Además de las organizaciones en el Distrito Federal también en Aguascalientes se alzó la voz por las ocho legisladoras federales que pidieron licencia y las siete más que parecen estar en riesgo de pedirla para cederle su espacio a un varón. La crítica fue no sólo para los partidos políticos y los cotos de poder que no han permitido un adecuado ejercicio de la equidad de género, sino también a las legisladoras por ese compromiso tan endeble ante una responsabilidad tal, como la de representar en la cámara de diputados a las mujeres.
A este respecto la diputada Beatriz Santillán emitió un posicionamiento de fuerte crítica hacia las legisladoras que después de haber llegado hasta ese puesto ahora piden licencia, en su comunicado fue clara al afirmar que son mujeres que no han entrado a la lucha por la igualdad que se ha dado con un trabajo de muchos años y mucha gente de la fuerzas políticas.
“Lograr el avance que se tiene hoy día nos ha costado lágrimas, pérdida de posiciones y ha costado la separación de mucha gente, sensibilizar a los hombres políticos y con esta situación todo se va por la borda con la decisión que ellas están tomando”.
Aseguró que las legisladoras que ahora dejan su cargo para un varón, no saben el daño que están haciéndole al país y a ese trabajo realizado en pro de la igualdad de hombres y mujeres.
La presidenta del Centro de Capacitación para el Desarrollo Comunitario (CECADEC), Verona Valencia vio esta situación desde dos perspectivas, una fue la de la manipulación que los hombres todavía ejercen con las mujeres y por otra parte, la falta de una formación en la equidad de género como para que las legisladoras cedan con facilidad un puesto en la cámara de diputados.
“Una mujer empoderada que logra llegar a un puesto público, es una mujer que lo va a ejercer, no lo va a vender, ni lo va a regalar porque sabe lo que implica estar en un lugar de toma decisiones tan importantes”.
En cuanto a la manipulación de los hombres en la política, Valencia señaló que muchas veces las mujeres que participan en una candidatura de antemano son parte de un acuerdo previo en donde pareciera que les hacen un favor al darles el espacio, y ellas saben que deben dejarlo en determinado tiempo para que entre un varón, incluso Valencia mencionó los casos de las esposas que se lo dejan al marido como en el caso que menciona la nota publicada en La Jornada, del pasado domingo 5 de septiembre, donde la diputada Kattia Garza Romero del Partido Verde cedió su espacio a Guillermo Cueva Sada, su esposo.
Eso no es perspectiva de género, sino más bien un reflejo de la estructura machista que aún permea en los diferentes ámbitos.
Aún con el riesgo de las negociaciones lo que haría falta, sería preparar a las mujeres que buscan contender por un cargo público para que sean no solamente buenas políticas, sino que tengan todo el conocimiento de la equidad de género; es muy triste que se pierdan estos espacios porque son lugares que después difícilmente se vuelven a ganar y entonces se retrocede en la construcción de la unidad de género.
Este hecho dijo deja un hondo cuestionamiento, si estas mujeres ceden tan fácilmente el puesto, tenían una perspectiva de género, estaban sensibilizadas ante las problemáticas de las mujeres y los ciudadanos, sin duda no era así, porque al menos que hayan tenido una razón muy poderosa para separarse de sus cargos lo demás es muy cuestionable, aunque mejor fue que se retiraran y no hicieron mal papel estando ya en representación del género ante la cámara de diputados.
Verona Valencia como activista social, destacó que los alcances de una mujer que llega a integrarse en una legislatura, ya sea local o federal es muy grande, porque una de las situaciones de las que siempre se han quejado las organizaciones es precisamente de que las leyes no tienen perspectiva de género y una mujer en ese espacio pugna siempre por darle ese sentido a todas las iniciativas.