Hugo Reyes Vargas, presidente de la Sociedad de Médicos de Empresas de Aguascalientes, señaló que las lesiones más comunes entre los trabajadores de fábricas son las lumbalgias –dolor de espalda- debido a que permanecen en la misma postura por varias horas, también las tendinitis del codo y del hombro –inflamación de los tendones, por realizar un movimiento en repetidas ocasiones que de no atenderse oportunamente estas lesiones, pueden llegar a ser incapacitantes.
El especialista señaló que ante los riesgos de trabajo la mejor práctica es la medicina preventiva que el médico de la empresa implemente al interior del centro de trabajo, evaluando las posturas de los trabajadores y sus movimientos a fin de diseñar rutinas de calentamiento y relajación previa al inicio de labores para evitar lesiones.
Indicó que este tipo de actividades en las que se pone a saltar o
realizar determinados movimientos al trabajador permiten al médico
identificar molestias en los trabajadores, que deben ser derivadas a
una consulta más amplia para verificar su estado de salud.
“Para eso nos contratan, para ver por el trabajador, no somos medios
de consultorio, nuestro trabajo es ver la dinámica de trabajo, hacer
mediciones, observación de la operación, si levanta los brazos por
arriba de su cabeza, qué no está bien, si se agacha más de 90 grados,
si persiste así puede en diez años de tener daños, la medicina
preventiva es la maravilla del mundo, si todos hiciéramos medicina
preventiva no habría tantos enfermos”.
Reyes Vargas señaló que la medicina preventiva en los espacios de
trabajo además de preservar la salud del trabajador, representa un
ahorro para la empresa, ya que algunas enfermedades pueden llevar a
incapacidades temporales y en casos más graves a invalidez, generando
grandes costos al patrón.
En este sentido manifestó que a través de la sociedad que preside,
se ha buscado convencer a los empresarios del costo-beneficio de hacer
los espacios de trabajo más ergonómicos disminuyendo así problemas de
la columna, articulaciones o músculos, cumpliendo así con la norma 30
de la Secretaría del Trabajo.
Sin embargo reconoció que es difícil persuadir a todos los patrones
ya que el mejoramiento y la reingeniería de los espacios de trabajo,
representa una inversión importante. “hay algunas empresas que sí están
colaborando, pero es difícil porque la innovación significa un gasto,
la lumbalgia puede llevar a la incapacidad parcial permanente o una
invalidez y eso le cuesta carísimo”, apuntó.
Explicó que no siempre se requiere de una gran inversión, pues en
algunos casos basta con cambiar al trabajador de actividad, “si se ve
que un trabajador está demasiado tiempo agachado, entonces lo que
hacemos es cambiarlo de operación medio turno, en donde permanezca en
una postura diferente”.
También recomendó que algunas actividades requieren de cierta
temperatura especial, sobre todo en la época de frío en la que
materiales como el plástico se ponen muy rígidos y al presionarlos en
repetidas ocasiones pueden generar una lesión.
Señaló que los médicos de las empresas realizan pláticas de salud,
acerca de padecimientos comunes como las micosis, parasitosis,
dermatitis y todo lo que implique riesgos de trabajo dependiendo de los
riesgos de la empresas o contaminantes con los que se puedan ver
involucrados.