Digamos para reflexionar sobre el tema que nos trae a estas líneas, que ubicamos a la instalación como una práctica artística contemporánea, permeada principalmente por las proposiciones del campo expandido de la escultura, y en suma, del arte contemporáneo.
En ocasiones las instalaciones, crean ambientes donde se pone en juego la participación del espectador en el consumo de la obra e incluso en su producción, activando potencialmente los sentidos del sujeto a través de estímulos sensoriales, perceptivos e intelectuales, es decir, es multisensorial, para integrarle como un elemento esencial de la propuesta donde: “…El espectador no es sólo invitado a participar, sino a recrear y proseguir el proceso inherente a la obra misma…”, sostiene Simón Marchán.
Otra de sus características puede ser también la no permanencia, que se le relaciona en oposición a la idea tradicional de la escultura, en un signo efímero, cuya esencia radica en la desmaterialización del objeto artístico, como ya sea dicho en otros momentos en este espacio de reflexión, donde se otorga a la pieza una escritura donde prima la “pretensión de una obra sin forma determinada, en la que se da más valor a la propuesta que al carácter objetual, material y formal de la obra”, como afirma el investigador Javier Maderuelo, en concordancia con las ideas que postularon los artistas del Arte Conceptual y el Arte Povera.
La investigadora española en arte contemporáneo Tonia Raquejo, propone como uno de los antecedentes más inmediatos de las piezas de arte denominada instalación, quizás se encuentre en las pinturas realizadas por los artistas pertenecientes al cubismo cuando adicionan a sus obras objetos extrapictóricos, pegados como papel o maderas, los cuales fueron denominados como collages o papiers collés con lo que se lograba alterar la bidimensionalidad de la pintura, lo cual derivó en la creación y construcción de obras que rebasaron los límites físicos del marco, como la creación en lo sucesivo de los contra relieves de los constructivistas, para invadir el espacio del espectador y del lugar de exposición, para concebir objetos artísticos tridimensionales que desposeídos, más adelante incluso de sus pedestales como en el caso de las esculturas, eran acercados a los espectadores a una experiencia estética más directa.
Del movimiento dadaísta, la instalación retoma la postura del anti-arte, le exenta de las restricciones estéticas del momento, de la institución, quebranta esencialmente la concepción del mundo del arte y de sus definiciones, rechaza la búsqueda de la belleza y la imitación de la naturaleza, que le da como resultado, una obra inadmisible y perecedera, fundamentada en lo ilógico, lo inmediato y lo fortuito que construye una experiencia conceptual de un lugar o un espacio que modifica la forma de percibirlo.
Desacralizarán el arte con una visión que lo equipara con la vida, por sus formas, las significaciones y los recursos para manifestarlo, al apropiarse y relacionarse con ella y con la sociedad, con una clara intención de borrar fronteras estilísticas y formales entre las diversas disciplinas artísticas que echan abajo aquellos valores añejos, asociados a la no separación entre ellas y a la pertenencia a un oficio en particular, o con la buena factura y la maestría en el oficio. Posturas que heredarán a los artistas que transitarán por el Pop Art, el Arte Conceptual, el happening y el Fluxus, entre otros, y de aquéllos que a partir de los años sesenta del siglo pasado se afiliarán a la práctica de la instalación. Es aquí donde se encuentra básicamente el germen de esa forma de representación artística como una de las más cultivadas en la actualidad.
Identificado con estas ideas que consideran la obra de arte como un recurso que puede exaltar y dignificar objetos banales y como propuesta plástica en sí misma, fue puesta en práctica por Marcel Duchamp al aventurar que la escultura podría ser cualquier cosa u objeto encontrado o elegido por el artista, el ready-made, sin necesidad de modelarlo o tallarlo, en un evidente ejercicio de vida cotidiana que disuelve la distancia que guardaba con el arte alejándole de la retinalidad y de la contemplación estética, que contribuirá a modificar el significado de esos objetos alejándolos del buen o mal gusto, bajo un nuevo punto de vista que los revalora como obra abierta al exponerlos en las galerías y los museos, y que de igual manera, propone visionariamente la caída del arte de su pedestal.
La instalación se hibridará con otros géneros, con el concurso y la presencia de la gráfica, la escultura, la pintura, la fotografía, la multimedia, el video, las artes escénicas, entre otros más, desjerarquizándolas, otorgándole ese signo de naturaleza ecléctica, que no obstante han permitido su configuración como un medio de expresión que posee carta de naturalización y autonomía en el arte.
Lo que, si queda claro, es la liga que tiene con el concepto de la escultura en el campo expandido, por vincular y atraer esas formas distintas de arte, que la ajustarán a términos tales como instalación-ambiente, instalaciones sonoras, film-instalación, video-instalación o instalación-performance y otras.
