¡Ya viene el cortejo!
¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines,
la espada se anuncia con vivo reflejo;
ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines.
Marcha Triunfal,
Rubén Darío.
Al redoble de tambores y claros clarines con su trueno de oro, la República se envuelve con sus colores patrios, mientras que los Poderes del pacto nacional se mandan misivas cargadas de numerales que representan las bolsas dinerarias que acumula el Tesoro nacional, para ser repartido entre los estados e instituciones integrantes del pacto federal. Así, el pasado 8 de septiembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, SHCP, entregó el Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal 2022 a la Cámara de Diputados.
El Diputado Ignacio Mier, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, declaraba que el Presupuesto de Egresos de la Federación, para el próximo ejercicio fiscal, “no contempla aumento a ningún impuesto ni recortes en programas sociales”, pues indicó que para el próximo ejercicio fiscal “los criterios de política económica seguirán manteniéndose en el mismo sentido como se ha manejado la política fiscal y monetaria presupuestal del país”. (Fuente: El Financiero. Economía. Redacción. Septiembre 8, Paquete Económico 2023: Todo lo que necesitas saber de su entrega. https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2022/09/08/paquete-economico-2023-todo-lo-que-necesitas-saber-de-su-entrega/).
Para precisar ese gran supuesto de quien recibe el paquete hacendario, es oportuno recordar lo que declaraba su emisor principal, A partir del desarrollo argumental del Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al hacer entrega a la Cámara de Diputados, este miércoles 8 de septiembre, del Paquete Económico 2022 (Fuente: Omnia. https://www.omnia.com.mx/noticia/194345/hacienda-entrego-al-congreso-el-paquete-economico-2022); podemos deducir algunos elementos de análisis, que nos permitan comprender mejor el tipo de política económica que, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador define para su 4º año de mandato constitucional. Se trata de la miscelánea fiscal que incluye la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y los Criterios Generales de Política Económica (CGPE). De acuerdo con el documento base: Gaceta Parlamentaria. Iniciativa del Ejecutivo Federal. Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2022. (Cfr. http://www.diputados.gob.mx/PEF_2022/inicio.htm).
El punto climático que define “el mismo sentido como se ha manejado…”, fue expresamente apuntado por el propio Secretario de Hacienda, Ramírez de la O: (Cfr. Nota mía. LJA.MX, Por quién doblan las campanas. Viernes 10 de septiembre, 2021).
El presente proyecto se hace por y desde el sector público, estrictamente dicho, al centro del Poder Ejecutivo propiamente dicho. No establece concurso ni directo y convergente con el Sector Privado de la Economía –entiéndase enfáticamente empresariado mexicano-, por lo que el núcleo concéntrico más vital que es la Política Fiscal, no se vincula a causar nuevos impuestos desde el sector privado mayor de la economía, aunque sí ensaya de ensanchar o ampliar la base de contribuyentes menores, cuya actividad más intensiva hoy se da en el ámbito informal de la producción económica. La tesis de base es que la simple extensión de la base y su contribución activa es suficiente para incrementar el volumen recaudatorio del Fisco, garantizando así un saludable margen de maniobra para potenciar el Gasto Presupuestal, que es su principal esfera dependiente.
Lo que permite concluir que no hay pacto económico Fiscal intencional, específico y contractual con el Sector Privado, se le deja correr en paralelo, aunque esperando pragmáticamente que, en los hechos, bajo las operaciones de inversión y financieras al uso de este actor primario y de gran peso, al final, contribuye al enriquecimiento del Tesoro de la Nación, pero no se finca relación institucional específica alguna con él. Dicho llano y simple, por mero prurito ideológico -el Ejecutivo se declara en contra de la oligarquía financiera y rapaz-, y en consecuencia suprime de tajo cualquier intento de negociación y pacto económico desde el Estado (¿!?), así cueste a la nación/ciudadanos todos, una evidente postergación de sus expectativas de crecimiento y un digno desarrollo integral. Es imperativo enfatizar la centralidad de esta tesis general, de base, so pena de no entender aquello del paso de “la austeridad”, a la “pobreza franciscana”.
