- Entrevista al empresario mexicano Héctor Gutiérrez Machorro
Hace treinta años que el empresario mexicano Héctor Gutiérrez Machorro, el editor Edilberto Aldán y una servidora coincidimos en la Escuela de Escritores de la SOGEM con grandes maestros que nos formaron en diversas disciplinas. Cada uno de nosotros tomó un camino distinto: Edilberto se inclinó por el periodismo y el ensayo, Héctor por la dramaturgia y una servidora por la poesía. Pero finalmente, hoy nos congregamos en este espacio para reflexionar sobre la cultura, los creadores y las empresas que apoyan a este sector tan vapuleado en los últimos tiempos. Una de ellas se llama Konesh Soluciones. Está certificada por el SAT para generar y validar comprobantes fiscales digitales por Internet a lo que comúnmente se suele llamar factura electrónica. Esta certificación sirve para que, a través del uso de la tecnología, los clientes puedan intercambiar documentos de forma segura, generando mucho valor, reduciendo tiempos de cobranza, aumentando la visibilidad, encontrando mejores oportunidades de venta y, al mismo tiempo, cumpliendo con la ley. También es una empresa que vincula a sus clientes con sus proveedores, generando excelentes oportunidades de compra, ciclos de pagos más cortos y rentables de forma segura, e intercambios no sólo de documentos fiscales sino de todos los documentos del ciclo de ingresos y egresos. Además, garantiza el cumplimiento con las leyes y las posibles respuestas en tiempo y forma a los requerimientos que hace la autoridad tanto a empresas como a personas físicas.
Aparentemente, una empresa de estas características nada tendría que ver con el mundo artístico. Y por ello, consideré pertinente hacer estas preguntas al director general y socio fundador de Konesh, Héctor Gutiérrez Machorro.
¿Qué es para ti la cultura?
La cultura es todo ese acervo de herramientas que uno tiene para poder leer el mundo, interpretarlo y hacerlo suyo, de tal manera que uno pueda moverse en él con una identidad propia. Me refiero al acervo artístico, literario, ideológico, y científico. En definitiva, toda esa información que nos permite tener identidad y poder entender el mundo desde nuestro propio punto de vista.
Si la cultura fuera una cordillera ¿qué sería para ti la facturación digital?
Si la cultura fuera una cordillera sería ese paso de montaña por donde ocurre esa carretera con curvas más peligrosas y empinadas. Eso sería la facturación digital: lo que une un valle con otro valle.
¿Por qué una empresa de facturación digital está vinculada a la cultura?
Nuestra empresa está vinculada a la cultura porque una de las partes más importantes de su misión y de su manera de hacer negocios es hacer comunidad y la cultura es un ente vinculante. En realidad, todos estamos vinculados a la cultura. El apoyo que nosotros damos es, fundamentalmente, a nosotros mismos para dar una voz que nos representa pero que también nos permite vincularnos a la comunidad. Es una forma de obtener credibilidad y de participar de manera proactiva por un mundo mejor tras la pandemia. La cultura puede curar muchas enfermedades como la soledad, la tristeza de la pérdida o la angustia. Por eso es que apoyar la cultura nos permite crecer.
¿Qué proyectos has apoyado?
Hemos trabajado con Armando Gama, un barítono y un importante maestro en la sala Ollin Yoliztli, presentando el trabajo de sus alumnos a nuestra comunidad productiva y a algunos de nuestros clientes. Asimismo, apoyamos varios libros de la fotógrafa Mariana Yáñez y la publicación Poesía reunida 1991-2021 de Carmen Nozal. También participamos en el patrocinio de obras de teatro de Jimena Gutiérrez: Fantasmas del Imperio y Frida, en el Castillo de Chapultepec, en el Museo de San Carlos y en varios espacios abiertos del Centro Histórico. Además, impulsamos a Cazadores del viento con la preparación de una exposición, así como con el apoyo de su producción artesanal y artística. También hemos adquirido obra del maestro Pier Fiudayeli y del escultor Miguel Peraza.
Háblanos de tu experiencia dentro del mundo cultural.
