Estimado lector de LJA.MX, espero que se encuentre bien y los tiempos sean afables, esta semana continuó con la segunda parte del despertar de la filosofía, muchas gracias por su atención y tiempo para leer esta columna. En la medida y en la proporción del tiempo se ve una historia distinta y así mismo un modo de concebirle, la filosofía nunca ha sido estática, a partir de los sistemas y de sus interacciones ha tomado distintas ramas y ejecuciones, desde una esencia clínica hasta su vínculo en niños y centros carcelarios, contiene un sentido estricto lógico, cualquier planteamiento a modo de problema o de área de oportunidad puede tener una arista y definición bajo la lección filosófica.
Están comenzando a existir nuevas líneas de investigación y de aplicación de la filosofía aplicada, el acto de pensar y encontrar sentidos y soluciones es una necesidad básica, no solo es teorizar como ya se mencionó, es actuar en consecuencia a un análisis y una interpretación, las crisis aquejan en demasía a un mundo en donde falta acuerdos y cuerdos.
El filósofo español José Ortega y Gasset mencionó “El avance mayor que en historia y especialmente en historia de la filosofía se ha logrado en los últimos años consiste en habernos permitido el lujo de ser sinceros y reconocer que no entendemos a los pensadores antiguos, esta sinceridad con nosotros mismos ha sido recompensada ipso facto” (Gasset, 2012).
Existe una coincidencia con las palabras del pensador aunado a la sinceridad difuminada y perdida en las últimas décadas, evidentemente los procesos son cíclicos y en cada planteamiento se extiende una sinceridad inacabada y progresiva, existen antecedentes de la filosofía en contextos educativos desde la antigua Grecia, era el modo de aprender, incluso de existir, en la actualidad hay diversos ejemplos que se pueden aplicar de modo puntual y objetivo y que al mismo tiempo sean medibles dentro de los parámetros que se establezca ya sea un gobierno, una institución académica, una empresa, una asociación civil, o una persona de manera individual.
La práctica correspondiente para filosofar se encuentra en un devenir, es interesante analizar como en las últimas décadas se han incrementado las enfermedades mentales en su estrecha relación con los aspectos emocionales y anímicos, la depresión los suicidios en aumento son un reflejo que como se ha mecanizado una insoluta y errabunda estrategia para abatir estas problemáticas bajo un entorno de medicación y por supuesto de consumo.
No es loable leer como al menos en un estado de México como lo es Aguascalientes los suicidios han incrementado de un modo desbordable, desde un niño de doce años, hasta una mujer azotada por la violencia de género.
“El suicido se mantiene como una de las principales problemáticas de salud pública del estado de Aguascalientes, pues según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la entidad cuenta con una tasa de 18.4 suicidios por cada 100 mil habitantes de entre 15 y 29 años. De esta manera, Aguascalientes se ubica en el cuarto lugar nacional en incidencia de suicidios para este sector poblacional, detrás de Chihuahua (26.4), Yucatán (23.5) y Campeche (18.8). En 2021 sucedieron 8 mil 351 fallecimientos por suicidio en México, lo que representa una tasa de 6.5 auto privaciones de la vida por cada 100 mil habitantes”.
(https://newsweekespanol.com/, 2022).
La estadística permite tener concepciones cuantitativas de manera directa y del mismo modo permite esgrimir una latente postura de inferencias, con base a los datos que se presentan, se logra percibir una situación vituperable, que una persona no le encuentre sentido a su vida es el reflejo de la carencia de ideología o creencias, dicho eso, no es pretensión de quien suscribe que las ideologías o creencias son la antítesis del suicidio, jamás me atrevería a esgrimir una idea en esa tesitura, no obstante considero fundamental y de vital importancia que cuando se cree en algo y se lucha por algo, no existe esa ausencia que rodea al suicidio y los antecedentes que se presentan en torno a él.
Despertar implica tomar decisiones, no necesariamente de un modo consciente, pero sí por una voluntad manifestada, bien se dice que el sueño de los que están despiertos es la esperanza, la filosofía aplicada viene a presentarse como una esperanza presente ante un mundo de complejidades subjetivas, es menester dilucidar que no se pretende esgrimir que el filosofar es la salvación, pero probablemente sí un camino para tomar distancia de los enemigos naturales del ser humano como lo son la ignorancia, la hipocresía y la ambición.
In silentio mei verba, la palabra es poder.