- Llegó hace cuatro meses sin pensar que iba a quedarse aquí por más tiempo
- Su misión es dar a conocer que aún existen danzantes y guerreros de carne y hueso
Venadito el danzante que se volvió parte de la escenografía de la plaza de armas se va a la Ciudad de México este domingo para participar en la fiesta de la virgen. Luego de quedarse cuatro meses continuos en Aguascalientes cuando en un principio sólo venía de paso, se quedó acá dice porque encontró jóvenes para enseñarles la danza para preservarla, esta fue una costumbre que aprendió de su abuelo, ahora es parte de su vida y se sabe obligado a darla a conocer a todas las personas y principalmente a los niños.
“Iba para Guadalajara y de Guadalajara a México, pero aquí me quedé con los chavos, es que no me puedo ir porque como están cayendo nuevos, esto es un calpulli, ahora que voy a México me voy a llevar a alguien para que sepan que aquí hay danzantes”.
Un día apareció en plena Plaza de la Patria, desde lejos se escuchaba un sonido de cascabeles a lo lejos, aunque nada se viera, al acercarse al centro de la plancha central se escuchaba con mayor claridad, era un danzante, de dónde venía, qué estaba buscando, cuánto tiempo iba a pasarse aquí, quizá en los primeros momentos ni él lo sabía, se fue quedando. Le tocó ver los amaneceres, caía la luz y él seguía iluminando el centro histórico con su movimiento.
Ahora sólo se va por un día acompañado de Tonatiuh, pero después piensa volver y dar un recorrido para el lado del estado de Jalisco aunque para ese viaje todavía no tiene una fecha, luego va a ir a Zacatecas y a otros lugares porque de eso se trata, de que los estudiantes no se queden estancados aquí. “La misión es que esto siga viéndose que no diga la gente que no hay, habemos muchos, darnos a conocer a la gente, ir a los lugares sagrados a danzar”.
Señala que no fue coincidencia que llegara a Aguascalientes porque el pasado 21 de marzo lo bautizaron como Tlatoani en La Quemada, Zacatecas. “Ellos no sabían que venía de Juárez y me nombraron de aquí de Aguascalientes como a Moctezuma, fue gente de nuestra propia etnia conforme al tiempo que tenemos, yo tengo 32 años”.
La señal para ir de un lugar a otro es la necesidad de ir mostrando lo que es un guerrero, que las personas mayores, los niños que son muy especiales se acerquen, se den cuenta que son reales, se den cuenta cómo son en persona y no se los cuenten en la escuela. “Aquí todos los niños me saludan, me dan la gracias porque estoy aquí danzando, mi intención es siempre estar en las plazas para mostrar lo que sé hacer”.
Originario de Ciudad Juárez, lleva su tierra en el corazón y el dolor de ver a los jóvenes asesinados sólo porque sí, pero él por el contrario está dedicado a llevar a los lugares donde se para un mensaje de paz. Por otro lado señala que además de danzar en la calle, los medios de comunicación son los principales que colaboran para dar a conocer a más personas este mensaje, llevar periódicos de aquí a otro lugar y traer periódicos de allá y mostrarlos aquí.
Su estancia en Aguascalientes la hizo en el hotel Belén, le salió algo cara, pero para él valió la pena, quiere traer danzantes de México para que de manera tradicional vuelvan. ¡Buen viaje Venadito!