Asco/ Bajo presión - LJA Aguascalientes
15/11/2024

La tentación de abandonar las redes sociales siempre es grande, no siempre se puede conseguir la aceptación deseada ni se puede mantener una máscara que el resto de los amigos invisibles invariablemente aplauda. En lo personal, el deseo de cerrar esas ventanas es cuando lo que leo y veo me provoca asco, como en estas horas recientes en que la búsqueda de seguidores ha inundado de agresores que se asumen investigadores y periodistas para especular sobre la muerte de Debanhi Susana Escobar Bazaldua.

En redes sociales los extremos son igual de destructivos, los progres que con los ojos abiertos al mundo de la corrección se aferra a cualquier caso para instruir a los demás sobre cómo deben de comportarse y los conservadores que defienden el statu quo de los supuestos embates con que la ideología de género quiere derrumbar los cimientos de nuestra convivencia; los grupos que aprovechan un hecho para culpar de todo al sistema y el bando de quienes aseguran que se están perdiendo las buenas costumbres y el respeto, en el comentario de la desaparición y muerte de la joven regiomontana, ambas masas coinciden en lo que consiguen con sus investigaciones: revictimizar a Debanhi Escobar y a su familia.

Quienes acusan a las amigas de haber abandonado a la joven a su suerte, los que culpan a los padres de no haberla protegido de manera correcta; quienes señalan que es una víctima más del patriarcado y su ejercicio de la violencia de género, los que reclaman que se vuelva a las antiguas costumbres donde a las jóvenes se les impedía faltar a casa; los que en todo delito cometido culpan al Estado y quienes demandan que las autoridades sean más severas en la aplicación de la ley… Al especular sobre las causas, los extremos coinciden en invisibilizar el dolor de las víctimas y repartir responsabilidades, sin detenerse a pensar en el daño que pueden estar causando.

Cientos, miles de opinadores en redes sociales se han abocado a generar teorías sobre el caso, cada uno con una teoría elaborada para despertar el morbo entre la audiencia, en las últimas horas, tras la conferencia de prensa de la Fiscalía de Nuevo León, en que se estableció que se mantienen abiertas todas las líneas de investigación y se exhibieron las pruebas con que se cuenta en este momento, en la que estuvo presente el padre de Debanhi Escobar, las redes se llenan de imbéciles que tienen información privilegiada, que cuentan con una perspectiva alejada de la mentira oficial y los medios tradicionales, quienes aseguran que van a revelar la verdad del caso a través de una entrevista exclusiva o a partir de un análisis novedoso del material de audio y video que nunca tienen una procedencia verificable.

Imbéciles agresores que a través de redes resaltan si la joven compró una botella en una tienda de conveniencia, si fue de fiesta en fiesta, que critican a las amigas por haberla abandonado o al taxista por haberla agredido… Especulaciones que sólo tienen como propósito atraer a la audiencia. Sé que es un lugar común señalar que no hay dolor más grande que unos padres perdiendo a un hijo, inevitablemente lo pienso cuando me aparecen notificaciones sobre una nueva versión sobre lo que ocurrió con Debanhi Escobar, porque sé que esa marea de mierda, tarde o temprano alcanzará a las víctimas.

La tentación de abandonar las redes sociales siempre es grande, el cúmulo de agresores que hacen cualquier cosa por incrementar su audiencia, sin pensar en las consecuencias sobre las víctimas, acrecienta ese impulso.

Coda. Escribió George Steiner: una relación humana se puede destrozar con una palabra incorrecta. Una sola palabra puede abrir una inmensa oscuridad. El lenguaje es el instrumento de la gracia y de la destrucción del ser humano.

@aldan



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Edilberto Aldán

Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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