Opciones y decisiones / Cumbres borrascosas - LJA Aguascalientes
21/11/2024

El punto de partida de nuestra conversación anterior versó acerca del pesimismo que oscila como péndulo hacia el escepticismo informado de un gran conjunto de emisores y generadores de opinión de México, acerca de las posibilidades de que el engallado grupo de la Cuarta Transformación imponga su continuidad y permanencia en el poder, en el relevo constitucional del 2024 y lo relance hasta el año 2030. La razón que aducen, para que ello ocurra, tiene base en la virtualmente ausencia de liderazgo, o mejor, de una figura viva de líder capaz de unificar a la oposición política del régimen en el poder -bajo López Obrador-, y galvanizar sus ánimos, emociones y pasiones legítimas a por una vía alternativa del proyecto lopezobradorista, que hoy personifica la fuerza política dominante.

Mi posición al respecto es francamente divergente de este, que ya parece entronizarse como “destino manifiesto”, para el México que avanza hacia un futuro incierto y sin banderas dignas de ser portadas contra ese contingente que ya desde ahora canta victoria contra los regímenes del pasado, sí; pero, carente de resultados en su crítica gestión gubernamental de supuesta, que sí fallida, “transformación” nacional. Ante y contra dicha fuerza de un destino ineluctable, yo afirmo, en primer lugar, que no me alivia del peso moral de creernos ya derrotados (incluyo al gran conjunto de la sociedad civil divergente e insatisfecha con el mangoneo político de Morena, incluidas sus insignes “corcholatas”); y esto a pesar de saber que no en una, sino en múltiples críticas asignaturas, el régimen lopezobradorista está siendo reprobado.

Ya lo dije y no me arrepentiré, quienes queremos un México inserto en las causas superiores e inaplazables de los países que aspiran a ser mejores, más homogénea y estratégicamente desarrollados, más respetuosos del equilibrio y homeo-estacidad del planeta Tierra, de una organización social más equitativa, igualitaria, justa, unificada, con aspiración cierta al bienestar integral de todos sus habitantes y sectores poblacionales; con una sabia, inteligente, tecnológicamente viable producción, transformación, circulación y distribución de sus recursos naturales y no renovables. Una sociedad garantista de su derechos fundamentales, individuales y sociales, bajo el amparo de un Estado de Derecho fincado en instituciones sólidas del Poder Judicial como un todo firme, digno de respeto y hacer respetar, incluidos a los otros dos órdenes de Gobierno. Un ambiente social libre de las violencias cruentas y espurias que hoy enseñorean con vileza e impunidad, contingentes y territorios enteros de la Nación. Si todo esto es pecar de “aspiracionistas”, yo gustosamente me adscribo a este contingente de actividad positiva contra la inercia de aquel “destino manifiesto”.

De manera que, según yo entiendo, de lo que se trata es de construir un escenario –con todo y su guión dramático- de un proyecto alternativo, tanto en la teoría como en la praxis, radicalmente distinto a ese otro que ya califica y acaso denuncia el importante emisor de la intelligentia nacional que está declarando que la oposición actual ya está derrotada; es decir, “ya se les fue” la posibilidad de conquistar la Presidencia de la República en la contienda de 2024.

Al iniciar esta precisa conversación, proponía en paralelo al pesimismo y escepticismo documentado que ya venía ocurriendo en los EE.UU. respecto de lo que sería una segunda venida de Donald Trump a la presidencia de ese país. A este respecto, también la comentocracia mexicana lo venía calificando de un “alta probabilidad”. Al menos así ocurría hasta hace tres semanas -coincidentes con nuestros procesos políticos internos, de inseguridad creciente y catastróficos eventos de contingentes inmigrantes al y del país.

