- Importante, identificar tipos de violencia existen: física, psicológica, económica, emocional, entre otras
- En su mayoría se requirieron asesorías jurídicas
Durante los últimos dos años, 2020 y 2021, la demanda de servicios que solicitaban alguna clase de apoyo o ayuda al Instituto Aguascalentense de la Mujer (IAM) creció en un 50%, según informó Edna García Armería, titular de dicha dependencia.
“Hemos estado viendo que, a partir de que inició la pandemia –en el 2020– se vieron incrementados el número de servicios; se incrementaron, estamos hablando del 2020 al 2021, en un 50% el número de mujeres que acuden a los centros de atención en busca de ayuda”, detalló García Armería.
La funcionaria estatal reconoció que ese incremento sí fue “muy considerable”, sin embargo, señaló que poco a poco cada vez más mujeres están siendo capaces de identificar los distintos tipos de violencia que existen, lo que es un factor clave para poder denunciarlas, situación que antes no era tan evidente, ya que estaban normalizados en la sociedad.
La titular del IAM explicó que ese crecimiento del 50% en la demanda de los servicios se debe precisamente a casos derivados de violencia, de distintos tipos, como lo pueden ser física o psicológica, pero que también puede llegar a ser doméstica.
En el IAM, los casos más comunes de violencia detectados en las mujeres que llegan a pedir ayuda son violencia psicológica, agregó García Armería, “y, por ejemplo, el tipo de servicios que se ha incrementado pues ha sido en busca de asesoría jurídica”, lo cual es distinto a años pasados a los mencionados, donde el servicio más solicitado por mujeres violentadas era el de atención psicológica.
La asesoría jurídica que se les brinda tiene como objetivo ayudar a reconocer cuáles son sus derechos, así como acompañamiento legal para que las mujeres puedan defender su patrimonio y su integridad.
Tipos de violencia
La Organización Mundial de la Salud (ONU) Mujeres define en su artículo Preguntas frecuentes: tipos de violencia contra las mujeres y niñas, que esa clase de violencia es todo acto basado en el género “que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o mental para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”, y esta puede ser perpetrada dentro de la familia, en la comunidad donde se vive o incluso por el mismo Estado.
Algunos de los tipos de violencia que se consignan son la física, psicológica, emocional, económica o sexual, pero no es limitativa y pueden existir otras.
Si bien la violencia física o psicológica son algunas de las formas más fáciles de reconocer, la económica no lo es tanto, y esta “consiste en lograr o intentar conseguir la dependencia financiera de otra persona, manteniendo para ello un control total sobre sus recursos financieros, impidiéndole acceder a ellos y prohibiéndole trabajar o asistir a la escuela”, según la ONU Mujeres.
La violencia emocional puede ser minar la autoestima de una persona a través de críticas frecuentes, así como también es “infravalorar sus capacidades, insultarla o someterla a otros tipos de abuso verbal” y puede llegar a dañar la relación de la mujer con sus cercanos o incluso a alejarla de sus amigos y familia.
Por último, la ONU Mujeres establece que la violencia sexual “conlleva obligar a una pareja a participar en un acto sexual sin su consentimiento”.