- Sólo les otorgan lo básico y no los preparan para ser poder independientes
- Lo primero que ellos aprenden es a caerse para no lastimarse, perder el miedo y volverse a levantar
Un buen número de personas discapacitadas que usan silla de ruedas lo son a raíz de un accidente, luego de ese cambio drástico en su vida reciben rehabilitación, sin embargo en la mayoría de los casos estas sesiones se limitan a dejarlos con el nivel de movilidad mínimo sin preocuparse por adiestrarlos para que ellos puedan hacer su vida de la forma más independiente que les sea posible, comentó Marco Antonio Marván Cabrera, instructor del taller Superado barreras.
A través del segundo taller Superando barreras impartido en las instalaciones del DIF municipal con el apoyo de personas integrantes del Consejo Estatal de Personas con Discapacidad que comenzó ayer y concluirá hasta el próximo 4 de diciembre, según informó Ángel Torres Moreno, titular de la dirección de programas institucionales del DIF municipal.
Anteriormente el DIF municipal entregaba como apoyo para las personas discapacitadas, sillas de ruedas, pero no existía un espacio donde pudieran aprender otras habilidades para utilizarlas. Ahora a través de estos talleres han propiciado la adaptación física y psicológica de las persona a su nueva condición de discapacitados en silla de ruedas.
Este segundo taller aborda principalmente la convivencia de la persona discapacitada en el espacio público de las ciudades. En el caso de Aguascalientes se han hecho modificaciones exteriores como rampas adaptadas en diferentes partes, se instalaron algunos semáforos con sonidos y han mantenido vinculación con las personas discapacitadas de la sociedad civil organizada con el fin de lograr mayor armonía en la convivencia entre las personas que no tienen discapacidad y quienes sí.
En este caso los instructores, José Luis Mendoza Martínez, Marco Antonio Marván Cabrera y Williams Medina Sánchez, el DIF municipal los apoya prestándoles las instalaciones, colchones, escaleras y la duela.
Torres Moreno comentó que al parecer en esta ocasión donde en el censo del INEGI se incluyó de manera explícita la pregunta sobre si en la casa había una persona con discapacidad, el nivel de personas con esta condición aumentará hasta en un 100 por ciento más de lo que se tenía registrado.
Marco Marván comentó acerca de esta tendencia de los procesos de rehabilitación para dejar a las personas después de un accidente en un nivel muy básico de rehabilitación. “Ya estás en un punto estable, ya no vas a conseguir logros demasiado notables, entonces te egresan y la gente se queda sin lo que es necesario para retomar su vida y reintegrarse a la sociedad”.
A través de cursos como éste se pretende cubrir esos huecos que le quedan a la persona discapacitada luego de su rehabilitación porque no les dan un tiempo para que ellos sean capaces de lograr una independencia física antes de que pudieran recibir cualquier tipo de capacitación laboral. La seguridad que adquiere una persona discapacitada independiente se puede ver cuando tiene la capacidad de decir: "ahorita vengo voy a la tienda no me tardo, sin que se haga un drama".
No es sencillo que una persona discapacitada acepte superarse de manera inmediata luego de un accidente, Williams Medina reconoció que el proceso es difícil, se necesita decisión y firmeza para salir adelante, pero estar dispuesto es el primer gran logro, luego viene la posibilidad de aprender habilidades para tener la libertad de ir al cine, al mandado hacer cualquier actividad “normal”.
Para él, la seguridad adquirida con estas capacitaciones sirve incluso en la vida personal pues hace que ellos se acerquen a una muchacha que les gusta o viceversa sin mayor problema porque se sienten bien consigo mismos y capaces de cuidarse por sí mismos.
José Luis Mendoza igualmente aceptó que es un trabajo que en un principio parece imposible, pero la necesidad de moverse por cuenta propia y no pedirles apoyo a los demás hasta para las cosas más sencillas es un motivo para buscar la independencia.
“Yo empiezo a barrer, yo empiezo a trapear, que hay trastes que lavar pues también me los echo cuando tengo mis tiempos libres, son mis días de descanso en el trabajo”.
Después de adquirir una serie de habilidades, José Luis Mendoza se siente libre, sale a la calle, va a la tienda, recorre con confianza ciertas distancias, se siente capaz de mostrarle a quien lo necesite todo lo que aprendió.
Aún así salir a la calle no es sencillo y lo que él aprendió con su experiencia es que ir en el sentido contrario de los “peligros” es la forma más segura de resguardarse de ellos, como en este caso los autos o cualquier otro obstáculo, es más fácil sortearlo si se ve de frente.
Como parte del taller, lo primero que aprenden es a caerse para evitar lastimarse, porque la realidad es que en la mayoría de los obstáculos de la calle existe el riesgo de una caída, les enseñan a no tener miedo y levantarse, que la caída se vuelva algo normal. Luego viene un movimiento básico conocido por ellos como pararse en dos puntos que significa lograr que la silla de ruedas se sostenga sólo con los puntos traseros, esto les sirve para subir las banquetas, pasar los topes y sortear las rampas que en su mayoría no están a ras de piso.
A fin de lograr la integración de las personas discapacitadas en cuanto a su movilidad en la vía pública hacen falta muchas cosas, pero algunas de las más importantes son el respeto a las normas de accesibilidad emitidas por gobierno federal con los criterios tal y como fueron marcados desde un inicio, hacer accesibles los camellones, respetar el reglamento de tránsito, adecuar los cruces de las calles donde sólo hay rampa de un lado y no del otro.