El poeta es el único con libertad de expresión otorgada más allá de la moral
- Los medios impresos deben retomar el “derecho no estipulado” para los escritores, aseguró
En el marco de la Cátedra Dolores Castro, impartida por Benjamín Valdivia el día de ayer en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, se retomó la poesía como un mecanismo que considera el diálogo entre el hombre y el tiempo. En torno a este tema, Benjamín Valdivia expuso: “el poeta es el único que tiene la libertad de expresión no por derecho otorgado, sino por el derecho de aquella libertad que se encuentra más allá de la moral”.
Ante sus propias consignas, Benjamín Valdivia mostró el recorrido que lo ha llevado a esa libertad: la poesía misma. Es así que se puede encontrar entre sus publicaciones títulos como Esta redonda palabra (1983), Interpretar la luz (1994), Cantos prohibidos (2000), Manual para las tierras fugaces (2001), Inscripciones en la piedra (2004), entre otros más pertenecientes a otros géneros como la novela o el ensayo, además de su labor como traductor, editor y catedrático. Valdivia nació en Aguascalientes, en 1960, sin embargo, como expresó él mismo: “alguna vez fue de aquí”, ya que tanto su vida personal como profesional las has desarrollado en Guanajuato, lugar de residencia y vivencia que le ha permitido seguir creyendo en el “destino fortuito”, mismo con que mantiene el vínculo entre esta su tierra natal y aquella que ha adoptado.
Entre el ir y venir de las distancias y los destinos, Benjamín Valdivia continúa reconstruyendo el diálogo entre el tiempo y los hombres. En ese sentido, expuso el cuestionamiento de cómo se encuentran en la actualidad los mecanismos del lenguaje en la sociedad, cómo se perciben sus alcances, su recepción tanto en los medios impresos como en los digitales. Ante ello, manifestó que el lenguaje literario, específicamente la poesía, ha perdido espacio y difusión en los medios impresos (lugar en el que años atrás se le esperaba para su lectura), pero a su vez, ha encontrado eco en otras opciones como las redes sociales, el espacio virtual en donde “primero se publica y después se escribe”, es decir, que quien hace uso de esos espacios virtuales para dicho propósito pertenece a la premura de las cosas, no al sentido primero de la escritura: el hallazgo, el descubrimiento y su permanencia.
Por lo tanto, manifestó, la verdadera labor de los medios impresos, que permitieron alguna vez aquella libertad a la que se refirió Benjamín Valdivia (la que se encuentra más allá de la moral), debe retomar este derecho y permitírselo -no por derecho estipulado- a quienes desean mantener el diálogo entre los hombres y el tiempo, a quienes aún creen en los destinos fortuitos.
– Yadira Cuéllar