En la actualidad, encontrar un empleo es complicado para cualquier ciudadano sin importar su clase social o nivel de estudios, pero esta situación se agrava si se es adulto mayor.
Carlos Alberto Sosa Toto, director de inspección y control laboral de la dirección estatal de empleo, señaló que a través de las delegaciones del trabajo se ha establecido entre varias dependencias federales la conformación de una “red de vinculación”, con el objetivo de generar políticas para favorecer el empleo entre poblaciones vulnerables -menores, personas con alguna discapacidad, personas que fueron procesadas penalmente y adultos mayores-, todos aquellos que tienen problemas para insertarse en la dinámica laboral.
Con esta experiencia de colaboración entre dependencias, Sosa Toto
manifestó que a pesar de que en términos generales no hay obstáculos
para que los ancianos ingresen a la vida laboral, los empleadores
difícilmente contratan a una persona mayor de 60 años, por
considerarlas menos productivas.
“Al contratar una persona mayor otra situación es que para las
empresas obviamente el seguro social cobra una prima de riesgo mayor
por los riesgos que puedan ocurrir en el área laboral”, además de que,
al contratar a una persona jubilada esta prestación se suspende
inmediatamente.
Ante esta situación el funcionario manifestó que la federación
decretó el 8 de marzo del 2007 en el Diario Oficial, otorgar un
estimulo fiscal en materia de impuesto sobre la renta para aquellos
patrones – personas físicas o morales- que contraten personas con
discapacidad o adultos mayores.
El decreto señala “a los contribuyentes personas físicas y morales
que empleen a personas con discapacidad o adultos de 65 años o más,
consistente en una deducción adicional a las previstas en la Ley del
Impuesto sobre la Renta que permita disminuir de los ingresos del
contribuyente por el ejercicio fiscal de que se trate, un monto
adicional equivalente al 25 por ciento del salario pagado a dichas
personas”.
A pesar de estos estímulos, el director de inspección y control
laboral indicó que las empresas no están interesadas en éste, pues
consideran que no se equipara a los gastos que la contratación de esta
persona generaría a le empresa.
“Me pueden generar más gasto de lo que se me podría incentivar
fiscalmente, a parte de que debo de tener unas instalaciones adecuadas;
eso nadie me ayuda, que modifique mis instalaciones y tenga una forma
ergonómica, segura”. Sosa Toto apuntó que estas son algunas de las
razones que dan los empleadores para negarse.
Actualmente las empresas de autoservicios son las que brindan una
opción de ocupación a los adultos mayores en el empacado de los
artículos que los clientes compran; sin embargo, no es un trabajo
formal, ya que no existe una relación laboral en la que el anciano
perciba un sueldo y tenga prestaciones de ley, el ingreso que se
consigue es únicamente de las propinas.