Ahora se crean instalaciones que pueden ser efímeras o “restituibles” tanto para espacios abiertos como cerrados: “En la actualidad las formas de producir, exhibir, coleccionar o vender instalaciones, nada tienen que ver con unos orígenes cargados de crítica mercantilista y negación institucional”, afirma la historiadora y crítica de arte Mónica Sánchez.
Se avizora una práctica en la que, si bien las instalaciones se hacen para montarse y desmontarse y una de sus características era la temporalidad, en ocasiones ligadas a la caducidad de los materiales empleados en ellas, ya no ocurre de esta manera, pues independientemente de la arquitectura del lugar de ocupación, ésta ya no es primordial, ya que la instalación construye sus propios límites físicos y conceptuales que podrían afectarle o no. Se producen como si se tratara de obras transportables ajenas a estrategias de apropiación y de montaje, desplazando los registros documentales que dan constancia de las obras realizadas en un tiempo y espacio, que no volverán a ser expuestas.
Donde sean requeridas con versatilidad y flexibilidad, se podrán adaptar formal y conceptualmente a los nuevos lugares, reconfigurándolos, pero cambiarán en cada montaje, pues conservan la cualidad de fugacidad y de recreación en sí mismas, sin ser enteramente iguales a su versión antecesora, y serán atraídas hacia los intereses del mercado, del coleccionismo y a la institución, que ven en esas propuestas una oportunidad de neutralizar intenciones de crítica al establishment, abrigando en esa afinidad a sus productores que voluntariamente las eximirán de tales contenidos.
Afirma Javier Maderuelo, que existen otros resultados en la presentación de proyectos para instalaciones, que pueden ser o no para un lugar en particular y que contiene todo tipo de especificaciones, tanto formales y de procedimientos de ejecución, acompañado de reglamentaciones, cálculos, fotografías, dibujos, bocetos y hasta muestras de materiales, cuya paternidad se adjudica al Proyect Art, como herramienta de planeación del trabajo creativo, que incluso, se transforman en la obra en sí misma, como documento, el cual se puede exponer y comercializar, aunque éstas no lleguen a materializarse.
Esta modalidad ofrece salidas de mercado para coleccionistas e instituciones de todo tipo, interesadas en la difusión y promoción del arte y la cultura, quienes invierten en una obra en particular que construirán de acuerdo al plan establecido por el artista para ser exhibidas, sin la necesidad de la presencia o intervención directa del autor en la realización.
Cita Alejandro Acevedo, que, en el país a decir de la artista mexicana Helen Escobedo, que el primer acercamiento a la práctica de las instalaciones en México se dio de manera casual en 1969, al no contar con los recursos económicos para dar continuidad a los proyectos personales de los artistas de su generación. Con papel de diarios se dieron a la tarea de realizar obras con ese material, las que expusieron en el Museo Universitario de Ciencias y Artes, MUCA, de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
Abona a este respecto, Margarita Esther González, que era una época en que el país aún acusaba los resabios de los movimientos sociales de 1968, reprimidos violentamente por el Estado mexicano y que había encarcelado a sus líderes. Bajo esa atmósfera que provocó inmovilidad y temor en todo el país, se efectuó la exposición Cultura envoltura/No desperdicie, eduque, presentada por estudiantes de diseño de la Escuela de Arquitectura de la UNAM, en la que tomaron parte Eduardo del Río, Rius, Abel Quezada y Rogelio Naranjo, y artistas activistas que desde la gráfica combatieron con imágenes al autoritarismo. “La confluencia de voluntades se enfocó en el reciclaje de materiales y en sustituir los mensajes publicitarios con mensajes didácticos o culturales. Hoy, a la distancia, puede calificarse como la primera muestra ecológica”.
Más tarde de manera relevante, en la capital del país, vendrán varias ediciones del Salón Nacional de Artes Plásticas, Sección Anual de Espacios de Alternativos 1978-79, en la galería del Auditorio Nacional y durante los años 80, promovidos por el INBA, siendo la instalación el referente que dominó la escena en estas exposiciones; igualmente terreno de experimentación, ha sido el Museo de Arte Moderno, el Museo Rufino Tamayo, la Galería de la Universidad Autónoma Metropolitana, El Museo Carrillo Gil, el Universitario del Chopo, Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, entre muchos más que abarcan galerías privadas y espacios de gestión independiente, además de ferias de arte.
En Aguascalientes, y al arribo del Maestro Juan Castañeda Ramírez y la Maestra Elva Garma Islas, provenientes de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda, ENPEG, al final de los años setenta, y al ponerse al frente de la dirección del Centro de Artes Visuales, CAV, el primero, y la Maestra Garma, como docente; la misión de ambos, se encaminó a realizar un cambio en el pensamiento y la práctica artística en ese espacio destinado a la educación en artes.
