, especialmente herbicidas y pesticidas, muchas otras sustancias dañinas siguen siendo utilizadas a gran escala. Es importante buscar nuevas maneras de producir alimentos, teniendo como principios la conservación ambiental y el cuidado de la salud.