Este segundo frente de adversidad anunciada desde el exterior, sin embargo, ha dado durante la semana que termina un giro tan importante que supera lo diametralmente opuesto -en sentido unilineal-, para adoptar un movimiento espiral y ascendente, y con un spin impredecible. Me refiero a la colección de evidencias y testimonios presenciales juramentados que está obteniendo el comité bipartisano especial del Congreso de los EE.UU. en audiencias públicas, sobre el aciago acontecimiento del día 6 de enero 2021 sobre el Capitolio, en que se habría de calificar la elección presidencial del 2020, y puso en jaque el debido cumplimiento de su certificación, bajo la presidencia del Vicepresidente Mike Pence.

A este respecto, presenciamos un testimonio excepcional, mediante audiencia extraordinaria del Comité Especial, convocada para el día 28 de junio, próximo pasado. Que ahora reseño, en gran síntesis.

Se trató del testimonio emitido por la señorita Cassidy Hutchinson, Directora Asistente (Principal Assistant) de Mr. Mark Meadows, Jefe de Staff de la Casa Blanca, la presidencia. Quien inicia por recordar que el día 2 de enero 2021, el Sr. Rudy Juliani, se refería al próximo día 6 de Enero, como de un gran día. Las cosas, sin embargo, debido a los hechos ocurridos se pondrían realmente muy malas. Así lo advertía el Dir. John Radcliffe, Jefe de la comunidad de Inteligencia, quien temía que las cosas se pusieran peligrosas, de suerte que podrían existir repercusiones de riesgo.  Llegado que fue el día 6 de enero, Tony Ornato -Director Asistente de la Oficina de Entrenamiento del Servicio Secreto, supo de la asistencia de los Proud Boys, en la marcha hacia el Capitolio, lo que le permitía anticipar una violencia potencial; además, se supo de la presencia o portación de armas en el evento. En este punto del testimonio, podemos entresacar tres incidentes protagonizados por el Presidente, que son evidencias cruciales.

1) El primero, tiene como contexto la simultaneidad con que ocurrían los hechos, mientras el convoy presidencial estaba ubicado en la llamada Ellipse, le estaba siendo informado al Jefe de Staff, Mark Medows sobre el despliegue de violencia en el Capitolio, (así fue captado por la Srta. Hutchinson, cuando él estaba en el coche hablando por teléfono -no reveló con quién-, y a puerta cerrada, pues en una irrupción espontánea de ella, él volvió a cerrar la puerta). Transcurren unos 25’ minutos, tras los cuales él le pregunta a ella, qué tanto más hablaría el presidente.


Continúan en The Ellipse, que es un parque al sur de la reja de la Casa blanca y al norte de la Avenida Constitución y el National Mall de Washington, D.C. Allí le fue informado al presidente Trump que había hombres armados, a lo que Trump argumentó que los individuos armados no iban a herirlo él. (Por lo que opinaba que no les fueran confiscadas las armas por razón de seguridad). E incluso que quitaran los detectores de metales. Lo que era un hecho en ese momento, fue que el presidente quería estar en Capitolio con los asistentes.

Mientras que, desde el Capitolio, el Sr. Dick Cheney le expresa al Sr. Cepelloni, Asesor de Seguridad Nacional – su preocupación de que el presidente se desplazara al Capitolio; sería una idea terrible, comentó y reiteró que ojalá no ocurriera un tal movimiento. Y debido a la incertidumbre que se había generado el Sr. Cheney cuestionó a la Srta. Hutchinson, por esa ambivalencia. A su vez, en conversación del Sr. Cepelloni con la Srta. Cassidy, le expresó que, de ocurrir un traslado tal, –podríamos resultar responsables de tremendos cargos; – Tales como de obstrucción de la Justicia, o el de diferir the Electoral Call/ La Certificación Electoral, bajo responsabilidad del Vicepresidente Pence. Resumió diciendo: Podría parecer que nosotros estábamos alentando a riot / un levantamiento.

A pesar de todo lo discutido, Trump quería ir al Capitolio, al terminar su discurso en la Ellipse. A este respecto, el Consejo de Seguridad Nacional estaba enterado de su deseo, pero simultáneamente ya conocían la marcha de la turba sobre el Capitolio. Por su parte el Rep. Kevin McCarthy, Líder de la Minoría, llamo a la Srta. Hutchinson, para asegurarse de que no fueran al Capitolio; pues tenía conocimiento de que ese era el propósito. Ella le responde que efectivamente no irían allá. Y luego, lo confirma con Mr. Tony Ornato, del Servicio Secreto.  