Esta metamorfosis encontrará en la educación y el quehacer creativo en la entidad, un giro de 180 grados, que develará entre los aspirantes a productores visuales, un magisterio que a la postre dejaría atrás, décadas de estancamiento estilístico en relación con el pulso artístico del país y de la escena global.
Es a partir de ese momento, que se logra una transformación plástica que definirá todo un periodo en la enseñanza artística en el estado, que se distingue por su filiación a la posmodernidad y que a principio de este siglo, cederá el paso a la profesionalización del arte con el nacimiento de la licenciatura en Artes Visuales, adscrita a la hoy Universidad de las Artes, UA, del Instituto Cultural de Aguascalientes, ICA, de la cual también el Maestro Castañeda formó parte y colaboró en el diseño de sus programas de estudio.
Desde entonces bajo esos programas formativos, alumnos de dichos centros de enseñanza artística y artistas independientes radicados en el estado, así como invitados, han incursionado en el género de la instalación.
Uno de los antecedentes a esta práctica artística, se encuentra en la participación de artistas locales en los años 80, en los foros citados en el marco de la Sección de Espacios Alternativos, tanto en la Galería del Auditorio Nacional, como en el Museo de Arte Contemporáneo. Con el riesgo de omitir a alguno de ellos, cito a Elva Garma, Juan Castañeda, Gerardo Faustino Barba, Moisés Díaz, Arturo León y Jesús Reyna.
Hacia los años 90, tienen lugar la producción y exhibición de una serie de instalaciones de la autoría de quien escribe estas líneas, con carácter de exposiciones individuales, entre las que se mencionan, Réquiem para Bravo Ensabanado, en el CAV, Huellas, en el Museo de Aguascalientes, Tierra de temporal, en el Museo José Guadalupe Posada, y Montajes, por cierto esta última, considerada como la primera exposición en el estado dedicada enteramente a la instalación, la cual tuvo lugar en 1992, promovida por el director del recinto museístico el Maestro José Luis Quiroz Fraustro, en la que participamos, José Fonseca, Arturo León y Gerardo Faustino Barba, muestra que contribuirá a la promoción y práctica constante de este género artístico en el estado.
Durante la misma década, Se Instala la Muerte, se presenta como un parteaguas en la promoción y difusión de este género artístico, teniendo como sede nuestro Museo de Arte Contemporáneo. Su fundadora la Dra. Yolanda Hernández Álvarez, creo y convocó bajo este formato, a artistas de la Región Cultural Centro Occidente del país, pertenecientes a los estados de Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas, e incluso de otras latitudes, durante varias ediciones anuales, para abordar el tema sobre la muerte desde una perspectiva artística contemporánea, en la que también se contó con la autoría artística de productores locales, algunos de ellos citados arriba y otros como, Antonieta Galindo, Pilar Ramos, Jorge Camarillo, Carlos Oceguera, Axel Flores, Beto Gutiérrez, Omar Vázquez y Alfredo Hernández, entre otros.
A la par en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, se realizaba anualmente durante varios años de la década de 1990, montajes plásticos de gran formato que llevaban a la tridimensionalidad la obra del grabador José Guadalupe Posada, que interpretaban y difundían con ello, el patrimonio cultural en el que participaban en la confección de estas propuestas plásticas, artistas trabajadores y sus familias en talleres diseñados exprofesamente para ello, que encontraban su salida en una suerte de fiesta comunitaria al ser exhibidas en el edificio sede de esa institución, fomentando la convivencia.
En cuanto a formación y la oportunidad de colaboración en estos terrenos del arte, se encuentran los talleres impartidos por la misma Helen Escobedo, quien era de raíces hidrocálidas, una de las artistas más fecundas del arte contemporáneo que ha dado el arte mexicano como promotora y creadora. En otro nivel encontramos la producción de piezas del artista Eloy Tarsicio en la entidad, en la cual tuvieron oportunidad de colaborar artistas locales en ciernes.
En la actualidad, siguen jugando un papel importante las aproximaciones que se dan con fines didácticos y curatoriales, orientadas al cultivo de este género que han realizado los estudiantes de la licenciatura en Artes Visuales, LAV, en sus propios espacios de expresión y experimentación académica universitaria. En este punto merece la referencia, una exposición de carácter terminal gestionada y curada por los propios egresados de esta carrera en un edificio emblemático, olvidado, ceniciento y vetusto del Centro Histórico de la ciudad, el cual fue una tienda departamental denominada Muebles Colonial, MC, por lo que se le nombró por extensión en una suerte de acrónimo, Hemessé.
