La Sala 10 del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) presenta un excelente video en esta exposición del artista francés Kader Attia (1970) –que vive y trabaja en Argel y en Berlín–, como han sido todos los eventos del recinto desde su primera emisión.
“Memoria refleja” es una interesante y particular propuesta. El trabajo versa, de manera general, en explorar los efectos de la hegemonía cultural y el colonialismo occidental.
En esta ocasión, con “Reflecting Memory”, continúa su inquietud por la investigación sobre el concepto operativo de la “reparación” como táctica objetual y social de los colonizados y como desafío político de las colectividades.
A partir de varias entrevistas a médicos, historiadores, psicólogos, entre otros, Attía va recogiendo testimonios para ir construyendo un discurso donde las comparaciones metafóricas entre la restauración del cuerpo de una persona y la del cuerpo social, se entrelazan con imágenes reparatorias a través del espejo.
Partiendo del síndrome de los llamados “miembros fantasma” que padecen algunos pacientes a los que se les ha amputado un miembro y que sufren dolor y sensaciones en la extremidad ausente, explora la manera en que las sociedades poscoloniales padecen la memoria del trauma o de la pérdida.
Una de las ideas fundamentales de esta propuesta es la posibilidad de la restitución para que se dé una completud imaginaria.
El artista profundiza en la reapropiación epistemológica y emocional de los subyugados, para ir más allá de la simple devolución de los objetos etnográficos a los museos.
Cuahtémoc Medina, curador de esta muestra, escribe un texto donde sintetiza el trabajo del francés como “…la diversidad de actitudes ante los objetos o cuerpos dañados, como la interferencia entre el pasado, el presente y el futuro, en relación con las heridas fantasmales que propician las formaciones persecutorias y fundamentalistas de la política actual de identidades”.
Cada entrevistado que aparece en el video aporta una visión profunda que no tiene desperdicio. Reflexiones como:
-Los seres humanos somos capaces de ser reparados y ya no víctimas de la selección natural basada en las debilidades.
-La reparación de la memoria histórica, los relatos catastróficos que no han sido reparados y siguen teniendo un costo humano.
-Los duelos personales y los duelos históricos que necesariamente se deben restituir para que no queden como miembros fantasmas y que no se desista de reclamar su lugar perdido.
Y más, como la memoria religiosa, los chivos expiatorios de traumas colectivos, el peligro frente a la negación que no permite que los acontecimientos se hagan conscientes, así como las consecuencias de la trasmisión de un trauma cultural, que se le deja a las próximas generaciones.
Y ésta:
“Entre más lejano en el tiempo se encuentra el trauma, mayor valor tendrá en la actualidad”.
En la página del museo se puede asistir a una conversación entre el artista y el curador. Texto que suma para acercarse a este proyecto.
“Memoria refleja” permanecerá en línea hasta el 8 de enero del 2023 en el MUAC/Sala 10, de Ciudad Universitaria.