- La pandemia profundizó las desigualdades que antes se consideraban normales
- Ante complicaciones de estudiar en pandemia familias priorizaron a los niños
Las desigualdades de género impiden a las niñas y las mujeres acceder a la tecnología, aseveró Gema Toledo, ingeniera en computación por la UNAM e investigadora por la Universidad de Stanford, pertenece a la Comunidad Tecnolatinas, impulsora de las quienes se identifican como mujeres y deseen incursionar en carreras relacionadas a la ciencia, la tecnología, arte y matemáticas, brindando espacios de confianza.
En un foro organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) bajo el título “Todas queremos acceso equitativo a la tecnología” con motivo del día Internacional de la Mujer y la niña en la Ciencia, la investigadora expuso que si bien antes de la pandemia se sabía que las mujeres no estaban tan implicadas en las áreas tecnológicas, no era tan notorio al considerarse algo normal, pues no se profundizaba más allá y se desconocía el contexto de fondo.
Apuntó que uno de los aspectos que profundiza esta desigualdad es el contexto socioeconómico de las mujeres para tener accesible alguna herramienta tecnológica para poder trabajar, al igual que el social y el familiar con los estereotipos que señalan ciertas profesiones para los hombres y para las mujeres. Aunando a lo anterior está la idea que se tiene respecto a las ciencias exactas acerca de que son difíciles porque implica aprender muchas matemáticas, ideas que se deben derrumbar ya que todas las personas tienen las capacidad de incursionar en estas áreas.
La investigadora destacó que la pandemia sacó a flote estas desigualdades entre alumnas y alumnos, ya que muchos dejaron de estudiar al no tener las herramientas adecuadas y el acceso a internet, y si en una casa de tres hijos y no se cuenta con los recursos suficientes económicamente hablando, y tienen que decidir a quién le dan el dispositivo electrónico que hay para tomar clase, dejan a la niña fuera y se los dan a los niños, al existir el estigma de que es el hombre el que debe de prepararse para ser proveedor.
Además de que hay un aspecto del que no se habla mucho: la edad, al considerar las personas que al llegar a tener cierto número de años ya no se puede cambiar de carrera e incursionar en la industria tecnológica.
Consideró que esta situación se puede combatir a partir del acceso a la información a través de más iniciativas encaminadas a que más mujeres y niñas accedan al conocimiento tecnológico y científico, ya que hay un 25% de probabilidad de que no sea así, y por ende tampoco a aquellas tecnologías que pueden facilitarles la vida, como el tener acceso a la bancarización.