Gustavo Sainz habla de su larga trayectoria en las aguas de la creatividad artística - LJA Aguascalientes
16/11/2024

  •  Cuando niño creció yendo los domingos a la casa de Frida Kahlo y Diego Rivera

Experimentar a través de la literatura no fue una decisión que Gustavo Sainz haya tomado de una manera determinada, lo que sí decidió fue no copiar a los novelistas de antes, decidió también que el tema de cada una de sus novelas le impusiera el ritmo del lenguaje, la distribución del lenguaje, de los párrafos, de los capítulos, de todo. El autor de 23 novelas hasta ahora, que comenzó su camino literario con Gazapo, estuvo en la  edición 42 de la Feria del Libro en Aguascalientes para hablar justamente de su ser en la literatura.
“La muchacha que tenía la culpa de todo, son sólo preguntas que le hace alguien a una muchacha que está prisionera de la Inquisición o mi novela que acaba de salir ahora en México, espero presentarla en la FIL que se llama Salto de tigre blanco, son puros monólogos que combinan con la palabra yo y tú y lo empiezas a leer y parece que son 40 personajes, lo sigues leyendo y luego te das cuenta que no son 40, a lo mejor son 25 y cuando terminas te das cuenta que nada más son dos, un hombre y una mujer en diferentes épocas”.
El acercamiento con la literatura no fue sólo a través de la biblioteca que su padre tenía en casa, también influyó en gran medida el acercamiento con los escritores y artistas mexicanos a los que tuvo oportunidad de conocer. “Cuando yo era niño, a los ocho años fui a conocer a Jaime Torres Bodet, a los seis años conocí  a Octavio Paz, a los once años iba todos los domingos iba a la casa de Diego Rivera y Frida Kahlo, entonces estaba en un ambiente donde todos eran creadores”.
Esa cercanía con los creadores lo fue llenando de las ganas de hacer cosas, de decir algo. Desde la escuela primaria se empezó a involucrar con los medios impresos a través de una revista en offset que llevaba el mismo nombre la escuela, Héroes de Chapultepec, tenía un precio de veinte centavos y la vendía entre sus compañeros.
En la secundaria hacía también una revista en máquina, con dibujos de él mismo, se llamaba El globo de GAS, que tuvo una existencia de aproximadamente 20 números, pero estos no eran vendidos sino alquilados, las dejaba leer completas por 20 centavos y esto le permitía tener mayor cantidad de clientes. Era un niño realmente muy popular, todos sabían dónde encontrarlo.
La vigencia de la obra literaria de un creador y de cada uno de los libros de manera particular es algo que no depende directamente del escritor, “yo decía que escribía para responder por escrito”, pero en el fondo cada caso es muy particular. Por ejemplo su primera novela Gazapo, en diciembre de 1965, se siguen vendiendo tres mil ejemplares cada tres meses, desde entonces, con diferentes editoriales.
“La vigencia de un texto no sé de qué depende, no depende de uno, por ejemplo yo publiqué tres novelas con Alfaguara que se vendían mucho, se tradujeron a muchas lenguas y de pronto me las regresaron que no se vendían… y entonces de las di a otros editores”.
La curiosidad incesante de este autor lo llevó en un momento de su desarrollo literario a querer escribir en computadora cuando estas máquinas apenas habían llegado a México. “Yo quería usar las computadoras y le pedí permiso a la IBM de usar una computadora de las que tenían exhibición en su tienda, entonces yo me sentaba frente a la vidriera a escribir y se llenaba de gente toda la calle, ellos vieron que era tanta la admiración que tenía la gente por verme escribir que me regalaron la primera computadora que hubo en México… ésta todavía la tengo guardada en una bodega, es de museo ya esa cosa”.
Luego de esa experiencia, una cuestión familiar lo llevó a cambiar de residencia a Estados Unidos que no fue algo complicado para él porque tenía mucho contacto con las universidades porque impartía conferencias, el primer lugar donde vivió fue Nuevo México, luego San Luis Missouri y después Indiana donde actualmente vive desde hace 18 años, espera ya retirarse en mayo luego de haber cumplido 50 años como profesor.
La experiencia como profesor en su vida ha sido muy rica, porque desde siempre ha puesto mucho interés en que los jóvenes despierten, aprendan, no es solamente un conocimiento muerto o ineficaz sino también aprenden qué pueden hacer con ese conocimiento.
A un hombre escritor que le tocó vivir en medio de un ambiente creativo, en una de las épocas históricas más importantes ahora le preocupa que sus hijos sigan saludables, que Estados Unidos no haga tonterías en América Latina, en México puedan modificar la situación de la violencia y el narcotráfico.
“Yo leo entre diez y quince periódicos por día e imprimo las noticias que me impresionan que a lo mejor las voy a usar después, las clasifico y todo, también artículos de opinión que me interesan, todo eso me afecta obviamente, no te podía enumerar todo”.
“Mira agosto, en 2008, vi 42 películas, leí 19 libros y bueno… (cabe decir que después de esto venía un registro de la cantidad de veces que hizo el amor en ese mes y ese año); en el 2009, vi 164 películas, leí siete libros, en 2010, vi 187 películas, en este mes”.
A partir de la generación de escritores de los años 60 empezó a darse el fenómeno de que los jóvenes estudiantes conozcan a los escritores vivos consagrados con el objetivo de tener un encuentro con ellos porque anteriormente los famosos estaban ya muertos.


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