Morena, el partido fundado por Andrés López acudió este sábado 30 de julio de 2022 a la primera de dos jornadas para renovar su Congreso Nacional. Se habla ya de una asistencia de casi 3 millones de ciudadanos. Si consideramos que el Padrón Electoral que sostiene el Instituto Nacional Electoral (INE) se conforma por poco más de 93 millones de posibles votantes, en un país con una población de 130 millones de votantes, tenemos que el 1.9% de los mexicanos ya se encuentra afiliado al partido Morena, si nos ponemos conservadores con los números y cerramos en 2.5 millones la militancia que asistió a votar.
Si uno revisa los datos de afiliados por partido político en el mismo INEGI, verá que el Pri tiene afiliados a poco más de 2 millones, seguido por el PRD con 1 millón doscientos mil afiliados, y de ahí van para abajo los demás partidos.
Morena, un partido que nació el 2 de octubre de 2011, se ha convertido en una década en el partido que hoy tiene más afiliados participando en las jornadas que buscan renovar su Congreso Nacional con miras a las elecciones estatales de 2023, y sobre todo para consolidar su triunfo en 2024.
Por ello los Comenta Noticias de México, por encargo de los empresarios que controlan los medios de comunicación en nuestro país, han saturado los titulares de la prensa y los espacios noticiosos para señalar que “hubo irregularidades”, soslayando el hecho del músculo votante que desde Morena se está gestando. Incapaces de lidiar con la verdad.
Morena gobierna 21 entidades de la República, dejando apenas cinco para Acción Nacional, tres para el Pri, dos para Movimiento Ciudadano y una para el Partido Verde. La falta de oposición partidista al partido hegemónico que se va gestando es ya una realidad. 2.5 millones de afiliados acudiendo a las urnas para renovar su Congreso Nacional, mientras en el Pri, el ajolote de pantano Alejandro Moreno se sigue agarrando de las dipupacks para mantenerse en el poder: “O te quedas conmigo, o libero tus fotos y vídeos íntimos”.
El Pan, en cambio, está irreconocible de la mano del pequeño Markito, que sigue sin saber de qué se trata la política en México, puesto que su gran ejemplo a seguir era el chamaco prófugo Ricardo Anaya. Marko y Alejandro deberían hacerse a un lado.
Con la falta de liderazgo político desde los partidos de oposición, son los empresarios y los dueños de los medios de comunicación los únicos que siguen dando patadas de ahogado para sostener el ataque al gobierno de Andrés. Disminuido el recurso proveniente del gobierno de México, han tenido que saquear a los estados que sus amigos panistas y priistas aún gobiernan. Y, sobre todo, han crecido sus alianzas con empresarios y gobiernos extranjeros, para intentar todos los días debilitar por medio del ataque vulgar al gobierno actual.
Ya lo dijo alguna vez la investigadora Paulina López Ibarra: “En México existe un poder político empresarial, y este grupo, reducido en comparación con el total de la población (los 130 millones de habitantes), tiene intereses específicos, y velará por los mismos de la forma que crea necesaria. Grupos empresariales e industriales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin), funcionan ejerciendo presión económica, al conformar una forma activa del conservadurismo de la extrema derecha, apoyados en personajes de la jerarquía católica”. La investigadora también nos recuerda como, desde el sexenio de López Portillo: “un sector representativo del empresariado decidió emigrar de las filas del PRI para enrolarse a las del PAN”.
No cierres más los ojos, amable lector, es verdad que todos los partidos son lo mismo, es verdad que nadie en el gobierno trabaja por y para el pueblo, pero el análisis histórico que todos los días miramos, desde el exacerbado ataque en los medios de comunicación de México, son la clara evidencia de una Clase Alta mexicana, muy enojada porque se les ha cortado el flujo financiero de miles de millones de pesos que tenían la costumbre de recibir desde los gobiernos priistas y panistas, en detrimento de la sociedad mexicana.
Morena se va convirtiendo de a poco en el partido hegemónico de México. Necesaria es ya la desaparición del PRI, la refundación del Pan, así como la consolidación de Movimiento Ciudadano. Las elecciones presidenciales del 2024 será una batalla entre Morena y Movimiento Ciudadano, en la que —según puede verse hoy— arrasará Morena nuevamente.