Con el pretexto de que su pecho no es bodega y nadie va a impedir que se exprese libremente para informar al pueblo, su pueblo, el presidente Andrés Manuel López Obrador viola la ley que le impide promover la revocación de mandato, y lo seguirá haciendo porque al Jefe Máximo de la Transformación le sirve como pretexto para asegurar las condiciones en que se jugará la sucesión presidencial del 2024.
A López Obrador no le importan las llamadas de atención del Instituto Nacional Electoral o el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, obcecado como es, el presidente está aprovechando la situación para cambiar las reglas del juego electoral en el 2024 y afinar la maquinaria partidista con que piensa cargar los dados a favor del candidato que él elija.
Mucho a discutido la oposición que el empeño de López Obrador en que se realice la revocación de mandato tiene como propósito que se le ratifique en la presidencia, desde la manera en que al final quedó la pregunta que vendrá en la boleta: “¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”, hasta la insistencia en cada una de las conferencias matutinas.
¿A un funcionario se le tiene que revocar el mandato por falta de confianza?, no hemos aprendido nada como ciudadanos, ¿de qué sirve tener esperanza en alguien o algo cuando se trata de analizar la efectividad de las políticas públicas y el ejercicio del gobierno? A pesar de lo enredado de la pregunta, López Obrador aprovecha que se cuestione su desempeño personal y no a su administración para promoverse, para priorizar el cariño que le tienen sus fieles y desestimar a las víctimas de sus decisiones desde el poder.
No es por vanidad que López Obrador promueve la revocación y viola la ley, le sirve como pretexto para todos los días descalificar a la autoridad electoral, para fijar esa idea de que el INE está tomado por sus adversarios y actúa en contra del pueblo, cuando está más que probado que el INE es un organismo autónomo y conformado en su mayoría por ciudadano, que toma decisiones colegiadas; pero al presidente no le importa, gana tiempo y espacios para la denostación, en espera de que le reditúe a tiempo como para que en el 2024 la desconfianza que genera contra el INE impulse la reforma necesaria para cambiar las reglas del juego, a su favor, por supuesto, o al menos dejar tan golpeado a la autoridad electoral que cualquier decisión sea posible calificarla de fraude.
Además, el presidente promociona la revocación porque sabe el efecto que sus deseos provocan en sus lacayos de Morena, los dirigentes que al grito de Es un honor estar con Obrador emplean recursos públicos para aceitar a la marabunta con que quieren convencer a los ciudadanos que estamos mejor con ya sabes quién.
Como partido heredero del priismo, el Movimiento de Regeneración Nacional sólo ha sabido afinar las practicas corporativistas y el acarreo, incapaz como organización política de generar cuadros y liderazgos, Morena aprovecha la promoción de la revocación del mandato para poner en acción a sus brigadas para espantar a sus electores cautivo señalando que perderán sus privilegios, a los jóvenes becados, a los de la tercera edad se les infunde el miedo de lo que puede suceder si quitan a López Obrador de la presidencia.
Además, las dirigencias de Morena, desesperados porque no logran como partido lo que hicieron como movimiento encabezado por la figura de López Obrador, aprovechan los embates presidenciales para moverse por todo el país, no por nada en cada evento que organiza Morena hay presídiums con decenas de invitados especiales, secretarios de Estado, diputados federales, senadores, que se van de evento en evento para esparcir la palabra y la adoración por el presidente, sin importar el motivo, puede ser una asamblea “informativa” sobre la reforma energética, la presentación de una candidata a gobernadora o al más miserable de los puestos públicos, apoyados con recursos del erario, el morenaje de altos vuelos va de plaza en plaza para la foto, para quedar bien con el presidente.
No es vanidad la razón por la que López Obrador promueve la revocación, sólo intenta generar las condiciones para prolongar su mandato colocando a quien le sirva.
Coda. Una cita de Oscar Wilde, tras la que bien podría ocultar sus intenciones el presidente: “No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo”.
@aldan