Más de 12 horas se debatió en la Cámara de Diputados sobre la Reforma Energética, un diálogo de sordos larguísimo que no tuvo ninguna intención de argumentar a favor o en contra de la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, todas las intervenciones fueron posicionamientos, intercambio de insultos, para que al final, en una votación de 10 minutos, no conseguir los 333 votos de la mayoría calificada.
Los legisladores de Morena y sus partidos satélites le fallaron de nueva cuenta a López Obrador, quien seguro de la sumisión de sus fieles, creyó que basta su instrucción para que todos los legisladores la acaten, pero no fue así, con 275 votos a favor, 223 en contra y cero abstenciones, la reforma enviada por el presidente fue desechada.
De nueva cuenta le fallaron los de Morena porque en las elecciones intermedias, a pesar de ganar más gubernaturas para la Cuarta Transformación, no lograron la mayoría en el Congreso para que López Obrador hiciera las reformas que quisiera; tampoco lograron reunir los votos suficientes en la consulta para solicitar que se juzgara a los expresidentes, lo mismo ocurrió en la Revocación de Mandato, cuando acudió el voto duro de López Obrador, no el de Morena. Ayer, volvieron a perder.
Hoy es el principio del fin del régimen corrupto de Morena, dijo algún diputado de la oposición, no importa cual, porque el debate de ayer no puede ser considerado un triunfo de nadie, sólo hubo desplantes histéricos, acusaciones, denostaciones, porras y amenazas. En cada una de las intervenciones, el presidente de la Mesa Directiva, interrumpía a los expositores para solicitar a la asamblea que escuchara, que respetara, que guardara silencio y no provocaran… Lamentable espectáculo.
Lo peor, si es que se puede describir así, es que, a lo largo de este proceso, desde el poder se ha amenazado a quien piense distinto y ayer en la tribuna, en más de una ocasión se acusó de traidores a la Patria a quienes no obedecen al dictado de López Obrador. Triste idea de Patria tienen los fieles de la Cuarta Transformación.
Coda. “La Patria no es la CFE. La Patria no es Pemex, ni siquiera el gobierno en turno. La Patria somos todos, los que compartimos territorio, memoria y esperanza. La esperanza de vivir mejor en un país justo y más próspero. Hoy la Patria es más grande y trasciende incluso las propias fronteras de nuestro país. Puedo decirlo así: hoy la Patria es el planeta Tierra”, dijo Jorge Álvarez Maynez en su intervención de ayer, a esa idea que es más grande que un nombre habría que aspirar.
@aldan