Con un espectro de colores brillantes y una pintura que va de lo abstracto a formas geométricas que se vuelven inscripciones de palabras o imágenes arquetípicas, como la Rueda de la Vida o mandalas, la pintura de Liz Reza se convierte en un viaje por experiencias espirituales.
Motiva mi plática con ella la próxima exposición en la que participará junto con Tracy Lara, Itzael Reyes, Lorena Santbrown y Jassín Antuna, la cual abre el 8 de septiembre en la galería de Konesh Soluciones Integrales, ubicada en Tuxpan 64, en la Colonia Roma Sur de la Ciudad de México, a las 19 horas. Recorremos junto con Liz Reza un mundo pleno de explosiones de color y de palabras dirigidas a la conciencia de quien mira sus cuadros.
A partir de varias imágenes que he visto en tu página de Facebook, me atrevo a pensar que tu pintura es una forma de experiencia espiritual, ¿consideras que es así?
Definitivamente mi mensaje es espiritual, porque desde que elaboro el trabajo y desde que lo pienso y boceteo cada obra estoy en una meditación, estoy sola, trabajo sola, me envuelvo en mis pensamientos y, desde luego, en la elaboración de la obra. En todos mis cuadros escribo siempre mensajes que le trato de decir al espectador, a la otra parte; yo quiero lograr un diálogo con quien ve mi obra, entre yo como artista y aquella persona que está frente a mí, que lo vea y que tengamos ese diálogo interno que sólo sucede cuando miras un trabajo de este tipo. Siempre mando mensajes que el espectador no puede ver, pero que sí puede sentir. Con esta técnica de la escritura ya llevo diez, doce años; la aprendí con un maestro cubano, quien me enseñó cómo plasmar el mensaje. Como puedes ver, ahora estoy en la parte abstracta, la abstracción de la idea, que yo manejo a través de colores, por medio de explosiones cósmicas, que son mi forma de expresarme.
Es una obra espiritual y ese mensaje viene de lo más profundo de mi ser. Normalmente escojo mensajes de personas muy avanzadas, donde dicen palabras que realmente impactan. Hasta hace poco me atreví a escribir yo, porque tomé un curso con la maestra Carmen Nozal, ya ves que ella es una excelente poeta, y ella me enseñó las bases de la poesía, que es complejísima, y me atreví a escribir dos tres cositas, pero honestamente prefiero algo más profesional, porque lo mío es la pintura.
¿Qué te lleva a la elección de los temas que manifiestas en varias de tus pinturas, como la Rueda de la Vida o los mandalas, en que se avizora una vinculación con el mundo espiritual?
La Rueda de la Vida viene a partir de que yo comienzo a estudiar cábala, es mi espiritualidad actualmente, la estudio todos los días. Es una explicación de porque estamos en este plano físico, de esa manera manifiesto que para mí la vida es un círculo que se abre y se cierra. La vida es nacer, renacer, morir y así estamos sucesivamente; nuestro cosmos, nuestra galaxia es un círculo, todo es un círculo, es una forma geométrica perfecta que no tiene principio y no tiene fin; entonces, todo el movimiento que representa la vida, a cada instante nos presenta la vida cambios, y en el momento en que aceptamos los cambios somos más felices porque aceptamos que todo cambia, que somos más viejos, que ya no tenemos las mismas habilidades; pero también vamos siendo mejores personas, por eso casi siempre aparece en mi obra, de alguna u otra forma, el círculo. Inclusive hay obras mías en las que la letra viene a manera de círculo o viene completamente manifestada en desorden por completo; sin embargo, en cada obra aparece escrito un poema completo.
¿Cómo fue tu formación artística? ¿Qué rescatas de ella en lo que haces actualmente?
Desde el 92, comencé mi formación artística, tenía 26 años, ahora tengo 58. Empecé como oyente en la Academia San Carlos. No pude entrar como alumna normal porque en esa época era sobrecargo de aviación. Xomo no tenía asistencias regulares, no me permitieron entrar, pero me permitieron ser oyente. Entraba, practicaba, estaba con los maestros. De allí me fui con un maestro de La Esmeralda, maestro Enrique Zapata, quien me enseñó técnicas como el óleo, acrílico, técnicas mixtas, composición, círculo cromático… Esa fue mi formación, ha sido poco académica, en cuanto a contar con un certificado. Mi constancia es la que me ha dado la formación.
A partir de 2004 tomé un curso de pintura abstracta, desde entonces estoy en ello. En 2006 tuve la oportunidad de tener mi primera exposición individual. A partir de entonces pude exponer cada año en distintos sitios, en distintos espacios, culturales, tales como la Torre de Pemex (que fue donde empecé), después me dieron la oportunidad en Banco de México, en una colectiva, y de allí estuve en el Museo de Azcapotzalco, en tres exposiciones individuales, el Ex Convento del Desierto de los Leones, y un montón de galerías particulares. Y así sucesivamente, hasta la fecha.
