A tres años de haberse constituido la Guardia Nacional (GN), en contra de las promesas del presidente López Obrador y de los altos mandos del Ejército, de la que depende, solo el 20 % de sus integrantes han sido certificados.
Se supone que es obligatoria la certificación de cada uno de sus miembros, pero al ritmo que van será hasta 2024, al término del sexenio, que pasarán por este proceso la totalidad de sus componentes.
El Universal, en mayo de 2020, dio a conocer que según un reporte de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), hasta febrero, solo habían sido certificados 10,396 efectivos de los 100,000 de la GN.
Con cifras de noviembre pasado el número de quienes habían pasado por este proceso eran 20,996, el 20.9 % de sus 100,480 integrantes, según un estudio del Instituto Belisario Domínguez de la Cámara de Senadores.
El ritmo de certificación avanza solo a 1,117 efectivos por mes. Este número que es el que arroja para que todos los componentes de la GN estén certificados se requieren, en el mejor de los casos, los seis años del actual gobierno.
Y si al final del sexenio, como se ha comprometido, la GN llega a contar con 40,000 efectivos más estos quedarían por certificar ya después de 2024.
En principio, mientras alguien no esté certificado, puede incluso ser una persona infiltrada por el narcotráfico como se sabe, hay muchas pruebas, ocurre con policías estatales y municipales no certificados.
La Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública establece que la certificación es el mecanismo por el que los integrantes de los cuerpos de seguridad se someten a evaluaciones periódicas por el Centro de Control de Confianza.
El artículo 96 establece que se “contratará sólo el personal que cuente con los requisitos de certificación expedido por su centro de control de confianza. La presente disposición será aplicable también al personal de los servicios de migración”.
Los expertos en temas de seguridad plantean, estoy de acuerdo con ellos, sobre que la integración de la GN ha sido un proceso improvisado que violenta la ley. Solo ha importado el número, pero no la calidad de sus integrantes.
Una explicación del número de las quejas ciudadanas por la actuación arbitraria de la GN y los casos de tortura aplicada por integrantes de esa agrupación tiene que ver, en muy buena medida, con la falta de acreditación.
Todo indica que el proceso de certificación no se habrá de acelerar y que las quejas en contra de los efectivos de la GN, van a continuar y muy probablemente se van a incrementar. Triste y dramática realidad.
@RubenAguilar