Precisado lo cual, es posible ahora leer con claridad y atingencia tanto la partición como la composición tanto cualitativa como cuantitativa del Paquete Económico 2023. Sea. (Ver: El Financiero, Ut supra. Ibídem). El Presupuesto de Egresos tiene dos vertientes: A) El gasto no programable (se destina al cumplimiento de obligaciones y apoyos determinados por la Ley como la deuda pública, las participaciones a entidades federativas y municipios, lo que significa que no financia la operación de las instituciones de Gobierno federal. B) El Gasto programable (se refiere al que soporta la operación de las instituciones de la administración federal para que estas proporcionen servicios como educación, salud, carreteras o las relaciones con otros países, etc.).
Antes de repartir los productos del Tesoro, hay que estar a lo que dicte la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) que engloba las leyes subsidiarias en materia de recaudación, conocida como Miscelánea Fiscal, tales como la Ley Federal de Derechos, Ley de Impuesto sobre la Renta, Ley del Impuesto al Valor Agregado y el Código Fiscal de la Federación. Los impuestos que recibe el Estado con medios necesarios para la producción de los servicios públicos generales y que reciben a través de impuestos, cuotas y aportaciones de seguridad social, las contribuciones de mejoras, Derechos, Productos, Aprovechamientos, Ingresos por ventas de Bienes y Servicios, Participaciones y aportaciones, Transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas, así como ingresos derivados de financiamientos. (Fuente: El Financiero. Paquete Económico 2023: Todo lo que necesitas saber de su entrega. Redacción, septiembre 08, 2022. https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2022/09/08/paquete-economico-2023-todo-lo-que-necesitas-saber-de-su-entrega/).
Quien manda, a la hora del reparto, es el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), el que contiene dos elementos rectores para la distribución (Fuente: Hacienda. Transparencia Presupuestaria, Observatorio del Gasto. https://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/es/PTP/Infografia_PPEF_2023). El Gasto no programable, y el Gasto programable. El primero, en esencia, desde mi punto de vista y como eje interpretativo de análisis, define en los hechos el Pacto Federal, más allá de la justificación ideológica de la 4T y su retórica populista, ya que aquí sí lo concretiza como “federalismo”, a la usanza estrictamente de su poder hegemónico, su visión e interés político.
Para mí aquí está el meollo de la cuestión. En total, el Presupuesto 2023 asciende a $8,299,647.8 millones de pesos; de los cuales, $5,958,256.6 millones de pesos se destinan al Gasto Neto Programable (partida del Tesoro en manos del Poder Ejecutivo Federal); en tanto que el No Programable suma $2,341,391.2 millones de pesos (distribuido en las 32 entidades federativas/estados de la Unión, y con vertiente a sus municipios respectivos; lo que implica, aunque sea a nivel teórico que no proporcional, que las entidades federativas como resto de la Unión, reciben cada una, su respectivo 1/32avo del reparto No Programable); es decir hasta sumar un 28.2% contra el 71.8% del monto centralizado a nivel federal. En el cual se contienen, por cierto, $3,900,715.1 millones para el Desarrollo Social.
Como dicen los abogados: “rebus sic stantibus”… Estando así las cosas, tenemos un ente político-económico con una colosal cabeza hiper-olmeca de gobierno central, y unos delgados y disminuidos apéndices del resto corporal. Lo que tiene evidentes y enormes consecuencias para el buen desarrollo, real bienestar y calidad de vida del resto de los sujetos de la Federación. Y que lógicamente se traduce en un frágil, endeble y meramente retórico “federalismo”, dentro del presuntamente régimen de la esperanza de la 4ª Transformación Morenista, bajo el López-Obradorismo. Un ogro ya no filantrópico, sino canibalizador de sus hijos patrios.
Lo que nos ha llevado a recrear esa imagen de esferas de política económica -imaginando la Madre/Gea-, ahora trasladados a sonidos o temas sonoros, digamos que se parece a un campanario, en el cual hoy por hoy no se harán sonar ni la campana mayor, ni las medianas que le siguen en escala; sólo vamos a utilizar las campanas menores y esas más alharaquientas, llamadas “esquilas”… Vamos a escuchar un concierto sin la grave sonoridad de las campanas más impresionantes y poderosas (nuestro imaginario colectivo de Big-Ben), que emiten sonidos graves y transmisibles a grandes distancias; pero sí vamos a escuchar un repique de sonidos más agudos y bajo timbres dominantes de contraltos y sopranos, puras esquilas. O sea, hoy, podemos no caminar juntos empresarios/Estado, estados libres y soberanos/Gobierno Federal, y…. ¡todos tan campantes!