- Los activistas continúan sin ver el beneficio real de devastar esa área natural
- Integrantes de la Comisión Nacional del Agua realizaron ya una visita al lugar
Manifestaron activistas que podrían darse presiones a nivel federal para que se autorice el cambio de uso de suelo para el espacio conocido actualmente como cuenca del Arroyo de Cobos, donde tienen previsto realizar el fraccionamiento Centenario de la Revolución que desde la perspectiva de los ecologistas es innecesario destruir este espacio, comentó en un correo enviado Agustín Bernal, presidente del Comité de vigilancia participativa de la Cuenca de Cobos- Pargas San Francisco.
Comentó que el pasado 13 de mayo visitaron el lugar acompañados de personal de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) para revisar las condiciones del lugar y dar cuenta de la importancia de la cuenca en términos de la protección de un acuífero natural que resulta por partida doble un acto innecesario y poco benéfico, en términos naturales implica un riesgo para una zona verde, que fuera del área donde se encuentra la pensión que está clasificada con un uso de suelo agrícola, tan importante en estos momentos de consecuencias de cambio climático, para el estado y el mundo entero.
Por otra parte aunque efectivamente la población del estado va en crecimiento, también es real que existen en otras unidades habitacionales espacios aún sin ocupar incluso en el propio centro de la ciudad. Aunque se ha considerado la zona oriente como uno de los espacios para el crecimiento de la zona habitacional del municipio, la realidad es que no es válido hacerlo en áreas verdes naturales, también es real que esta es un área donde todavía no existe un sistema de transporte tan consolidado y eso lo hace una zona cara para “esos pobres” que requieren una casa, por lo que los activistas se han opuesto a ello.
Incluso ellos, han planteado varias alternativas como hacer un padrón de las viviendas que se encuentran libres en el municipio, para entonces poder determinar a ciencia cierta que tan necesario es invadir un espacio que es todavía “virgen” aún cuando ya ha sido dañado en varias ocasiones por el escombro que ahí tiran y por el saqueo de materiales de construcción que ahí se encuentran aunque no está autorizado para ese uso.
“¿Por qué tenemos que destruir lo que a la naturaleza le ha costado cientos de años hacer? ¿Por qué permiten las autoridades que se especule con el precio de los baldíos de la ciudad y en vez de obligar a sus propietarios a venderlos o rentarlos?”, escribió Bernal en su comunicado.