Tres cineastas mexicanas, por la Berlinale - LJA Aguascalientes
26/11/2024

Columba Vertiz

 

La película mexicana Manto de gemas, de Natalia López Gallardo, es la única producción latinoamericana y en español que compite por los Osos de Oro y de Plata en la 72 edición del Festival Internacional de Cine de Berlín, conocido popularmente como la Berlinale.

A pesar de la expansión de la variante pandémica Ómicron, el evento se efectuará en físico y online, del jueves 10 al martes 20 de febrero. Allí, el séptimo arte latinoamericano vuelve con fuerza y México no se queda atrás. 

Además de Manto de gemas (México, Argentina y Estados Unidos, 2021) en la sección principal, la ya reconocida realizadora Alejandra Márquez Abella concursa en Panorama con el filme El norte sobre el vacío (2022). Para la sección Generación KPlus participan dos títulos del país: el largometraje El reino de Dios (2022), de Claudia Sainte-Luce, y el cortometraje Alma y paz (México y Estados Unidos, 2021), de Cris Gris.

En el área de Generación14plus, para audiencias juveniles, interviene la cinta Beba (Estados Unidos y México, 2021), de la dominicana Rebeca Beba Huntt, y en Berlinale Shorts se suma Four Nights (Estados Unidos, México y Nepal, 2021), del nepalí Deepak Rauniyar.

La ópera prima Manto de gemas de la nacionalizada mexicana López Gallardo (La Paz, Bolivia, 1980) luchará contra otras 17 propuestas, entre las cuales destacan directores como Denis Côte (Canadá), Claire Denis (Francia), Nicolette Krebitz (Alemania), Isaki Lacuesta (España), Phyllis Nagy (Estados Unidos), Hong Sang-soo (Corea del Sur), Ulrich Seidl (Austria), Carla Simón (España) y Paolo Taviani (Italia).

Desde el Estado de Morelos, en entrevista por Zoom, López Gallardo transmite su emoción:

“Estoy muy, muy agradecida. A veces grandes esfuerzos en la vida no brindan grandes resultados, y así sucede mucho con diversas actividades que tenemos. Esta entrega en los últimos cinco años me deja muy agradecida.”


 

Miedo a vivir en sociedad

Natalia López Gallardo, también editora y postproductora, desde hace 10 años ha trabajado en importantes proyectos de cineastas y productores, como Lisandro Alonso, Amat Escalante, Carlos Reygadas y Jaime Romandía. 

Manto de gemas “trata del miedo que puede generar en alguien el vivir en una sociedad donde no hay un proyecto en común ni se trabaja para algo colectivo”, especifica. Y detalla:

“El no tener esperanza de que se puede confiar en el futuro de la comunidad genera un temor profundo, lo cual incita a cuidar nuestro propio pellejo nada más, y eso se refleja en nuestro sistema actual.”

En la trama, Isabel vive su pleno proceso de divorcio y se ha instalado en el campo con sus hijos. Ahí descubre que la hermana de su ayudante María ha desaparecido. Isabel intenta ayudar a María para recuperar a su hermana. Roberta, comandante de la policía, necesita sacar a su hijo del narcotráfico.

El destino de una víctima de la violencia llevará a estos tres seres por un camino fuera del tiempo. Protagonizan la película Nailea Norvind (Isabel), Antonia Olivares (María), Aída Roa (La Torta), Juan Daniel García Treviño (Adán), Sherlyn Zavala (Valeria), Balam Toledo (Benjamín) y Mónica Poggio (Eugenia). El director de fotografía es Adrián Durazo. Norvind y García Treviño son los únicos actores profesionales y el resto son no-actores. 

“Es un largometraje con muchos personajes y siempre hubo el tema de mezclar actores naturales y actores profesionales. Le dediqué yo creo que un año al proceso del casting”, cuenta.