2) Segundo incidente. Antes de que el convoy partiera de la Ellipse, ya el cuerpo del Servicio Secreto deliberaba sobre la idea de ir al Capitolio. En ese momento ya estaba ocurriendo la invasión al recinto. Antes de que el Voto Electoral fuera contado. Al subir a los vehículos del convoy presidencial, ocurre algo impensable. Que sólo después de llegar a la famosa West Wing de la Casa Blanca, el Sr. Ornato, con gran seriedad y apremio le pide a la Srta. Cassidy que entre a su oficina, en cuyo privado le relata lo que pasó en “la bestia”.

Resulta que estando ya el Presidente Trump por tomar su asiento, es informado de que no van a ir al Capitolio, deben regresar a la Casa Blanca, así le comunica el agente Bobby Engel. Ante lo que el presidente monta en cólera y coloca sus manos sobre el volante del vehículo -como queriendo él conducir-, ante lo cual el mismo Sr. Engel le sujeta su brazo, afirmando que tienen que regresar a la West Wing, en otro relato se dijo que Trump furioso sujetó a Bobby Engel por sus clavículas. Ya una vez en el trayecto, molesto el Presidente hace responsable al Sr. Mark Meadows de no haber ir al Capitolio. Es como concluye el altercado físico (que así califica la Rep. Elizabeth -Liz- Cheney conductora del interrogatorio) protagonizado por el Presidente Trump.

3) Tercer incidente. – Los hechos ahora se suceden dentro de las instalaciones de la Casa Blanca. – Se relata que el Sr. Cepelloni estando en la oficina de Mark Medows, le comenta que el presidente debiera hacer algo respecto de desalentar y despedir a la multitud de continuar ocupando el Capitolio, y su respuesta fue: No, no va a hacer nada. Después, como a las 2:15, la Asistente Ms. Hutchinson busca a Mark Meadows en el comedor ya que le lleva su teléfono… Al tiempo, quienes estaban allí en el comedor, discuten sobre el grito de la multitud: “Cuelguen a Pence”. Alguien afirma: – esto está loco-; en tanto que Meadows afirma que el Vicepresidente no hizo nada malo. En respuesta al comentario del grito multitudinario de ¡Cuelguen a Pence!, El presidente sorprendió al decir: “Mike deserves it”. Y en confirmación de su postura, publicó un Twitter. De Donald Trump (2:24 hrs): – Mike Pence didn’t have the courage to do what should have been done to protect our Country and Constitution, givin States a chance to certify a corrected sort of facts, not the fraudulent or inaccurate ones which they were asked to previously certify USA demands the truth. //Mike Pence no tuvo el valor de hacer lo que debería haber hecho para proteger al País y la Constitución, dando a los Estados la oportunidad de certificar una suerte de hechos corregidos, no los fraudulentos o imprecisos, que fueron previamente invocados a certificar. USA exige la verdad. // – Al enterarme de este pronunciamiento, yo estaba frustrada, dice la Srta. Cassidy Hutchinson, como americana, estaba disgustada, era antipatriótico, afirmar una mentira en el Capitolio; tuve que irme a digerir lo que acaba de escuchar en el hall. Porque, Pence se negó a no certificar la elección, (a dejar de…). , A causa del Twitt, las sucesivas renuncias de personal del primer nivel se suceden: Matt Pottinger, ex Deputy National Security decidió renunciar. Devos Chao también renunció. Y Destaca la renuncia del Fiscal General Bill Barr, perentoria al declarar la validez de la elección del Presidente John Biden. Quién al presentarla formalmente, recibió de Donald Trump como respuesta, ¡Aceptada! Dando un fuerte manotazo sobre la mesa, que alertó a todos. Lección para escépticos informados.

Entonces, sí se ha dado un giro elíptico y acelerado, escalando hacia arriba.

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