En mi vida de niño estuvo presente el acercamiento a la cultura pues mi padre fue un pianista que se dedicó a la docencia del mundo del arte. Desde joven fui un lector asiduo. Soy un melómano. Me fascina la música de concierto y la barroca. Además, tras estudiar Inteligencia Artificial en Madrid solía visitar el Museo del Prado. Estuve en la Escuela de Escritores de la SOGEM, y en el taller del maestro Hugo Argüelles, donde creé dos obras de teatro: El Ícaro de la Narvarte y Fábula de la Vedette Caníbal, ambas se pusieron en escena, gracias al grupo Ícaro Danza Teatro, bajo la dirección de Chacho Guerra y el apoyo de mis hermanas Sandra Gutiérrez y Paola Gutiérrez. Fue una aventura apasionante que me marcó mucho, volviéndome público de teatro. También y en contra de mi voluntad estuve en la Escuela de Danza Folklórica y, hasta la actualidad, soy fotógrafo del mundo lúdico y erótico. Otra de mis pasiones es el dibujo. Permanentemente, estoy en el acto de crear productos y servicios para mi empresa.
Como empresario, menciona tres cambios que se deben hacer en este país dentro del sector cultural.
Desde el punto de vista del Estado, en primer lugar, habría que coadyuvar a la participación de la iniciativa privada facilitando y transparentando las reglas para apoyar proyectos culturales en beneficio de la comunidad cultural tanto artística como científica, así como de las propias empresas, de manera responsable con reglas que pudieran controlarse y que se eviten los abusos que sucedieron en el pasado y que no impidan el apoyo. En segundo lugar, los artistas tienen que empezar a entenderse como empresarios, ya que lo son porque buscan a sus clientes y porque también tienen compromisos fiscales. En la medida que un artista abandone esta visión tan arraigada del siglo XIX y se convierta en una entidad productora de cultura y de belleza para participar de la economía de mercado con sus reglas, realizando proyectos autosustentables, se logrará el cambio cultural en el mundo de los artistas. Por eso, el artista debe de volverse empresario. Y en tercer lugar, las instituciones culturales deben de renovar a las personas y a los personajes que participan. En México y en el mundo hay muchos creadores y gente joven esperando oportunidades. Se necesita abandonar las prácticas de grupos cerrados que tanto daño han hecho en el país y que tanto rezago han producido. Se requiere una política cultural basada en concursos por oposición y, a partir de méritos, elegir directivos y establecer métricas que permitan al pueblo entender que se está apoyando en la dirección adecuada. Así podremos ver más libros, más músicas, más exposiciones de mejor calidad al alcance de todos los mexicanos.
¿Cuáles son los proyectos que apoyará Konesh en este 2022?
Reimprimirá el libro Poesía reunida 1991-2021 de la maestra Carmen Nozal; apoyará a la fotógrafa Mariana Yáñez en su investigación sobre la cultura Huasteca; seguiremos con Grupo Dii, fundación orientada al autismo; proseguiremos apoyando los estudios de los compañeros que laboran con nosotros. Asimismo, seguiremos apoyando al maestro Armando Gama y al dramaturgo Carlos Mujica y llevaremos a cabo en las instalaciones de nuestras oficinas tres exposiciones de artistas plásticos. Finalmente, realizaremos todos los colaboradores de Konesh un viaje a la Sierra Tarahumara.
Cita tres empresas de la iniciativa privada que apoyen a la cultura.
Konesh Soluciones, Grupo Carso y Grupo Femsa.
¿Cuáles son los principios éticos que rigen a Konesh?
Básicamente, hay cuatro pilares: la necesidad de crear valor a partir de nuestro trabajo y de lo que sabemos. Generamos valor a partir de habilitar el intercambio electrónico de documentos y a partir de la honestidad y del trabajo como único argumento de la transparencia. Una relación transparente con las autoridades es una manera sensata de actuar con el Estado. Promovemos una manera generosa de vincularse con nuestros compañeros. Esta empresa es un vehículo para hacer crecer los proyectos de vida personales pues todos tenemos necesidades distintas y crear un modelo empresarial donde estos proyectos quepan, generando equidad. La comunidad aporta en nuestro beneficio al creernos, posicionarnos, buscarnos para solucionar sus problemas fiscales y a través de los creadores.
