Hace cincuenta años, en 1972, se publicaron algunos de los mejores discos del rock progresivo, entre otros que seguramente escaparán a mi memoria, están el Close to the Edge de Yes, Thick as a brick de Jethro Tull, Foxtrot de Genesis, Per un amico de Premiata Forneria Marconi, Obscured by clouds de Pink Floyd, Trilogy, inmensa obra maestra de Emerson, Lake & Palmer, Fede Speranza e Caritá de los italianos de Jet, el disco homónimo de Reale Accademia di musica, el 666 de los griegos de Aphrodite’s child o el mítico Uomo di pezza de Le Orme. En fin, nombrarlos a todos sería insuficiente en este espacio. Hoy quiero compartir contigo uno de los discos más influyentes en la escena italiana del rock progresivo, sin duda Italia es el único país que puede competir con Inglaterra en cantidad y calidad de agrupaciones de rock progresivo, y además uno de mis favoritos, de los que en mi juventud me dejaron marcado, estoy hablando del disco Ys del grupo Il Balletto di Bronzo, el Ballet de Bronce. Es una obra musical que desde la portada invita a ser escuchada con atención. No es el único disco de Il Balleto, pero sí es el más importante, de hecho no temo al error al afirmar que si ellos solo hubieran grabado este disco habrían cumplido cabalmente con su aportación a la música, lo demás, no es que sea malo, pero la intensa luz de esta producción opaca otros de sus trabajos, como el Sirio 2222 publicado en 1970, y posteriormente el Trys de 1999, o la versión en inglés de Ys publicada en 1992, nada que ver con la grabación original en italiano.
Definitivamente Ys es una verdadera obra maestra en su versión de 1972, es un disco conceptual con una estructura que obedece al formato de una obra de música académica que está dividida en partes a manera de movimientos , como si se tratara de una sinfonía, un concierto, una sonata, poema sinfónico o un cuarteto de cuerdas, por ejemplo. Tiene una introducción, un desarrollo de la obra que está dividido en tres partes llamados encuentros, es decir, Incontros: Primo Incontro, Secondo Incontro y Terzo Incontro. La obra termina pomposamente con un Epílogo a manera de conclusión. Se trata de una suerte de partitura de música de cámara de música contemporánea con la inclusión de una voz.
No es este un trabajo que podamos considerar convencional, cualquier cosa menos eso. Es un trabajo ambicioso, de intensa búsqueda pero con objetivos claros. Algunos melómanos lo consideran como el mejor disco en el rock progresivo, yo no me atrevería a hacer semejante afirmación, aunque tampoco tengo argumentos para decir que no lo es. Lo único cierto es que definitivamente es uno de los mejores, de eso no hay duda, un verdadero disco de culto, como también lo es el Zarathustra de Museo Rosenbach, y en esta misma categoría podríamos mencionar los primeros cuatro de King Crimson, los primeros cuatro de Camel y de Le Orme, curiosamente los primeros cuatro de estas agrupaciones son verdaderamente emblemáticos, aunque ya que estamos en eso, los primeros cuatro de Emerson, Lake & Palmer también son altamente significativos en el desarrollo del rock progresivo.
Pero sin distraernos del tema que nos ocupa en esta ocasión y después de este breviario reflexivo y cultural, recordemos la alineación que dio vida a esta obra maestra del progresivo italiano. En 1972, Il Balletto di Bronzo, o El Ballet de Bronces estaba integrado por Lino Ajello en las guitarras, Vito Mnazari en el bajo, Giancarlo “Gianchi” Stinga en la batería y el mítico Gianni Leone en los teclados y voz. Esta formación, que podemos considerar como la segunda de Il Balletto inicia en 1971 y termina en 1973, es la que definió el sonido que haría trascender a Il Balletto di Bronzo. Anteriormente el grupo estaba integrado por Marco Cecioni ne la guitarra y voces, Lino Ajello en la guitarra, Michele Cupaiuolo en el bajo y Giancarlo “Gianchi” Stinga en la batería, esta alineación estuvo vigente desde la formación del grupo, en 1969, hasta 1970. Su sonido era más psicodélico y ácido, apegado a los cánones del rock durante los últimos años 60. Ya con la inclusión de Gianni Leone que provenía de otra alineación clásica y legendaria del rock progresivo italiano, Citta Frontale, fue que vino la revolución total en la propuesta musical de la agrupación napolitana que transitó de una forma irreversible partiendo de los fundamentos más sólidos del rock hasta los más elevados niveles del rock progresivo, con altos niveles de exigencia, tanto en la composición como en la ejeución.
Según cuenta la leyenda, Ys es una isla que antiguamente se ubicaba en la Gran Bretaña que intermitentemente desaparecía devorada por el mar, pero siempre emergía gloriosa. No podemos dejar de encontrar cierto paralelismo de esta leyenda con el disco Ys que en su momento fue ignorado, como ha sucedido con muchas de las grandes obras musicales en diferentes lenguajes y momentos de la historia, en el momento de su creación son criticadas severamente, seguramente por no ser comprendidas en todo su valor y su peso musical, pero el tiempo se encarga de ubicarlas en su justa dimensión y darles la importancia que merecen. Algo así ha sucedido con Ys, nadie que guste del rock progresivo podrá cuestionar el hecho de que este trabajo de Il Balletto di Bronzo es una obra maestra entre las grandes obras maestras creadas en este género musical. Il Balletto di Bronzo le debe su vida grandeza, su vida inmortal, justamente a esta obra de más o menos 40 minutos de duración.