En esta entrega retomamos el contenido de la conferencia dictada por el doctor Gaitán en la 17ª sesión del Seminario Permanente de Ética animal, en la que expuso la propuesta de un nuevo modelo político que supere los esquemas de la democracia tradicional que están basados en la racionalidad, la capacidad lingüística y hasta en la espiritualidad, y se modifique por uno que incluya la sintiencia y la corporeidad como capacidades básicas para una inclusión cosmopolítica, en la que no sólo se tomen en cuenta las necesidades de las personas, sino también de otros seres con los que cohabitamos en las zoopolis y que se expuso sobre ello en la entrega anterior.
La propuesta de Gaitán está basada en la obra del Alasdair Cochrane titulada Política sintiente: una teoría de la justicia global interespecie (2018). Este autor reconoce que, de un tiempo a la fecha, se ha estado dando un giro político muy grande en la ética animal. Sin embargo, ¿qué quiere decir esto? ¿Cómo asume Cochrane este giro político? Éste se fundamenta en tres razonamientos: 1) Una crítica al estado centrismo de orden Estado-Nación, es decir, que poco a poco se han dejado atrás los modelos westfalianos (intereses del estado sobre los mundiales). 2) Un replanteamiento del concepto de soberanía, el cual ya no se piensa en sentido clásico, sino que las diferentes soberanías son entendidas como superpuestas, ya no absolutas (por ejemplo, además de las leyes internas propias, existen otras que, incluso, están por encima de éstas, como la Ley de los derechos humanos). 3) Una consideración de que vivimos en un planeta comunicado y globalizado, es decir, hemos pasado a ser ciudadanos del mundo, por lo que hay asuntos que repercuten a todas las naciones y todos compartimos algunas responsabilidades globales (por ejemplo, el cambio climático).
Frente a este escenario, cuyas repercusiones pueden beneficiar o perjudicar a otras especies y no sólo a los seres humanos, Cochrane propone la construcción de “una teoría de la justicia global interespecie” que implicaría, en principio, eliminar la discriminación que históricamente ha prevalecido por parte de los seres humanos en contra otras especies. Para poder construir una teoría de justicia global interespecie es necesario partir de los derechos básicos universales ya mencionados, los que permitirían fundar una arquitectura institucional y global de carácter democrático que sea capaz de garantizarlos. Tras esto se plantearía lo que es un Nuevo Orden Mundial, constituido por algo que Cochrane llama comunidades de destino. Éstas deben tener en cuenta a los animales como verdaderos ciudadanos o cuasiciudadanos (dependiendo de la categoría, como se explicó en la entrega anterior), por ello son en el fondo comunidades zoopolíticas interespecie. No está de más señalar que una teoría de la justicia global tiene que enfrentarse a disertaciones éticas y jurídico-políticas que traspasan las fronteras y competen a todos, aunque usualmente han quedado al margen de la Justicia en su más pleno valor.
En la última parte de la disertación, el Dr. Gaitán expuso el núcleo de su propuesta, que se basa en un filósofo un tanto olvidado para la teoría política: Baruch Spinoza, pensador del siglo XVII. Spinoza es un autor que permite pensar el cuerpo político de manera diferente a como lo pensamos actualmente, porque en su época no había nada aparecido al modelo westfaliano y los Estados-Nación como los conocemos ahora. Para Spinoza, un cuerpo está compuesto de otros cuerpos más pequeños que permiten su conformación. En el caso del cuerpo político, éste está constituido por el conjunto de ciudadanos de una comunidad.
En un cuerpo político, como en cualquier cuerpo vivo, hay relaciones de composición y descomposición, pero en referencia al cuerpo político las relaciones de composición son las que aumentan la potencia de la vida de todos los individuos, y las de descomposición disminuyen la potencia vital de éstos, debilitando a la comunidad. En síntesis, ¿por qué las personas configuran cuerpos políticos? Porque éstos permiten, no nada más sobrevivir, sino aumentar la fuerza y el poder vital, lo que conlleva a la felicidad y a alejarse del sufrimiento: un cuerpo político es un organismo vivo.
A esta tendencia a la vida, a su preservación y potenciación, Spinoza la llamó Conato y para él todo lo existente, especialmente los organismos con vida, poseen esta fuerza vital. El doctor Gaitán usa esta tesis para legitimar que todo ser vivo, comenzado con las plantas, poseen Conato y este simple hecho es suficiente para reconocer que tienen derechos básicos, más aún cuando esta fuerza se eleva en mayor grado en los seres sintientes. En el caso de los seres humanos esa tendencia viene de una consciencia de sí y de un entramado de relaciones con la Naturaleza de la que hace uso para aumentar su capacidad conativa, pero, lamentablemente, se pasó del uso al abuso.
Para concluir, en el caso de Spinoza, los cuerpos políticos sólo han estado configurados por seres humanos; no obstante, el doctor Gaitán considera que hoy en día sí podemos pensar en nuevos modelos de cuerpos políticos que integren, además del ser humano, a otros animales y que se reconozca que las zoopolis están conformadas actualmente por diversos tipos de seres sintientes y que, junto con ellos, se componen comunidades interespecie y cuerpos políticos en los que se debe reconocer el valor de cada miembro y su participación dentro de la comunidad.
Finalmente, el doctor Gaitán señaló que esta tesis es nombrada por él como corpopolítica, y es un concepto esbozado en su texto Las fronteras de las fronteras de la justicia. Invitamos a las personas interesadas en ver la presentación de la 17ª sesión del Seminario Permanente de Ética animal a que la revivan en el sitio https://www.youtube.com/watch?v=z5cjuHlwSZA en donde podrán conocer de primera mano la propuesta del Dr. Iván Dario Gaitán.