Si la cultura es de vital importancia ¿por qué son tan escasos los recursos que se le otorgan?
Históricamente en el mundo moderno, después de la Segunda Guerra Mundial, a la cultura ya no se la considera de vital importancia y se considera un artículo de privilegio para algunas clases. No es artículo de primera necesidad pero en algunos países nórdicos o en Cuba, sí se ha considerado En Konesh escribimos un documento que los engloba y lo llamamos La manera de ser Konesh.
Desde el punto de vista empresarial, la cultura no se ve como un medio para crecer. Es muy común entender que la única función de una empresa es generar riqueza, sin comprender que otra forma de generar riqueza es generando cultura. Las ganancias son intangibles y los recursos que se asignan, se hacen para disminuir las obligaciones fiscales, lo cual ha sido un error pues con el abuso de esta fórmula se ha cerrado la posibilidad de apoyar a la cultura. El beneficio fiscal se intenta poco. Las empresas y las personas que dirigen la clase ejecutiva no están formadas por personas que hayan tenido una exposición al mundo cultural. Por eso, es tan importante que haya ejecutivos interesados en el mundo de la cultura pero, lamentablemente, la cultura no ha estado ahí presente para ellos.
En este momento la pandemia ha obligado a los estados a mirar la salud. Por último, decir que la reactivación económica y la renovación del Estado son elementos que compiten con el apoyo cultural.
Dentro de las expresiones del mundo cultural ¿cuál te interesa más y por qué?
La fotografía es la que más me interesa. Nació como un instrumento científico que servía para captar eventos, más del mundo de la ciencia que del arte. Toda esta parte científica de la foto que tiene que ver con la física de la luz y con la manera con la que la luz funciona, me interesa mucho como matemático que soy. También en la fotografía digital están involucrados el Software y los sistemas, otra habilidad que he tenido que desarrollar. Por otro lado, me interesa mucho escribir historias y la composición gráfica. Contar historias a través de la imagen que se hace con luz es una obsesión que tengo desde niño. Construyo mis propias historias, mis personajes, mis maquetas. No me interesa la foto testimonial sino la creativa. Por último, creo que la foto digital es instantánea y disfruto mucho trabajar en la postproducción de la imagen.
Un mundo sin arte ¿qué sería?
Ni siquiera lo puedo concebir. Aún en los espacios más horribles como son los campos de concentración, cárceles, manicomios o leprosarios, aún en estos mundos tan oscuros y alejados de la naturaleza humana ha habido arte. El mundo humano sin arte no existiría. Un mundo sin arte sería un mundo sin humanos.
Una vida sin acceso a la cultura ¿cómo sería?
No hay acceso a la riqueza ni al bienestar ni a la salud ni al respeto por el otro sin acceso a la cultura. En un mundo como en el que vivimos, para la mayoría se trata de un mundo pobre, violento, lleno de enfermedades, de carencias y sin opciones. Es una prisión en donde cada mente es una cárcel, donde el otro es un posible enemigo al que hay que destruir y dañar. En conclusión: es un mundo de bestias.
¿Cuál es el sueño de Konesh Soluciones?
En Konesh todos soñamos con crear una empresa autosustentable que permanezca en el tiempo, capaz de generar valor para los clientes y para nosotros de tal forma que el bienestar, la independencia económica, el acceso al arte, la salud, la belleza y la educación estén garantizados para los colaboradores actuales y sus familias. Soñamos con que nuestro modelo empresarial se contagie a otras organizaciones o encontremos otras organizaciones que compartan estos valores para crear alianzas. Soñamos con tener el 80 por ciento del mercado en cinco años para que este proyecto sea autosustentable y se mantenga. También aspiramos a hacer lo que nos apasiona en absoluta libertad creadora y de conciencia, de acuerdo con lo que establece la ley para nuestras comunidades, a veces representadas por el Estado y, a veces, representadas por la comunidad misma.