La filmación ocurrió en Tepoztlán, Amatlán, Ocotitlán y Yautepec, precisamente en tierras morelenses:

“Vivo en el campo desde hace 15 años más o menos, acá en Morelos. Es una tierra que conozco muy bien y que amo mucho. Vivo en un pueblo chiquito cerca de Tepoztlán, y el contacto con la gente del pueblo me llevó a escribir esta película.”

Debido al covid-19 debió parar el rodaje en 2020:

“Ese viernes fatídico, el 13 de marzo, debimos suspender la filmación. Por suerte tenía 75% de la película en la bolsa, por lo que pude empezar el proceso de montaje.”

Sobre el título del filme relata que lo había leído en algún lugar (“no me acuerdo dónde”), en torno a que los budistas dicen que la realidad es un manto de gemas y en cada gema se reflejan todas las demás, explica:

“Tenía otros títulos en mente, pero éste fue el que más me resonó, porque la cinta es una especie de collage, trata de retratar y construir un universo donde no hay un punto de vista fijo y establecido, sin que exista un personaje principal.”

Inscribieron la película en Berlín por ser el mejor lugar para estrenarla:

“La Berlinale posee una gran devoción por el cine, la experimentación del lenguaje, y considera a las nuevas voces, pero nunca esperamos que la consideraran para la competencia principal, la verdad.”

En la sección oficial, las 18 películas provienen de 15 naciones, y siete las dirigen mujeres.

López Gallardo va a Berlín consciente de que existen muchas restricciones por la pandemia. Todas las proyecciones contarán con un aforo reducido al 50%, no habrá fiestas, cocteles o encuentros sociales de ningún tipo, a excepción de las conferencias de prensa. Se colocará la alfombra roja en el acceso al Berlinale Palast, diseñado por el arquitecto genovés Renzo Piano frente a la plaza Marlene Dietrich, en Potsdamer Platz, por la que desfilarán los invitados de los eventos especiales y de las películas en competencia. Para ver los filmes se necesitará contar con el esquema de vacunación completo o un test antígeno negativo que no supere las 24 horas de efectuado, como medidas de prevención ante el coronavirus, que ya bate récords en Alemania y especialmente en Berlín. Toda actividad de la industria será por internet.

“El norte sobre el vacío”

Alejandra Márquez Abella (San Luis Potosí, 1982) también va a Berlín con su tercera película de ficción. Se trata de El norte sobre el vacío, que se halla en la sección Panorama, la cual este año se integra con 16 largometrajes. Vía telefónica, señala:

“He estado pensando que justo hago cine para echarle al mundo un poco del discurso que tengo sobre la vida. Hago trabajos en televisión y otras cosas para sobrevivir, y películas como ésta quizás son más para experimentar y para tratar de entender cosas… entonces, cuando de pronto el mundo las cacha y se abren espacios como éste para mí, no puedo más que estar completamente agradecida y sorprendida. De verdad, estoy muy emocionada.” 

La realizadora de Semana Santa (2015) y Las niñas bien (2018) rodó su nueva historia con un guion de Gabriel Nuncio, durante mayo pasado, entre Nuevo León y Tamaulipas, bajo un clima caluroso de 45 grados. Se inspiró en sucesos reales acontecidos en el rancho San José, de Ciudad Victoria, en 2010, cuando don Alejo Garza Tamez, de 77 años, empresario y cazador, se enfrentó solo a un grupo de criminales que querían adueñarse de su rancho. Su hazaña ha quedado sublimada por la literatura, en el periodismo y en el imaginario de una sociedad agobiada por la violencia.

La cinta gira en torno a don Reynaldo, un reconocido cazador en declive, quien en cuanto se le aparece la amenaza de perder su patrimonio y el legado de su padre, ve trastocada igualmente la dinámica con su familia, con sus empleados y con la tierra, de manera peligrosa. Las actuaciones están a cargo de Raúl Briones, Juan Daniel García Treviño, Dolores Heredia, Mayra Hermosillo, Paloma Petra y Gerardo Trejoluna.

