En el Museo de Arte Contemporáneo No.8 se exhibe Afluentes, obra pictórica de Bernardo Calderón. Eudoro Fonseca Yerena describe tanto la forma como el fondo de esta colección:
“Afluentes es una exposición conformada por numerosas piezas realizadas con diferentes técnicas: óleo sobre tela, dibujo, tinta y pintura sobre papel; obras de diferente formato y concepto, entre estas, un bello libro de autor que se despliega ante nuestros ojos como un verdadero retablo de las maravillas, y que da cuenta de un tránsito hacia nuevas formas de expresión por parte del artista. Bernardo Calderón siempre ha destacado por su dominio eminente del dibujo, por su rigor y excelencia en el trato de la forma, por su devoción a la pintura, al manejo de la luz y del color. Frente a las propuestas conceptuales del arte, Bernardo Calderón opta por un arte estético formal, pleno de valores plásticos, por un arte retiniano, según la expresión acuñada por Duchamp. El arte de Calderón bebe del impresionismo y de Sorolla, postula la centralidad de la mirada y la fascinación por la luz, por los reflejos y destellos, por la composición y descomposición del color.
Estas características las podemos apreciar en su pintura, especialmente en la serie Afluentes, en donde los pasos del agua, la pregnancia del mundo acuático como literalidad y como realidad simbólica, alegórica y metafórica producen formas de representación, plásticas y cromáticas, atrayentes y bellas. Bernardo se sitúa en ese instante en que el encuentro del agua y la luz producen una representación llena de matices y cromatismos, una visión temblorosa de lo real, una deformación del mundo, una fugacidad de la imagen en vías de su descomposición y tránsito hacia un mero cromatismo abstracto. Estas visiones luminosas son susceptibles de interpretaciones que van más allá de lo pictórico, pueden leerse como la corriente del tiempo existencial y humano, el devenir, como el río de Heráclito siempre cambiante y nunca el mismo, como la corriente que nos arrastra hacia la disolución, el movimiento en que la multiplicidad del mundo se resuelve en lo uno primigenio, en la vorágine que desrealiza las gramáticas de la realidad.
En las obras enmarcadas en el libro de autor, podemos apreciar un tránsito en los procedimientos técnicos, en las temáticas y en las propuestas creativas de Bernardo: de la pintura al óleo a la pintura con dibujo, al grabado, al uso de técnicas mixtas; del cromatismo del mundo natural y sus reflejos en el agua, a los tonos sepias y tierras, al ocre del tiempo y la memoria desteñida; de las múltiples y cambiantes configuraciones del agua a la centralidad del cuerpo como configuración morfológica, como anatomía, dúctil y cambiante, como posturas y cuerpo en el espacio. Pero también como entidad animada, como subjetividad insondable y misterio, como vehículo y soporte de las emociones. El cuerpo humano trabajo por Bernardo es también el cuerpo pasión, el que padece, objeto del deseo y del placer.
Alrededor de los cuerpos trazados por Bernardo pululan como constelaciones grafías del mundo prehispánico mesoamericano, referencias a la evolución de las especies, imágenes y formas autónomas, aparentemente desarticuladas de una narrativa integradora; rostros que son un guiño cultural y hacen pequeños homenajes, como sucede con la pieza “Todo cambia”, en la que vemos representado a Carlos Monsiváis.
Afluentes nos permite apreciar la evolución y las mutaciones en la obra artística de un maestro, cuya destreza técnica es puesta al servicio de una expresividad diáfana y luminosa, enigmática e inquietante, como corresponde a la ontología del arte.”
Una aportación extra que tiene esta exhibición es un pequeño taller cuyas actividades son coordinadas por Sandra Guadalupe Jiménez Vázquez y donde los asistentes pueden crear su propio libro de autor, creación que, comenta, es poco conocida en relación a las formas clásicas como lo es la pintura; tras el recorrido por las salas del museo, se invita a los asistentes a plasmar en un pequeño tríptico de papel imágenes, formas, símbolos propios o bien impresiones que hayan tenido al observar la obra.
En ese mismo espacio, María Antonieta Galindo Pérez, maestra en artes plásticas y miembro de Servicios Educativos para Museos y Galerías, realiza un proyecto que se basa en mandalas, estructuras de diseños concéntricos que representan la composición fractal o repetitiva del universo y de la naturaleza. Este proyecto consiste en un diálogo y una interpretación que hace María Antonieta acerca de una persona que visita el museo, la maestra da a elegir un diseño en blanco y negro, y tras una charla logra darse una idea de los patrones con los que dibujará la mandala.
Afluentes permanecerá en exposición hasta el 28 de agosto, aquí te dejamos una probadita para que te animes a verla:
