- La existencia de terrenos baldíos han sido factores de riesgo
Señalan integrantes del Consejo Estatal de Población (COESPO) el crecimiento de la ciudad horizontal y discontínuo donde se ha dejado de lado el aprovechamiento de los espacios que ya cuentan con servicios para pensar en hacer fraccionamientos nuevos, sin tomar en consideración los huecos existentes que le cuestan muy caros a la población.
Esto como parte de la investigación denominada Diagnóstico sobre la realidad social, económica y cultural de los entornos locales para el diseño de intervenciones en materia de prevención y erradicación de la violencia en la región centro: el caso de Aguascalientes, Aguascalientes, en el que participaron Eugenio Herrera Nuño y Armando Valdivia Durán que participaron con varios capítulos relacionados con la población y la vivienda.
De acuerdo a datos del Colegio de Urbanistas, la mancha urbana tiene alrededor de 12 mil 200 hectáreas de extensión; según información del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) de este total el 20 por ciento de esta superficie son terrenos baldíos que propician la sensación de inseguridad en las personas y se vuelven realmente lugares peligrosos. De acuerdo a la evaluación de trabajo de gobierno municipal en el 2002, el 76.2 por ciento de las personas dijeron sentirse inseguras en estos espacios.
Teniendo en consideración el crecimiento poblacional como uno de los factores que llegan a incidir en la generación de la violencia, se mencionan una serie de factores que efectivamente tienen una relación directa, como es la segregación espacial en cuanto a la distribución. Esta segregación provoca mayor expansión horizontal, proliferación de lotes baldíos, agotamiento de los mantos acuíferos y la propiedad del suelo en pocas manos.
Como contenedor de la violencia se plantea la posibilidad de que las personas con escasos recursos puedan tener acceso a una vivienda de tipo popular, aunque esto también tiene sus aspectos en contra porque finalmente las viviendas de este tipo de fraccionamientos son todas iguales, lo cual agudiza en las personas la necesidad de diferenciarse, la tendencia hacia la individualidad que no siempre puede satisfacerse.
El crecimiento horizontal ha generado en el caso de Aguascalientes un proceso de conurbación con Jesús María y San Francisco de los Romo donde la tierra anteriormente agrícola se vuelve suelo urbano. Este tipo de crecimiento dificulta la cobertura de los servicios, aumenta el gasto público y se necesita la multiplicación del equipamiento.
Otro detalle mencionado en el estudio es el del tipo de vivienda en el que las personas habitan, de acuerdo al IMPLAN existen en el municipio 524 fraccionamientos o colonias, 377 se consideran de tipo popular localizadas al oriente y sur poniente de la ciudad; 110 son de tipo medio y 37 son residenciales, la distribución de la viviendas es al mismo tiempo un reflejo de la distribución del ingreso. Esta distribución de la riqueza y el acceso a mejores condiciones de vida son también un factor que agudiza o contiene la violencia.
Como consecuencia del tipo de vivienda se da un fenómeno más que es el hacinamiento. El promedio de tipo de casa en Aguascalientes, es una con más de cuatro ocupantes, de acuerdo a datos del INEGI, el 40 por ciento tienen dos recámaras, sumándolo con las que tienen una sola y las que tienen tres suman en total el 92 por ciento de la vivienda de un total de 286 mil 22 viviendas registradas para este 2010.
En las zonas donde aumenta el número de ocupantes por casa se agudiza la violencia, existen hogares multigeneracionales en espacios reducidos donde se dan muchos enfrentamientos, Herrera Nuño acotó que efectivamente existe el crecimiento vertical pero al interior de las viviendas. Incluso hay comunidades rurales donde hacen toda su vida en un cuarto.
Las circunstancias que se suscitan a raíz del hacinamiento, son la promiscuidad, acciones violentas, invasión a la intimidad, alcoholismo. En Aguascalientes las colonias con mayores niveles de delincuencia son la Jesús Terán y la Insurgentes.