Enfatiza en este orden, el Proyecto Redes, 2016, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura Víctor Sandoval, que retoma el nombre de la película de Emilio Gómez Muriel, del siglo pasado del cine mexicano y de la obra orquestal de Silvestre Revueltas. Se realizaron tres piezas en momentos diferentes, bajo el concepto y el uso de hilos, propuestas realizadas por las artistas egresadas de la LAV, Zoé Lara, Janeth Hernández y Yazmín Núñez.
Ya hacia los años Dos mil, señalaré como ejemplos, la instalación Aguascalientes, poesía y paisaje, una propuesta curatorial de la empresa MUSEOTEC con la museografía de Georgina Larrea, presentada con motivo del Premio Poesía Aguascalientes por su 40 aniversario, la cual se dio en el marco del programa cultural de la Feria Nacional de San Marcos, FNSM, en 2007, un proyecto expositivo que hibridó imagen, palabra, música y multimedia, en la que se crearon ambientes, imágenes y evocaciones en una experiencia inmersiva, con las piezas de Elva Garma, Yolanda Gutiérrez, Moisés Díaz, Alberto Lenz y Juan Castañeda, además de la fotografía de varios autores, entre ellos, Joel Torres y Flavio de Luna.
Para esta década, se hace mención igualmente otras instalaciones de gran formato que adquieren la dimensión de exposiciones individuales, de Jaime Lara, Aparición Milagrosa de Felipe de Jesús, en 2007, en el Museo Posada, y Hacia el país de Jauja, 2004, en casa de la Cultura Víctor Sandoval, la primera de estética posadesca y la segunda, migrante, respectivamente.
Es hasta el año 2014, veintidós años después, que se da otra exposición de instalaciones, la A3, Arte Actual en Aguascalientes, siendo en formato de concurso, que tuvo lugar en la Ex Escuela de Cristo, en la que participaron artistas locales.
Para esta década, en el espacio público urbano se presenta la instalación monumental ambiental Des-Ciertas Raíces, expuesta en la plaza principal de la ciudad en 2011; en tanto en el entorno natural, tiene lugar en el Parque Ecológico El Sabinal en 2012, El Festival Arte de la Tierra, con la participación de artistas locales, maestros y alumnos de la LAV-UA y otros de la CDMX. Ambas apoyadas por el Ayuntamiento de Aguascalientes 2011-2013, y gestionado el festival con Cooperación Sociedad y Arte A.C., la cual de manera sostenida y al alrededor de dos décadas, ha promovido el arte medioambiental, siendo esta asociación la de mayor solidez y trayectoria en el país.
Mención especial, merecen las instalaciones-memorial dedicadas a la desaparición forzada de los estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, las cuales son un reclamo y una denuncian ante ese crimen de Estado y de lesa humanidad, éstas se encuentran en los campus universitarios de la Autónoma y la de las Artes, que abrazan como un gesto de solidaridad ante estos hechos a los padres y familiares de estos.
Por último, es de destacar las piezas realizadas por el colectivo de producción plástica Arrabal, quienes han estado asiduamente presentes en la escena estatal realizando propuestas artísticas en este género, las cuales muestran un valioso grado de composición, conceptualización y ejecución, las que han sido destinadas a las ferias del libro, así como a contribuir museográficamente en exposiciones, y de igual forma, a reforzar la estética de los patios de Casa de la Cultura durante los periodos de la FNSM.
En suma, no están aquí algunos espacios expositivos, o todas ni todos los que son o los que han visitado este género artístico como productores, ni mencionado sus piezas. No obstante, se cuenta con el Museo Espacio que, en gran medida y en otra dimensión lleva en la actualidad por su perfil contemporáneo, la preeminencia en la materia, pero con una carga fuertemente aún etnocentrista que ha excluido a la producción local y regional y que clama de la política cultural por su descolonización.
Bajo la pretensión basada en la directriz de una política centrada en el concepto de marketing empresarial de los museos franquicia a nivel global, se han apreciado en este recinto expositivo, propuestas de artistas nacionales e internacionales, de los cuales enuncio solo a tres de sus creadores, Jannis Kounellis, Daniel Buren y Javier Marín.
Ya sea que, a través de las instalaciones artísticas, se aborden temas de crítica que cuestionan corrosivamente al sistema y sus consecuencias indeseables en la sociedad, también encontramos aquellas, que son un divertimento visual, plástico y emocional, que no es moda y si una herramienta de expresión que nos permite experimentar una relación que rebasa la noción tradicional en la producción y en el consumo, en el hecho artístico, de sus objetos, que queda abierto a los sentidos, a la interpretación y al goce estético.
Abril de 2022