Con claridad, Márquez Abella expone que el relato cinematográfico no se basa específicamente en los hechos de don Alejo Garza Tamez:

“Nuncio, con la agencia Bengala, estuvieron dándole vueltas a esa historia de don Alejo. Nuncio creó el guion con un poco de ese suceso y me buscó. Me propuso que trabajáramos juntos en el proyecto y fue cuando decidimos desapegarnos un tanto de la realidad que había sucedido en Tamaulipas durante 2010.”

Reescribieron el guion y “la historia se volvió más una observación de la herencia de generación en generación de la masculinidad, valores que se relacionan con el heroísmo y la valentía. No es una película que narre la anécdota y ya, creo que es una anécdota muy propia del género del western y de la Revolución mexicana, la hemos oído muchas veces y yo quería encontrar un ángulo nuevo para hablar de otro tipo de violencias, no únicamente la criminal, sino también las violencias que nos atraviesan desde cómo criamos a los niños, cómo nos entendemos en este planeta, el cual no es nada más nuestro, sino de otros seres vivos con los que convivimos, en fin”. 

 

“El reino de Dios”

Claudia Sainte-Luce (Veracruz, 1982) estrenará su cuarto largometraje, El reino de Dios, en la sección de Generación en el Festival de Berlín. Vía Zoom, expresa:

“¡No me la creo, siento que no es realidad eso! Me quedo catatónica. Estática. Todo eso debido a tantos rechazos. El año 2021, después de toparme con muchos obstáculos con la película El camino de Sol para la realización y la exhibición, pensé mejor dedicarme a otra cosa. Me dije: ‘Para esto no sirvo’. …Sufrir tantos rechazos del exterior acaso significaba que éste no era mi camino y debía tomar otro. Había perdido un montón la fe. Además, estaba triste porque también el año pasado murió mi papá. Todo se me juntó.

“Y el cine, sin duda que no lo haces para guardarlo, sino para exhibirlo. Ya sé que me enfrento a un medio complicado, aquí no se ven muchas películas mexicanas y menos del tipo que yo hago, de verdad sentí que todas las puertas estaban cerradas.”

Empezó a escribir una escaleta de El reino de Dios con la idea de que la protagonizara su sobrino Diego Armando Lara Lagunes, el niño que sale al principio en El camino de Sol (“nos llevamos muy bien y vino a verme un fin de semana, y yo también iba a mi pueblo, Tlalixcoyan, a verlo a él y a mi abuela”.

Propuso a Diego que la ayudara en una historia y él aceptó:

“¡Es una bestia actuando! –halaga–, escribí la escaleta y cada vez que iba al pueblo buscaba quién iba a hacerla de su mamá, de su abuela y de su amiga. Creí que lo más natural era que fuera gente del pueblo quienes realizaran los personajes, no iba a sumar un elemento externo que no entendiera cómo es ese lugar de mil personas, donde todo mundo sabe de todo el mundo y existen muchas costumbres arraigadas. Ensayaba con la abuela y la mamá. Les iba dando talleres cortos de un fin de semana.

“Pedí ayuda a los colaboradores que confían en mí: mi fotógrafo Carlos Correa, mi editor Julián y mi sonidista Nicolás. No tenía dinero y les comuniqué que sólo podía solventar con fondos propios, darles de comer y llevarlos al pueblo. Y nos fuimos en mayo del 2021. Mi tía nos hacía de comer. Acabé con menos recursos de los que contaba para El camino de Sol.”

El reino de Dios cuenta la historia de Nei­mar, un niño de ocho años que vive en un poblado y está ilusionado por hacer su primera comunión, ya que su abuela le ha asegurado que ese día conocerá a Dios. Su vida transcurre tranquila entre cuidar caballos de carreras –de los que es fanático–, trabajar en un tope pidiendo dinero y ayudar a su mamá a vender tamales los fines de semana junto a su mejor amiga, Demi. 

Toda esta serenidad en el entorno de Neimar cambia de pronto, ya que su vida se va llenando de decepciones que lo harán reconsiderar su entorno, dejando a un lado su inocencia. El elenco lo conforman Margarita Guevara González, Lizbeth Gabriela Nolasco Hernández y Michelle Martínez.


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