Con la técnica que estoy manejando ahora tengo poco tiempo, alrededor de dos años, es poco realmente, y es con la que más me he identificado de manera plena y completa. Estoy explorando hasta el fondo esta forma de expresión tan libre, tan abierta, con este manejo de los colores, que yo amo el color, y que me hace sentir que es mi camino. Después de 28 años encontré lo que tanto busqué
¿Qué pintores consideras que te apasionan tanto como para hacer alguna referencia a ellos en tu obra plástica?
Uno de los que más me encantan es un gran expresionista, el maestro Manuel Felguerez, que se nos fue con la pandemia, un hombre bastante mayor. Tuve la oportunidad de verle meses antes de que partiera de este mundo físico; a él lo admiro muchísimo por su gran formato y por esa explosión, porque es lo que a mí me encanta, esa abstracción de la idea y geometría, porque maneja una geometría formidable, donde son varias pinturas en una sola. La última exposición que tuvo en el MUAC fue formidable, con esos colores dorados y verdes que metió, blanco, negro, era una maravilla.
Otro pintor alemán expresionista, Franz Ackermann, que maneja una soltura maravillosa; Bacon, que es un pintor inglés del siglo XX, con estos personajes deformes de los rostros, donde mete hasta reses abiertas de las cuatro patas, obras muy expresivas, y dentro de lo mismo mete geometría, cubos, por ejemplo, y adentro está un obispo en una silla, con su vestimenta de obispo y un rostro deforme, por ejemplo. ¿Por qué me llaman la atención ese tipo de expresiones? Porque son atrevidas, porque tienen esa capacidad de no tenerle miedo a nada, a decirle al otro, que está viendo su trabajo, que así es la vida, que a veces la vida es fuerte, es dura y no a veces, sino casi siempre. Tenemos momentos muy felices, me queda claro, pero la vida es dura, y estos pintores enseñan que la vida es así.
Por otra parte, me encantan pintores impresionistas, que manejan los paisajes con una perfección absoluta, pero con su pincelada sin detalle, te alejas y ves todos los detalles, captas la luz, la sombra, la profundidad, la noche, el día. Obviamente Vincent van Gogh es uno de mis favoritos.
Me encanta Frida Kahlo porque tiene la capacidad de expresar su sufrimiento y con ese problema físico que tuvo durante toda su vida, y el dolor fue parte de ella, y tener las ganas de hacer algo porque además quiero decirte que pintar requiere de un gran esfuerzo, es decir, se nos va mucha energía; al menos a mí, cada obra que hago termino agotadísima, cansada pero satisfecha desde luego, pero sí requiere de mucha energía.
Admiro más todavía a aquellos artistas que no están consagrados, como yo, pero que tenemos las ganas de decirle algo a la gente a través del arte. El arte es la forma más noble y sincera que tenemos los seres humanos para decir lo que realmente somos, la verdad.
Jackson Pollock me ha influenciado en la soltura que tengo en mi obra. Ese chorreado que tiene se me hace lo máximo. Yo no pinto como él, pero son autores que han influido en mi vida y seguirán influyendo. Y no se diga el mismo internet, estamos inmersos en la comunicación inmediata, y siempre estoy viendo que está haciendo la gente, cuáles son las tendencias. Soy seguidora de muchos artistas norteamericanos. Tengo comunicación con ellos, compartimos imágenes, compartimos ideas, me pasan tips de alguna situación, de cómo resolver alguna pintura, un color.
¿Qué te gustaría resaltar de lo que has logrado en tus pinturas?
Lo que más me gustaría resaltar en mis pinturas es el mensaje que escribo, y dices “pues porque no te pones a escribir mejor, ¿no”. Y sí, sería bueno (ríe), pero prefiero pintar. ¿Cómo lo hago? Yo dibujo letras de muchísimas formas, tengo muchas técnicas para interpretar la poesía, algún pensamiento que me impacte en mi obra, y sí, tengo muchas formas de hacerlo, puede ser el altorrelieve; por otro lado, ya terminada la pintura, escribo encima a doble letra, es decir, escribo un poema en un color y abajo le pongo otro, entonces eso le da realce o doble imagen a la letra. Lo que más me gusta resaltar es ese mensaje combinado con la explosión de color.
¿Qué obras has elegido para esta exposición?
He elegido una obra de formato mayor, que son dos metros de ancho por uno diez de alto, viene con otros cuadros pequeñitos, de treinta centímetros por treinta, cuatro cuadrados, cuya paleta es la continuidad del de formato mayor. Como te dije anteriormente, en este cuadro viene expresado un gran poema de la maestra Carmen Nozal. Escribí el poema a mano y lo coloqué a un lado de la obra, para que si alguien lo quiere leer completo lo pueda hacer, y lo pongo al lado de la ficha técnica.
¿Qué significa para ti la exposición en las instalaciones de Konesh Soluciones Integrales?
Me parece una gran oportunidad, me siento honrada de que me hayan invitado a participar. Siempre son bienvenidas las personas que quieren y respetan el arte. Eso es lo que aprecio y agradezco, compartir con mis compañeros, admirar su trabajo, porque la riqueza está en la diversidad. En México, todos somos muy distintos y todos podemos decir muchas cosas. Me encanta esta oportunidad.