En promedio, un tratamiento para una persona seropositiva o con SIDA, sin tomar en consideración infecciones oportunistas graves cuesta alrededor de 12 mil pesos para una persona que no es derechohabiente del IMSS o el ISSSTE ni tampoco confía en el servicio del Instituto de Salud del Estado de Aguascalientes (ISEA), esto ha dejado en la quiebra a gente que tenía un buen estatus económico, antes de enfermarse, esto dentro del marco del primero de diciembre, día en que se conmemora el Día Internacional del SIDA.
Experiencias como estas las ha vivido ya Jorge Alfonso Blanco, coordinador del programa de VIH en el ISEA, donde ha sido testigo que debido a la desconfianza de las personas, una vez infectadas con el virus del VIH o enfermas de SIDA se gastan su dinero en tratarse una enfermedad que hasta ahora no tiene cura.
“Tenemos algunas experiencias de personas que estaban en una
posición económica alta y que precisamente estamos tratando de
documentar la catástrofe económica que produce este padecimiento en la
sociedad, tenemos pacientes que se mantenían económicamente bien, eran
solventes, pero desgraciadamente derivado de este padecimiento todos
sus bienes tuvieron que venderlos por no acercarse a los servicios de
salud”.
Por parte del ISEA, muchos de los tratamientos para infecciones
oportunistas están ya garantizados en forma gratuita a través del
programa estatal y están trabajando en conjunto con el Seguro Popular
porque hay muchos tratamientos que se cubren a través de este sistema y
la intención es lograr que la mayor cantidad de personas posibles
busque afiliarse al servicio de salud pública.
Lo menos que un paciente se puede gastar en forma mensual es entre 8
y 9 mil pesos, aunque también hay un sólo fármaco que cuesta más de 20
mil pesos.
“Entre más logremos que el mayor número de pacientes estén
conscientes de la importancia de estar afiliados al régimen del seguro
popular, obviamente se les puede garantizar un mayor acceso no sólo a
medicamentos, sino a pruebas de control laboratorial, para hacer un
monitoreo de los efectos secundarios de los retrovirales en el
organismo”.
Entre los pacientes enfermos de VIH SIDA que acuden al servicio
médico público de salud varía el estado socioeconómico, pero predomina
el estado medio bajo o bajo, pero también tienen ya algunas
experiencias como las que mencionó Blanco donde había personas de una
posición acomodada que terminaron gastando su patrimonio en el
tratamiento.
En el ISEA están atendiendo actualmente a 271 pacientes, 226 tienen
ya incluida la atención médica con terapia antirretroviral que son
aquellas personas que ya tienen SIDA, los otros 45 aún no porque están
en la etapa de seropositivo pero en constante revisión médica
entregando sus respectivos análisis cada tres meses para saber de su
estado de salud y detectar el momento más oportuno de integrarlos al
tratamiento.
En el registro total de enfermos del estado, del año 2000 a la fecha
son 119 en caso de seropositivos y 731 casos de SIDA. El primer
registro del virus en Aguascalientes fue en el año de 1986, sin embargo
aquellos primeros pacientes fallecieron ya; el registro total desde
1986 hasta el corte del viernes 27 de noviembre de 2009 son 925
personas, tanto de seropositivos como de SIDA que aún viven o vivieron.
En este caso de acuerdo a estas cifras se supone que en Aguascalientes
han fallecido 194 personas que fueron de las primeras detectadas en el
estado.
En cuanto a la cobertura de medicamentos, en primera instancia
referente a los antirretrovirales se tiene garantizada al cien por
ciento, en algunos otros fármacos con los que sí empezaron a tener
problemas de abasto hicieron convenios entre los estados para apoyarse
en los casos que sea necesario con la finalidad de darle mayor calidad
de vida a todos los enfermos.
La deficiencia en el sistema de atención del ISEA es principalmente
por la cantidad de personal disponible para atender a los pacientes,
tomando en consideración que la población de enfermos viene en aumento
y los servicios del Hospital Hidalgo, además del Capacits se empiezan a
saturar, actualmente hay 163 pacientes en el Hidalgo y 108 en el
Capacits.
“Estos nos obliga a tener mayor personal médico, médicos
especializados, comprometidos y que obviamente la situación es que la
infraestructura del Capacits va a tener que ir creciendo”.
El trabajo de las organizaciones civiles enfocadas a promover la
prevención y la detección oportuna ha sido muy importante, aunque
Blanco destacó que entre ellos han existido muchas diferencias por las
formas de pensar lo que ha llevado a que los objetivos no estén
encausados en un común denominador.
“El trabajo ha tenido sus frutos en cuanto a detectar un mayor
número de personas que viven con VIH, a encontrarlos en fases primarias
de la enfermedad donde las intervenciones médicas pueden hacer más que
si los agarramos en la fase de SIDA donde el sistema inmunológico está
muy abatido, las infecciones oportunistas están muy agresivas, si han
salido adelante pero con costos muy altos”.
El mayor problema entre las organizaciones y la institución, es que
muchas veces los activistas no han tenido la suficiente conciencia y
comprensión de que los recursos económicos son limitados y no tienen la
posibilidad de financiar muchas iniciativas, aquí los organismos de la
sociedad civil deben tener en consideración dijo que ellos deben apoyar
y aportar.
Actualmente se manejan dos proporciones de la cantidad de personas
que pueden estar enfermas sin saberlo, una dice que por cada enfermo
existen diez personas que no lo saben y por otro lado, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) está planteando que por cada persona que
recibe terapia antirretroviral hay cinco personas que tienen ya
manifestaciones clínicas de SIDA que no lo saben y requieren esta
terapia. “Por esto es muy importante el impulso y los apoyos que demos
a la detección oportuna”.
La única forma de lograr esta detección es dar a conocer los
factores de riesgo donde se incluyen los encuentros sexuales
ocasionales con parejas desconocidas o una nueva tendencia que se daba
inicialmente en el Distrito Federal pero que se ha extendido a los
estados, es el “cuarto oscuro” que consiste en entrar a un espacio
totalmente oscuro donde las personas que están en el interior tienen
relaciones sexuales entre sí, sin verse.
El virus que inició siendo una sombra para los hombres que tienen
sexo por otros hombres o mujeres dedicadas al comercio sexual, se ha
extendido de manera significativa hacia la población heterosexual
cerrando esta brecha. En un inicio de la epidemia de cada diez casos,
uno era heterosexual, ahora de cada diez, cuatro son heterosexuales. En
Aguascalientes del total de enfermos el 84 por ciento y el 16 son
mujeres, mientras que hace cinco años el 90 por ciento eran varones y
el 10 por ciento mujeres.
