Marruecos reclama: Ya deben tenernos respeto - LJA Aguascalientes
23/11/2024

 

El día y la noche se hicieron en un instante cuando el martes 6 Marruecos echó sorpresivamente a España de Qatar 2022. Desde entonces, el nombre de esa selección africana le dio la vuelta al mundo… Pero ¿cómo se ha gestado esta historia de triunfo? Sobre el fenómeno marroquí, especialistas explican que parte del éxito pasa por los pies de sus futbolistas que decidieron jugar para su selección, pese a haber nacido en otro país –un tema aún espinoso en México, por ejemplo–, estatus criticado en el pasado cuando ocurren malos resultados. Así, mientras Marruecos se reconcilia con sus jugadores de doble nacionalidad, España se divorcia del balompié que lo ha marginado.

A los jugadores de la selección de futbol de Marruecos les caló hasta las entrañas que el diario catalán La Vanguardia publicara que España se mediría en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022 “al equipo de la ONU”, donde 14 de los 26 jugadores del plantel son “extranjeros”, nacidos en seis países.

“Esto enojó bastante a los jugadores; entonces tenían doble motivación para ganarle a España. Ese menosprecio a los jugadores de Marruecos hizo que doblaran su fuerza. ¿Qué representa este triunfo? Es la locura porque hacer historia y hacerla ganándole a España es con muchísimo más gusto”, dice Amine El Amri, reportero que está cubriendo la Copa del Mundo para el diario marroquí Le Matin.

A estas alturas de Qatar 2022 ya es bien sabido que 16% de los jugadores de las 32 selecciones participantes (137 de 832 futbolistas totales) no representan al país donde nacieron. Marruecos es justamente la nación que ejemplifica cómo las migraciones han generado equipos nacionales multiculturales porque esos 14 jugadores nacieron –y prácticamente todos crecieron– en Canadá, Países Bajos, Bélgica, España, Italia y Francia.

Sin embargo, Amine El Amri explica que esto no es nuevo, pues desde finales de los ochenta se volvió una constante convocar a la selección a los marroquíes nacidos en el extranjero, situación que ha sido cuestionada cuando el equipo no ha cosechado buenos resultados. Entonces se levantan las voces de quienes dicen que los jugadores no tienen amor por Marruecos ni representan al país.

“Ha habido ese falso debate sobre su marroquinidad, pero es de gente con mala leche que supone que los resultados eran porque no querían pelear por la selección. Nunca ha habido un jugador que viniera y no lo hiciera bien, siempre han dado más del 100 y no se puede decir que uno es más marroquí que otro. Ese falso debate explota cuando los resultados no están, la gente busca un culpable y hablan porque no están en Marruecos; aprovechan que estos jugadores tienen sus vidas en el extranjero para echarles la culpa del mal resultado”.

En 2004 Marruecos llegó hasta la final de la Copa Africana de Naciones y el equipo tenía seis jugadores nacidos y crecidos en el extranjero. Pese a que perdieron 2-1 ante Túnez, los marroquíes celebraron el éxito deportivo y coreaban los nombres de esos futbolistas.

“Estamos en el cruce de muchas civilizaciones: en el norte de África, a 14 kilómetros de Europa, tenemos raíces árabes. Ser marroquí es más que un sentimiento, y cuando ves a un jugador de primer nivel que está en el Chelsea o ves a (Achraf) Hakimi en el Real Madrid, en el Borussia o en el PSG es un orgullo. El orgullo y la identidad de estos jugadores es un millón de veces más importante que las dudas que alguien podría tener”, insiste el periodista.


Los idiomas oficiales de Marruecos son el árabe y el amazigh, que es la lengua que hablaban los antiguos marroquíes antes de que en el siglo VIII los árabes llegaran a esa región africana. Prácticamente todos los marroquíes hablan y entienden francés. El español también está muy extendido en el norte y el sur. Aunque los seleccionados nacidos fuera de Marruecos hablan mucho más el idioma del país donde nacieron y crecieron, “todos están haciendo el esfuerzo para hablar la misma lengua; por supuesto, la mejor lengua que hablan es el futbol. Todos hacen mucho esfuerzo por aprender, sobre todo el himno nacional, que es en árabe”.

El propio director técnico de la selección de Marruecos encarna el sentimiento de representar la camiseta del país que se lleva en el corazón. Walid Regragui es un marroquí nacido en París que, como futbolista, jugó en España, Francia y Marruecos; es un exseleccionado nacional del país donde nacieron sus padres. Ha defendido a ultranza a sus jugadores porque en Qatar 2022 han sudado la camiseta como pocos. Marruecos es, junto con Países Bajos e Inglaterra, una de las tres selecciones que siguen invictas en la Copa del Mundo.

Regragui tiene en sus filas a seis futbolistas que juegan en Francia, cuatro en España, tres en Inglaterra, tres en Italia, tres en Marruecos, dos en Bélgica, dos en Alemania, dos en Arabia, uno en la Liga de Qatar y otro más en la Liga de Turquía. Es la materia prima que tuvo al alcance cuando en agosto de este año tomó las riendas de la selección de Marruecos, luego de que el serbio Vahid Halilhodzic fue destituido por dos razones: un pleito con el delantero estrella Hakim Ziyech y la derrota frente a Egipto en los cuartos de final de la Copa Africana de Naciones 2022.

 


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