Los celos son una conducta que tiene su origen en la falta de autoestima de la persona, que en su búsqueda por la seguridad basan todas necesidades y valores en una pareja, por lo que al sentirse defraudas por la sospecha de un engaño, recurren a comportamientos agresivos, explicó el especialista, Héctor Grijalva Tamayo, director de la clínica de salud mental “Agua Clara”, quien acotó que el 85% de las personas que acuden a tratamiento son mujeres, ya que son más susceptibles a la celopatía.
En las secciones de nota roja en medios impresos frecuentemente se puede leer notas sobre actos violentos originados por celos llevados al extremo al descubrir infidelidades por parte de las parejas. Hace apenas 15 días en el Hospital Tercer Milenio del Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes (ISEA), se atendió a una joven de apenas 17 años con quemaduras en el 70% de su cuerpo, provocadas con acido muriático que una amiga suya le arrojó en venganza, después de descubrir que ella y su novio sostenían relaciones sexuales.
Grijalva Tamayo explicó que en psicoterapia se considera que todos los celos son patológicos, “no hay celos buenos”, no obstante es normal sentir celos, el problema se presenta cuando no se tiene la capacidad de reaccionar adecuadamente ante la presencia de ese sentimiento. “Los celos se presentan ante la falta de seguridad en una persona de su personalidad, cuando hay una enorme pérdida de la autoestima y la confianza en sí misma, entonces fija todos sus valores y todas sus necesidades a satisfacer en otra persona, el esposo, el amante”.
Detalló que las personas con estas características cuando descubren que sus parejas salen o coquetea con otras personas se desarrollan un gran miedo a quedarse solas y perder a la figura protectora, “es entonces cuando vienen los comportamientos absurdos”, como agredir al tercero en discordia y no a la pareja quien le fue infiel, “no lo agrede porque entonces lo pierde, a esa figura de apoyo de protección”.
El especialista refirió que las personas con esta patología no tienen la capacidad para dialogar con su pareja y ponerle límites a la relación manifestando su desacuerdo en la infidelidad, o en su defecto poner fin a la relación por el engaño. Expresó que las personas que sienten celos y tienen reacciones normales son aquellas que con las separaciones causadas por infidelidades asumen la situación y no quieren hacerse daño o a alguien más, señaló que lo contrario significa una “grave carencia de la autoestima”.
El director de “Agua Clara” agregó que los celos patológicos se fomentan desde la infancia, desglosó que la personalidad de una persona inicia en la niñez y se consolida en la adolescencia, periodo en el que la influencia de los padres es parte fundamental, “lo más importante de ejemplo no es lo que los papás dicen sino lo que los papás hacen, entonces si una muchacha ve que el papá es parrandero, mujeriego, infiel y tiene otra familia y la mamá lo aguanta, ella integra que ese es el rol femenino que así es como son las mujeres”.
Refirió como un signo de alerta sobre esta conducta destructiva es cuando las personas que sienten celos sufren continuamente, “sufrir por celos es anormal y se tiene que buscar ayuda profesional”. Grijalva Tamayo externó que en “Agua Clara” se ofrece terapia a las parejas para superar esta situación, pero acotó que es una patología difícil de tratar en virtud de los factores naturales y sociales que influyen en su presentación, como estereotipos y el machismo que continua fuertemente arraigado, “los hombres así son las mujeres tienen que aguantarse que así son infieles, no importa que tenga capillitas si tú eres la catedral”. Expresó que en la mayoría de los casos son las mujeres las que solicitan la ayuda, y la convocatoria con los hombres suele ser frustrante porque no van a las sesiones.